martes, 25 de enero de 2022

Tercera dosis

Caminamos por la ancha explanada de Tecnópolis. Ni un atisbo de sombra. 
Claro, toda esta parte fue planificada para el estacionamiento de miles de autos. Cuento unos treinta autos junto con el nuestro.
Ya en la primera cola, bajo el sol picante de enero, vemos que han plantado cinco árboles que aún son demasiado jóvenes para dar sombra.
-Mirá, ¡plantaron árboles! Al fin se dieron cuenta de la locura de tener todo este predio y llenarlo de cemento.
Él suspira. Me mira y me dice:
-Capaz para la quinta dosis ya nos dan sombra, amor.
Me río pero no sé de qué me río.
En la mesa de entradas me preguntan si tuve síntomas de Covid en las pasadas 48 hs. O un contacto estrecho positivo.
Cómo bajaron los parámetros, pienso. Antes te preguntaban si habías tenido síntomas en los últimos 15 días. Pero en ese caso estoy segura de que todas las respuestas serían afirmativas y no podrían vacunar a nadie.
Cuando me pinchan ni lo siento ya. La vacunadora la tiene re clara. Es joven pero ya tiene ese rasgo determinante de haber vivido, tiene un pelo negro envidiable, hermoso. Estoy segura de que con ese cuerpo es de las que bailan.
Le doy mi brazo derecho porque en el izquierdo tengo el lunar que me van a sacar el viernes. Y le quiero dar un respiro al pobre brazo. Que se la banque la derecha un poco.
Nos retiramos sin esperar los 15 minutos de rigor. Hay más filas de gente. Todas las edades. Niños, adultos mayores, adolescentes y de mediana edad.
Tercera dosis con Pfizer adentro.
Enero 2022.

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