miércoles, 5 de febrero de 2014

Gracias

Y llegó el 5 de febrero, es decir, mi cumpleaños. La vida no deja de sorprenderme. La naturaleza se esmera por decirme que sea feliz. Me regala un gato blanco y flores.


Mani, todos los días me recuerda que aún las heridas muy profundas, sanan. 


Y este rosal que no daba flores desde noviembre y que floreció en febrero me recuerda que siempre hay que perseverar. 

Porque las cosas bellas llegan. 
A su debido tiempo. 

lunes, 3 de febrero de 2014

And the cat came back the very first day...

Y de pronto tengo un gato cariñoso y bueno que no se quiere ir por nada del mundo aunque le abra la ventana o la puerta.
Ayer se subió a la cama y se quedó dormido, entre los dos. Es un gato grande, largo y pesado. Suspiraba. Nico y yo no podíamos parar de mirarlo, embelesados.
Responde a su nombre y viene cuando lo llamo. Eso es algo muy nuevo para mí. Mi gata anterior jamás respondió a su nombre pero bueno, pobre, tenía dos nombres  y dos casas (igual tampoco respondía a su nombre antiguo) y no, no era sorda.
Mani es tan blanco que brilla en la oscuridad. Ya descubrió a la gata negra de enfrente que tanto martirizaba a Marilyn. Yo creo que mi gata nos mandó a este gato para vengarse de su verduga.
Extraño algunas cosas que Marilyn hacía y que éste gato no hace. Pero tiene otras costumbres igual de maravillosas. Además, todos los gatos adoran jugar con un cordel. Mani ya tiene el suyo propio. A veces se me confunde el amor. Es como si a Mani lo quisiera el doble. Como si llevara a Marilyn adentro suyo además de a sí mismo. Qué se yo, es raro. Pero me hace feliz. Es como si Marilyn, de algún modo, hubiera encontrado la forma de volver a casa.