Mi madre, mi padre, Nico y yo caminamos por las calles arboladas de San Isidro. Es domingo y hay un sol espectacular. Las glicinas están que estallan. Parece verano. En eso, vemos un negocio de artesanías indígenas. Entramos.
PADRE -¡Mirá Flor!, mirá que buena está esta máscara.
Me muestra una máscara alargada donde se ven tres cabezas de un tigre, un jaguar, una pantera negra y un montón de plumas.
Yo- Mmno. No, me parece.
PADRE - A ver, ponetela.
Yo -No, gracias.
VENDEDOR - Es una máscara proveniente de XX. Está hecha con madera de palo borracho. Es muy liviana.
PADRE -¿Ves?, es liviana, dale, probatela.
Yo -No, basta, es horrible. Además, si quisieras verme como un tigre de tres cabezas no querrías estar delante mío, te lo aseguro.
MADRE - Igual no la vamos a llevar.
PADRE -¿Por qué no?
MADRE -¿Dónde la vamos a meter? ¡Ya no tenemos lugar!
PADRE -Se la damos a Flor.
Yo -¿Perdón? No, a mí no me van a encajar esa máscara.
PADRE -¿Por qué no? ¿No te gusta?
Yo -No, ¡es horrible!
PADRE -Esta chica no entiende nada.
MADRE -Es linda la máscara.
Yo -Llévenla ustedes si les gusta.
VENDEDOR -Tengo otra más chica que me la devolvieron hace poco.
MADRE -A ver...
VENDEDOR -Tenía bichitos.
MADRE -Ah, es porque no le pusieron insecticida.
VENDEDOR -¿Perdón?
MADRE -Les tenés que decir que le pongan insecticida. A los bichitos les encanta la madera.
VENDEDOR (no muy convencido) -Ah.
PADRE -Pero a mí me gusta la de los tigres.
Yo -¡Dios!
MADRE -¿No te gusta?
PADRE -La pongo en la oficina.
MADRE -No, no podés poner esa máscara en tu oficina ¡No tiene nada que ver con tu oficina!
PADRE -Sí, es perfecta. Demuestra agresividad.
MADRE -...
Yo-...
Nico (muerto de risa) -Creo que Flor necesita una botella de agua.
Salimos en busca de un kiosko. Compramos un agua. Tomo un sorbo, luego otro. En eso los veo salir del negocio con la máscara en una enorme bolsa. Y escucho a mi madre que dice: no nos olvidemos de ponerle insecticida.
martes, 30 de marzo de 2010
miércoles, 24 de marzo de 2010
Mi propia primavera (otro cuadro que amo)
Todavía hoy puedo recordar la sensación que tuve al ver el cuadro de Botticelli en una de las paredes del Uffizzi un día de junio del año 2006. No pude contener las lágrimas. Me quedé un buen rato en silencio, contemplando.
Durante los dos primeros años de la carrera de Letras cursé materias a la deriva, sin saber mucho por qué lo hacía. Pero luego comencé a cursar muchas materias sobre la Edad Media y el Renacimiento. Cursé griegos, latines e historias de la filosofía antigua y medieval. Ni chicha ni limonada porque terminé cursando una carrera muy personal y demasiado "humanista" para los tiempos de hoy donde la especialización es la premisa.
Durante esos años me topé con "La Primavera" de Botticelli. Me enamoré del cuadro al instante y decidí regalármelo a mí misma para cuando me recibiera de Licenciada. Busqué una buena reproducción, la encontré y la mandé a enmarcar. Durante algún tiempo fue un cuadro que estuvo arriba de una biblioteca baja que había en mi cuarto. Después vinieron algunas mudanzas y el cuadro se mudó conmigo. Su lugar fue mutando del mismo modo que mi andar fue mutando. Estuvo amurado a varias paredes. Todas ellas muy distintas. Pero inexplicablemente, "La Primavera" de Botticelli terminó los últimos tres años guardado en un placard de esta casa.
