Mani-hermosura, hoy llegó una carta. Y al abrir esa carta el corazón se
me volvió a estrujar. Decía la carta que la empresa tal había trasladado
tu cuerpito blanco de gato y lo habían cremado. Ese cuerpito caliente y
vivo que tantas veces acaricié, tantas veces me pareció enorme,
latiendo en cada pelo. Mani, ahora que sos parte del aire, ahora que no
puedo acariciarte sino en los recuerdos volví a mirar ese pañuelo blanco
que colgué de la Santa Rita en tu honor porque te encantaba
rascarte las uñas en la Santa Rita y subirte a ella para seguir tu
rumbo por otras medianeras. Ese pañuelo blanco que llevé a la plaza y
lo mantuvimos en alto cuando le dijimos ¡no! al 2x1. Ese mismo pañuelo
que luego colgué en el cuello del buda y que cuando moriste lo envolví
en tu árbol para que ondeara y ondeara y ondeara.
Mani, se están
muriendo tantas cosas. Y yo aquí abajo, aún viviendo en el tiempo, un
tic tac que nos une a todos los que estamos vivos, un tic tac que
debería ayudar a despertarnos.
2 comentarios:
Somos muchos los que estamos vivos y seguimos resistiendo. Con miedo, pero seguimos. Beso grandote!!
Gracias Irene. Otro beso enorme.
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