lunes, 25 de abril de 2016

De fluctuaciones vivimos

El cese de las fluctuaciones de la mente... Cuando estoy colgada del columpio como un murciélago y sólo puedo sentir mi respiración empiezo a entender de qué va la cosa. Las fluctuaciones de mi mente empiezan a aquietarse porque no hay más remedio que fluir en esa posición, colgados de los arneses, cabeza abajo, con la sangre fluyendo en sentido contrario.
Todo al fin y al cabo es un simulacro. Hay juegos más bonitos que otros. Me pregunto que he hecho yo para merecer estar en este juego.
Hoy todo se ve raro. Un leve halo invernal acariciaba la mañana.