Me preguntan cómo estás. Y yo entonces salgo al jardín. Mis manos son tijeras. Todo lo cortan. Arrasan con el verde de un jazmín que se apoderó de toda una pared. Una minúscula partícula de esa planta entra en mi ojo izquierdo. No puedo quitarme la basurita del ojo pero la pared la veo perfecta. La basurita está ahí y es bien palpable. Ahora sí sé que me pasa y me está pinchando el ojo. Literal.