martes, 21 de noviembre de 2017

Jacarandá-corazón

Amo este Jacarandá. Al año y medio de plantarlo su tronco se rajó. Me dijeron que iba a tener que ponerle unos clavos o mejor cortarle una de las ramas. Yo dije que no. Fede en cambio me dijo que capaz sanaba solo, que esas rajaduras con el tiempo se curaban. Que capaz poniéndole un poco de tierra en la rajadura. Me dijo que lo peor que podía pasar era que se terminara de partir al medio. Pero no se partió. Durante años la mitad del jacarandá florecía y la otra no. Se turnaban para florecer. Se ve que no le daba para florecer completo. Fue creciendo. El árbol fue curando la rajadura. Un día sólo quedó la cicatriz. Tiene un tronco gordo y hermoso. Y este año floreció completo.

martes, 7 de noviembre de 2017

¿La tierra que todo lo digiere?

Cuando comencé la compostera, allá por marzo de este año, lo hice con unas lombrices que me regalaron. No eran las Rojas Californianas (Eisenia foetida) sino más bien lombrices de tierra común (Lombricus Terrestris). Me dijeron que no me preocupara, que funcionaba igual, que hacían humus y que se iban a reproducir rápido. 
Lo cierto es que empecé con un balde de diez litros. Las lombrices comenzaron a engordar y se las veía muy bien pero no se reproducían tan rápidamente como había leído.
Como yo era muy nueva en esto de vermicompostar hice algunas cosas mal. Por ejemplo, no les procuré un manto de tierra fértil al principio y las mandé de lleno a los desperdicios orgánicos. No sé cómo lograron sobrevivir ahí. Es cierto que alternaba con una capa de tierra y hojas secas pero luego de ver una compostera profesional me di cuenta de que mis pobres lombrices estaban prácticamente en un campo de concentración lombricil.
De hecho la bonanza duró poco y mis lombrices comenzaron a morir.  Luego de "salvar" un puñado y trasladarlas a un hábitat (balde) más cuidado comencé a separar mejor el tema de los residuos orgánicos cuidando de no sobrepasar el balde. Lo que mis lombrices no podían comer iba a parar a otro balde. Ese balde se suele llenar de líquido y olor fácilmente por lo que debo removerlo bastante y agregarle hojas secas y tierra. 
Una amiga que tiene Rojas Californianas me ofreció un puñado de las suyas (muy pequeñitas) y decidí entonces empezar un tercer balde. Las ventajas de vermicompostar utilizando la Eisenia foetida frente a la Lombricus Terrestris es que las amigas Rojas se reproduce mucho más rápido. Una vez que llegan a la edad adulta son capaces de reproducirse cada 7 días frente a la lombriz común que puede tardar hasta 45 días. Y las Rojas tienen un promedio de vida de unos 16 años mientras que las lombrices comunes viven unos 4 años. Una Roja en condiciones óptimas de temperatura, humedad , aireación y alimentación puede llegar a las 1.500 lombrices por año. Y el abono que se obtiene es de alta calidad. Mucho más que el abono de las comunes.
Tengo mis tres baldes. Uno con Rojas, otro con comunes y otro con desperdicios orgánicos y tierra. 
En un mes les cuento qué sale de cada uno