Si el tigre está solo
y habla
hacia sus garras voy.
No me dan miedo sus rayas de terciopelo,
nada es tan auténtico como su sed.
Si el tigre está solo
y ríe
hacia sus garras voy.
Porque su aliento alimenta mi esencia,
la hace certera y sostiene mi bien.
Si el tigre está solo
y llora
hacia sus garras voy.
Porque su llanto es rugido que siembra
un manto de soles, un jardín salvaje.
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