miércoles, 31 de mayo de 2006

Firenze


(Sepan disculpar la falta de acentos y las enies nuevamente)

Firenze antiguamente se llamaba Fiorenthia.
Cuando yo tenia nueve anios una companierita de la primaria declaro que su suenio era conocer Florencia. Yo que ignoraba que existia una ciudad con mi nombre me la quede mirando con expresion anodadada hasta que alguien aclaro la confusion y me saco de la ignorancia.
De mas esta decir que mis padres no me pusieron Florencia por esta ciudad.
Ayer vi en la galeria de los Ufizzi el original de la primavera de Botticelli.
Se me saltaron las lagrimas.
Asi que lo del aura era cierto.
Firenze irradia tanto su aura como reproducciones de todo lo que la embellece.

viernes, 26 de mayo de 2006

Un pais que empieza con i: Italia


Roma es catastroficamente bella.
Este teclado no tiene acentos ni enies.
Este texto sera catastrofico.

Por el trafico. Por los miles de anios que atravieza el Tevere. Por la sangre vertida en el Coliseo. Por la sangre vertida en la piazza de San Pietro. Por el metro. Por los autobuses que pasan y uno se sube sin pagar. Por la emocion de pisar un suelo increiblemente moderno que tiene solo 1900 anios y se mantiene intacto. Por la cupula del Panteon. Por la Piazza Panteon. Por haber mojado los pies en la Fontana di Trevi. Por haberme perdido en callecitas que llevan nombres simples y hermsosos. Por haber encontrado a mi amiga Anabella. Por las esculturas de Bernini. Por el mate que tomamos en el Domus Flavia. Por el mate que tomamos frente al Arco de Constantino. Por las pinturas de Rafael. Por lo autoritario que es el museo del vaticano. Por el techo de la capilla Sixtina. Por Guille que se quedo en Buenos Aires. Por las palabras que se me confunden y olvidan.

Por todo esto Roma es bellamente catastrofica.
Maniana sera Assis. Y pasado sera Florencia. Y Florencia estara en si misma.
Florencia en Florencia.
Y asi las cosas.

jueves, 18 de mayo de 2006

Deseos

Por lejos, lo más lindo que me dijeron hoy:
-Traé muchas palabras nuevas de allá.
Gracias, Chizz.

miércoles, 17 de mayo de 2006

Cruzar el Atlántico

Voy a viajar dentro de poco. Me preparo para este viaje.
¿Y qué es prepararse?
No hablo de valijas, no.
Hablo de otra cosa.

martes, 16 de mayo de 2006

Basta

Hablo.
Rota la voz.
Hablo otra vez.
Rota la voz.
Basta.
Cuarenta minutos de vocalización y
hondos tragos de agua.
Tomo la guitarra y canto:
Dios sol, Dios agua.
Noto que los graves están bastante bien.
La cuerda vibra.
Se despega.
Despega.
Hablo.

viernes, 5 de mayo de 2006

La lectura de los otros

Fue un largo viaje para que este sobre descanse en las manos del señor Vila Matas. Vaya uno a saber que hará él con ese sobre y con ese fajo de hojas que es mi librito guardado allí dentro. Vaya uno a saber qué hara Cristina Piña con el otro sobre y la cartita destinada a ella. Vaya uno a saber, a veces estas acciones son como pequeñas paladas de arena al mar. Sé que las paladas al mar se disueven allí mismo y, sin embargo, mis dos paladas de ayer me modificaron. No es lo mismo que un grano de arena esté o no esté en la superficie de una playa. Mi playa ha quedado más vacía y el mar se ha llenado de más arena. Y quién sabe si esa arena volverá modificada, distinta, escrita por ese mar imenso que son los ojos de los lectores, de los escritores y de los críticos.

miércoles, 3 de mayo de 2006

Descubrimientos

Fin de semana de descubrimientos.
Papá me da el libro de cartas que le pedí. Leo la antología que reunió Margarita Aguirre en un libro que editó Sudamericana por los años ochenta. Allí se lee la correspondencia que mantuvieron Pablo Neruda y Héctor Eandi. Cartas de jóvenes escritores. Otro siglo. Otras guerras. Las mismas esperanzas. La poesía está allí. Y también el afecto, el compañerismo. Descubro como Héctor Eandi le da a leer al propio Jorge Luis Borges -un mozuelo en esos años- Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Y también escribe sobre Neruda, le envía su artículo con una carta y allí comienza todo. Y entonces pienso en las cartas que he enviado en estos días y en las que he recibido. Pienso en los fajos de hojas que son ahora A cuerpo perdido y que los he enviado al exterior a direcciones postales reales y no virtuales. Pienso en que pocas cosas han cambiado. La lectura y la escritura son hábitos que se han mantenido durante siglos.