Hoy me pareció que era una buena idea buscarle un lugar. ¡Y lo encontré! Un tarugo y un tornillo lo aseguraron a la pared definitiva.
Y aunque ya sabemos que las paredes definitivas no existen en la vida de nadie es muy lindo sentir que, por un rato, el cuadro ha encontrado su preciso lugar.
domingo, 21 de marzo de 2010
Sal (ly) Albright
Mientras almorzamos un delicioso pollo al horno con papas al que le falta un poco de... sal.
Hans -¿No me pasás la sal?
Yo -Sí, claro...qué raro, cocinaste el pollo con poca sal.
Hans -Es porque pensé que no te gustaba la sal en la comida.
Yo-Eso depende.
Hans -El mundo se divide entre la gente que come con sal y la que come sin sal.
Yo -Y vos estarías dentro de los que come con sal.
Hans -Sí.
Yo -¿Y yo?
Hans -¿Vos?
Yo -Sí... por ejemplo, la carne y las papas me gustan comerlas con mucha sal y las verduras en ensaladas me gustan comerlas casi sin sal.
Hans -Vos, cariño, sos muy Sally Albright.
Sally Albright: But I'd like the pie heated and I don't want the ice cream on top, I want it on the side, and I'd like strawberry instead of vanilla if you have it, if not then no ice cream just whipped cream but only if it's real; if it's out of the can then nothing.
Waitress: Not even the pie?
Sally Albright: No, I want the pie, but then not heated.
Hans -¿No me pasás la sal?
Yo -Sí, claro...qué raro, cocinaste el pollo con poca sal.
Hans -Es porque pensé que no te gustaba la sal en la comida.
Yo-Eso depende.
Hans -El mundo se divide entre la gente que come con sal y la que come sin sal.
Yo -Y vos estarías dentro de los que come con sal.
Hans -Sí.
Yo -¿Y yo?
Hans -¿Vos?
Yo -Sí... por ejemplo, la carne y las papas me gustan comerlas con mucha sal y las verduras en ensaladas me gustan comerlas casi sin sal.
Hans -Vos, cariño, sos muy Sally Albright.
Sally Albright: But I'd like the pie heated and I don't want the ice cream on top, I want it on the side, and I'd like strawberry instead of vanilla if you have it, if not then no ice cream just whipped cream but only if it's real; if it's out of the can then nothing.
Waitress: Not even the pie?
Sally Albright: No, I want the pie, but then not heated.
sábado, 20 de marzo de 2010
Desiderata
Alguien me dice que me expongo demasiado en este blog.
Que escribo
demasiado abiertamente sobre mí,
que despliego
mis razones más profundas.
Se hace un silencio.
Escucho el silencio que invade la cocina. Otros miden nuestras palabras.
Bueno.
Hay quienes se exponen en líneas de fuego
y hay quienes lo hacen en las artes liberales.
Yo por ahora
sólo tengo
este blog.
Que escribo
demasiado abiertamente sobre mí,
que despliego
mis razones más profundas.
Se hace un silencio.
Escucho el silencio que invade la cocina. Otros miden nuestras palabras.
Bueno.
Hay quienes se exponen en líneas de fuego
y hay quienes lo hacen en las artes liberales.
Yo por ahora
sólo tengo
este blog.
jueves, 18 de marzo de 2010
Ha pasado un año y medio (cuadros que amo)
Después de mucho llorar, reir, odiar, amar, reventar, cargar, elaborar, escribir, hablar, gritar, explotar, acariciar, encontrar, coger, devorar, vomitar, mover, limpiar, ordenar, archivar, enamorar, almacenar, embarrar, bailar, canturrear, estudiar, hacer, honrar, disfrutar, beber, liberar.... mi cuarto vuelve a tener estos bellos cuadros colgados en la pared.
Lukas Cranach, "Il Vechio", Adán y Eva, Firenze, Uffizi
Henri Rousseau, "El Aduanero", Noche de Carnaval
Marc Chagall, Amantes con media luna.
