Me peino la tristeza con el peine blanco. ¿Cuántas veces me peino en el día?
El agua me baña las heridas. El viento me seca las lágrimas.
La lluvia de ayer nutre mi corazón.
Me peino muchas veces y las tristezas caen al suelo. Mi pelo crece y crece y crece.
Mi pelo teje nidos.
Mis manos los desatan.
Mi pelo teje nidos.
Y allí, en la cumbre de mis ojos, alguien bello me escribe un poema.
Un poema, a mí.
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