domingo, 19 de julio de 2015
lunes, 6 de julio de 2015
El abrazo
A veces discutimos. Como en toda pareja de muchos años que se precie: nos ponemos de mal humor, nos peleamos, nos gritamos (yo grito más que él). En este último tiempo se podría decir que estas discusiones han aumentado. Es como un drenaje que es necesario que salga para afuera. A veces las discusiones no tienen ningún sentido, simplemente son descargas necesarias para decir lo que no se puede decir y duele.
Hasta que pasa lo siguiente:
-Ya sé que estás harto de mí- le digo.
-Yo también sé que vos estás harta de mi.
Nos miramos en silencio.
¡Cuánta verdad!, pienso ¡Y poder decirlo así!
Pero contra todo pronóstico pasa lo siguiente: Nos abrazamos fuerte. Muy fuerte.
Y pasamos un gran domingo.
Hasta que pasa lo siguiente:
-Ya sé que estás harto de mí- le digo.
-Yo también sé que vos estás harta de mi.
Nos miramos en silencio.
¡Cuánta verdad!, pienso ¡Y poder decirlo así!
Pero contra todo pronóstico pasa lo siguiente: Nos abrazamos fuerte. Muy fuerte.
Y pasamos un gran domingo.
domingo, 5 de julio de 2015
Artificio vivo
La gente cree que tener un jardín te acerca a la Naturaleza. Falso.
En realidad, un jardín te acerca al arte. Claro que hay muy distintas obras de arte. Todos podemos dibujar sin necesariamente ser Picasso.
El otro día pensaba: ciertamente la Naturaleza está presente (¿cómo podría no estarlo?) pero su presencia es intervenida.
Hay límites demarcados, pasto cortado al ras, hierbajos que se arrancan, hojas secas que se barren, ramas que se van en vicio y que se recortan... fuentes y estanques... y podría seguir.
Por eso pienso que, en algún punto, tener un jardín es tener una obra de arte viva.
La Naturaleza es otra cosa. Basta con entrar en un bosque para darse cuenta.
Supongo que Monet pensaba algo parecido.
En realidad, un jardín te acerca al arte. Claro que hay muy distintas obras de arte. Todos podemos dibujar sin necesariamente ser Picasso.
El otro día pensaba: ciertamente la Naturaleza está presente (¿cómo podría no estarlo?) pero su presencia es intervenida.
Hay límites demarcados, pasto cortado al ras, hierbajos que se arrancan, hojas secas que se barren, ramas que se van en vicio y que se recortan... fuentes y estanques... y podría seguir.
Por eso pienso que, en algún punto, tener un jardín es tener una obra de arte viva.
La Naturaleza es otra cosa. Basta con entrar en un bosque para darse cuenta.
Supongo que Monet pensaba algo parecido.
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