martes, 21 de noviembre de 2017

Jacarandá-corazón

Amo este Jacarandá. Al año y medio de plantarlo su tronco se rajó. Me dijeron que iba a tener que ponerle unos clavos o mejor cortarle una de las ramas. Yo dije que no. Fede en cambio me dijo que capaz sanaba solo, que esas rajaduras con el tiempo se curaban. Que capaz poniéndole un poco de tierra en la rajadura. Me dijo que lo peor que podía pasar era que se terminara de partir al medio. Pero no se partió. Durante años la mitad del jacarandá florecía y la otra no. Se turnaban para florecer. Se ve que no le daba para florecer completo. Fue creciendo. El árbol fue curando la rajadura. Un día sólo quedó la cicatriz. Tiene un tronco gordo y hermoso. Y este año floreció completo.

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