Revisando unas cajas donde guardo material de la facultad y de otras materias que fui estudiando a lo largo de mi vida encuentro una caja azul etiquetada de la siguiente forma "Cosas, secundaria". La abro sin mucho interés y me encuentro con algunos trabajos, narraciones escritas a mano y fotocopias de artículos. Algunos trabajos de quinto año están escritos en una máquina de escribir que tuve antes de que mi padre comprara la primera PC.
Sin embargo, la joyita máxima se la llevó una corrección de mi profesor de Historia -era universitario de Puan, el colegio se jactaba de tener todos profesores universitarios- en un trabajo que hice sobre la caída del muro de Berlín. En el trabajo (escrito ya en la flamante PC que mi padre trajo un buen día de 1994) yo había escrito una frase que decía "me propongo demostrar.... etc.). La frase está marcada en rojo y la corrección es la siguiente: NUNCA USAR LA PRIMERA PERSONA.
Ahí comenzó la fragmentación supongo. Esta frase la escuché hasta el hartazgo en la universidad.
Hoy, sin embargo, me propongo usar la primera persona. La singular y la plural.
Cuando quiero hacer algo lo hago siempre en primera persona. Siempre.
Pasivas con se y usos impersonales del lenguaje, absténganse, por favor.
martes, 15 de febrero de 2011
lunes, 14 de febrero de 2011
Buena suerte
Hace dos años, Nico y yo nos zambullimos uno adentro del otro en una vorágine sexual maravillosa.
Dos febreros atrás, aún embriagados por esta inexplicable felicidad, una noche de sábado cualquiera salimos a buscar un lugarcito para comer. Resultó que ese día era San Valentín y ningunos de los dos se había percatado de ello. Terminamos comiendo en Demetria, un lugar de comida naturista porque nos pareció que allí iba a haber menos cola que en Primavera Trujillana. A la luz de las velas bebimos y comimos como sólo una parejita muy enamorada puede hacerlo.
Hoy, para rememorar ese día, lo invité a Nico a cenar afuera. Como todo fue a último momento y no teníamos reserva en ningún lado, tuvimos que apelar a nuestra buena suerte y en La Bataraza nos dieron una mesita afuera con la infaltable velita.
Y comimos y bebimos como sólo una parejita muy enamorada puede hacerlo.
Dos febreros atrás, aún embriagados por esta inexplicable felicidad, una noche de sábado cualquiera salimos a buscar un lugarcito para comer. Resultó que ese día era San Valentín y ningunos de los dos se había percatado de ello. Terminamos comiendo en Demetria, un lugar de comida naturista porque nos pareció que allí iba a haber menos cola que en Primavera Trujillana. A la luz de las velas bebimos y comimos como sólo una parejita muy enamorada puede hacerlo.
Hoy, para rememorar ese día, lo invité a Nico a cenar afuera. Como todo fue a último momento y no teníamos reserva en ningún lado, tuvimos que apelar a nuestra buena suerte y en La Bataraza nos dieron una mesita afuera con la infaltable velita.
Y comimos y bebimos como sólo una parejita muy enamorada puede hacerlo.
martes, 1 de febrero de 2011
De pie
Estoy estudiando una nueva técnica llamada ashiatsu donde se trabaja con los pies.
Al principio de la clase nos explicaron que ashiatsu significa no shiatsu (por el prefijo, claro está). También parece ser que ashi en japonés es pie, pierna, etc.
Juego de palabras.
Cuando me tocó rebotar en un pie y balancear el otro en la pierna de mi receptor pensé: ¿por qué no aprendí esto antes? ¡Es genial!
Después me respondí solita.
Me llevó tres años volver a pararme sobre los pies.
Al principio de la clase nos explicaron que ashiatsu significa no shiatsu (por el prefijo, claro está). También parece ser que ashi en japonés es pie, pierna, etc.
Juego de palabras.
Cuando me tocó rebotar en un pie y balancear el otro en la pierna de mi receptor pensé: ¿por qué no aprendí esto antes? ¡Es genial!
Después me respondí solita.
Me llevó tres años volver a pararme sobre los pies.
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