P.D: Ninguno de estos cuadros es inocente
Lukas Cranach, "Il Vechio", Adán y Eva, Firenze, Uffizi
Henri Rousseau, "El Aduanero", Noche de Carnaval
Marc Chagall, Amantes con media luna.
P.D: Ninguno de estos cuadros es inocente
miércoles, 17 de marzo de 2010
En esa música yo soy
(...) ¿De qué templo, de qué leve jardín en la montaña, de qué vigilias ante un mar que ignoro, de qué pudor de la melancolía, de qué perdida y rescatada tarde, llegan a mí, su porvenir remoto? No lo sabré. No importa. En esa música yo soy. Yo quiero ser. Yo me desangro.
Jorge Luis Borges, "Caja de Música" (frag.)
La lluvia limpia mi alma de todo desasosiego. Purifica toda impaciencia. Me transporta.
De mi armario nacen raíces del pasado. Todo está guardado en la música.
Y, por suerte, yo soy un ser cantante.
Jorge Luis Borges, "Caja de Música" (frag.)
La lluvia limpia mi alma de todo desasosiego. Purifica toda impaciencia. Me transporta.
De mi armario nacen raíces del pasado. Todo está guardado en la música.
Y, por suerte, yo soy un ser cantante.
miércoles, 10 de marzo de 2010
En la luz del templo
Hace unos años tuve la suerte de conocer a este músico en Tilcara.
Alguien nos había dicho que Carlé Costa tocaba en un café.
No sabíamos quién era Carlé Costa pero a mí siempre me han gustado el sonido de las guitarras.
Era una noche estrellada.
La sorpresa fue inmensa.
Aún hoy, abro mi correo y me encuentro mails que me llevan a su música.
La comparto con ustedes.
Alguien nos había dicho que Carlé Costa tocaba en un café.
No sabíamos quién era Carlé Costa pero a mí siempre me han gustado el sonido de las guitarras.
Era una noche estrellada.
La sorpresa fue inmensa.
Aún hoy, abro mi correo y me encuentro mails que me llevan a su música.
La comparto con ustedes.
martes, 9 de marzo de 2010
¡Bienvenida Carny!
¡Sí, señores!
Ayer Nico trajo a mi casa mi regalo de cumpleaños.
Es cierto, lo trajo un mes rezagado ¡pero valió la pena!
¡Sí!
¡Una drosera!
¡Una planta carnívora!
P.D: ¡Oh Dios... y yo que quería cultivar orquídeas!
Ayer Nico trajo a mi casa mi regalo de cumpleaños.
Es cierto, lo trajo un mes rezagado ¡pero valió la pena!
¡Sí!
¡Una drosera!
¡Una planta carnívora!
jueves, 4 de marzo de 2010
De nuevo has vuelto a escribir poesías
Esta vez con más furia, ahora todo el barrio sabe quién eres. Ya no tienes escapatorias. Abuela dice que se le cae la cara de vergüenza al pensar que a uno de sus nietos le haya dado por esas cosas. Y abuelo (con el hacha siempre en la mano) no hace más que maldecir.
Otra vez escribiendo poesías, y yo sé que no vas a parar nunca. Es mentira que algún día piensas terminar, aunque me lo digas, yo sé que es mentira. Mi madre también lo sabe y no hace más que llorar. En cuanto a mis tías, no hacen más que mormollar.
Ya todo el mundo te odia.
Reinaldo Arenas, Celestino antes del alba.
Jajajajajaja
Otra vez escribiendo poesías, y yo sé que no vas a parar nunca. Es mentira que algún día piensas terminar, aunque me lo digas, yo sé que es mentira. Mi madre también lo sabe y no hace más que llorar. En cuanto a mis tías, no hacen más que mormollar.
Ya todo el mundo te odia.
Reinaldo Arenas, Celestino antes del alba.
Jajajajajaja
miércoles, 3 de marzo de 2010
martes, 2 de marzo de 2010
Un canto extraordinario
Tomando mate con Ushka en la cocina de mi casa.
-Flor, ¿conocés a Yma Sumac?
