Una neblina espesa recubre todo. Se escucha el barrer de las hojas obsesivo de mi vecina. Abro la puerta y la rágafa es fresca, las hojas se empujan unas a otras para entrar y desparramarse en el piso de madera. El gato juega con una, la da vuelta y luego se aburre, se arrellana en su sillón de siesta, ronronea y se duerme.
En la cocina, las ollas largan vapor, el agua borbotea y las legumbres y los cereales se cuecen a fuego lento.
Otoño.
1 comentario:
Cada vez que empieza me digo a mi misma que sí, que el otoño es mi estación preferida... pero después llega el invierno, que también tiene su encanto.
Abrazo!
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