Una sala. Ella, los ojos pícaros y un cuerpo que es una caja sonora vibrando cuando habla. Me acerco a su piano y me miro los labios en el espejo apoyado. Mom mom mom mim mem mam mom mum miam mum mam.Durante una hora me arqueo como un pájaro de cuello largo. Allí, profundo en el centro, manos que titilan. Tomo aire y parezco una princesa haciendo reverencias. Voy limando las asperezas, voy subiendo, subiendo, hasta coronarme.
En el espejo vuelvo a ser Florencia. Guardo la voz despacito y me retiro al sol de la tarde y al bullicio que me depara en la avenida Santa Fé.
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