-No.
-Es una cantante peruana que tiene como cinco octavas de registro.
-Wow.
-Sí, parece que se dio cuenta de su talento cuando de chica iba al bosque e imitaba el sonido de los pájaros.
-¿Imitaba a los pájaros?
-Te juro. Es impresionante. Buscala en youtube. Tiene una voz increíble.
Me quedo pensando unos segundos, le cebo un mate y luego le digo:
-Sabés, Ush, me hiciste acordar al pájaro lira.
-¿Qué es el pájaro lira?
-El otro día vi un documental en donde mostraban un pájaro que imitaba todos los cantos de las otras aves. Posee una garganta extraordinaria. Tan extraordinaria que por el avance de la civilización ahora imita ruidos de obturadores de cámaras fotográficas, motosierras, sirenas de autos. Así que ya ves.... una humana imita a los pájaros y un pájaro imita los ruidos que producen los humanos. ¿No es extraordinario?
-...
-...
-...
-Ush, ¿qué te pasa?
-Nada, creo que me deprimí.
-Flor, ¿conocés a Yma Sumac?
-No.
-Es una cantante peruana que tiene como cinco octavas de registro.
-Wow.
-Sí, parece que se dio cuenta de su talento cuando de chica iba al bosque e imitaba el sonido de los pájaros.
-¿Imitaba a los pájaros?
-Te juro. Es impresionante. Buscala en youtube. Tiene una voz increíble.
Me quedo pensando unos segundos, le cebo un mate y luego le digo:
-Sabés, Ush, me hiciste acordar al pájaro lira.
-¿Qué es el pájaro lira?
-El otro día vi un documental en donde mostraban un pájaro que imitaba todos los cantos de las otras aves. Posee una garganta extraordinaria. Tan extraordinaria que por el avance de la civilización ahora imita ruidos de obturadores de cámaras fotográficas, motosierras, sirenas de autos. Así que ya ves.... una humana imita a los pájaros y un pájaro imita los ruidos que producen los humanos. ¿No es extraordinario?
-...
-...
-...
-Ush, ¿qué te pasa?
-Nada, creo que me deprimí.
lunes, 1 de marzo de 2010
Cultura de hotel
Estamos sentados en el enorme comedor del hotel que elegimos para pasar nuestras vacaciones. Es un hotel que data de 1938 con grandes ventanales que dan al mar. Tiene cien cuartos (de los cuales sólo veinte están ocupados) con postigones pintados de azul y palmeras viejas y altas. Afuera hay sol. Tomamos nuestro desayuno en silencio. Todo aquí es tranquilo y nadie tiene apuro. Hay algunos huéspedes que son habitués del lugar y se mueven por el hotel a sus anchas. Algunos son tan habitués que forman parte del mobiliario.
-Estás tan en tu salsa.
-¿Por qué?
-Porque sos terrible. Te encanta escuchar lo que dicen los demás y enterarte qué hace cada uno. Es el gen Rossi.
-Vos estás en tu salsa. Este lugar sos vos. Tiene el sello de los años treinta. Art Decó total.
-Si tuviéramos ventanitas en los oídos y pudiéramos elegir qué escuchar y qué no sería ideal.
-¿Por?
-A vos te falta cultura de hotel, cariño, claramente. Mucha carpa y poco hotel. ¡Dios!
-...
-No hay que hablar con nadie. Nadie. Es la mejor manera de evitar charlas inútiles y vacías.
-Bueh.
Nos quedamos callados estudiando nuestro entorno. Es cierto. No tengo cultura de hotel de pueblo. En la mesa de atrás se ha sentado un hombre al que hemos visto muchas veces. Parece ser un hombre extremadamente correcto pero hay algo en él que me intranquiliza. Siempre pareciera que está a punto de estallar. Habla con palabras difíciles y camina arrastrando los zapatos. Está hablando con una mujer regordeta de pelo pajizo y extremadamente corto.
