¿Sabés qué? Volví, carajo, claro que volví.
Dejé que el mar me envolviera con dulzura y sabor. Me hamacó las ideas y me meció como a un bebé. Y nada fue casual. Seis días de quebrar al pequeño yo y construir algo más real. La consciencia colectiva es muy poderosa. Vivir en comunidad te enseña eso.
Un gracias inmenso por este viaje.
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