Ayer, volviendo por la Richieri, luego de un cumpleaños de un amigo que cumplía cuarenta, rumbo a casa,
Nico pone el álbum blanco de The Beatles. Cuando llega el turno de "I
will", me mira y me dice, "Cariño: esta es nuestra canción, ¿no?"
Y yo me morí
de amor, como siempre.
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