Las conversaciones son eso: el desesperado intento por encontrar alguna coincidencia que nos permita seguir comunicándonos. Hay gente que se desespera por comunicar algo sobre sí misma. Es el mal del siglo XXI. El silencio, por otra parte, es el fracaso de este intento.
-¿Ustedes de dónde son?
-De Buenos Aires. Vivimos en el barrio de Recoleta.
-Ah, qué bien. Nosotros somos de Almagro.
-Ajá.
-Yo trabajé muchos años en una clínica X en Recoleta.
-¡Ah, pero queda a unas cuadras de casa!
-Sí, es que yo soy cosmiatra. Bueno, ya no. Me jubilé y ahora me dedico a mi nieta.
-Ah, pero eso está muy bien... Yo soy abogado y el trabajo me queda cerca de donde vivo. Por suerte, es cómodo.
-Pero además... yo soy maestra de reiki.
-Qué interesante. Yo mismo tomé la iniciación de reiki pero sólo el primer nivel.
-¿Ah, sí? ¿Con quién?
-Mmmh... no lo recuerdo.
-Ah.
-También hice un curso de llave mariana.
-Esa no la conozco -dice la mujer compungida.
-Se trata de hacer una visualización y...
-Es con la energía, ¿no?
-Sí, con la energía.
Hans toma el cuchillo de untar manteca y declara:
-Si me clavo esto que está sucio de miguitas capaz que me produzco una infección y muero más rápido, ¿no?
-Estás tan en tu salsa.
-¿Por qué?
-Porque sos terrible. Te encanta escuchar lo que dicen los demás y enterarte qué hace cada uno. Es el gen Rossi.
-Vos estás en tu salsa. Este lugar sos vos. Tiene el sello de los años treinta. Art Decó total.
-Si tuviéramos ventanitas en los oídos y pudiéramos elegir qué escuchar y qué no sería ideal.
-¿Por?
-A vos te falta cultura de hotel, cariño, claramente. Mucha carpa y poco hotel. ¡Dios!
-...
-No hay que hablar con nadie. Nadie. Es la mejor manera de evitar charlas inútiles y vacías.
-Bueh.
Nos quedamos callados estudiando nuestro entorno. Es cierto. No tengo cultura de hotel de pueblo. En la mesa de atrás se ha sentado un hombre al que hemos visto muchas veces. Parece ser un hombre extremadamente correcto pero hay algo en él que me intranquiliza. Siempre pareciera que está a punto de estallar. Habla con palabras difíciles y camina arrastrando los zapatos. Está hablando con una mujer regordeta de pelo pajizo y extremadamente corto.
Las conversaciones son eso: el desesperado intento por encontrar alguna coincidencia que nos permita seguir comunicándonos. Hay gente que se desespera por comunicar algo sobre sí misma. Es el mal del siglo XXI. El silencio, por otra parte, es el fracaso de este intento.
-¿Ustedes de dónde son?
-De Buenos Aires. Vivimos en el barrio de Recoleta.
-Ah, qué bien. Nosotros somos de Almagro.
-Ajá.
-Yo trabajé muchos años en una clínica X en Recoleta.
-¡Ah, pero queda a unas cuadras de casa!
-Sí, es que yo soy cosmiatra. Bueno, ya no. Me jubilé y ahora me dedico a mi nieta.
-Ah, pero eso está muy bien... Yo soy abogado y el trabajo me queda cerca de donde vivo. Por suerte, es cómodo.
-Pero además... yo soy maestra de reiki.
-Qué interesante. Yo mismo tomé la iniciación de reiki pero sólo el primer nivel.
-¿Ah, sí? ¿Con quién?
-Mmmh... no lo recuerdo.
-Ah.
-También hice un curso de llave mariana.
-Esa no la conozco -dice la mujer compungida.
-Se trata de hacer una visualización y...
-Es con la energía, ¿no?
-Sí, con la energía.
Hans toma el cuchillo de untar manteca y declara:
-Si me clavo esto que está sucio de miguitas capaz que me produzco una infección y muero más rápido, ¿no?
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