jueves, 27 de octubre de 2022

Una red MUY normal

"yo me acuerdo la sorpresa de ver cómo las redes (los blogs) cambiaban mi manera de pensar, todo era relato. ahora capaz todo es meme, no estoy segura pero a veces pienso en meme"

Ni me acuerdo donde leí esto pero sé por qué lo guardé. Que me disculpe el autor de tales palabras al que hoy no puedo identificar aunque en definitiva todo es intertextualidad. La autoría es una de esas nociones que empezaron a caer con Barthes y su "De la obra al texto". ¿Qué hubiera escrito Barthes en la era de la internet?

A veces me pregunto qué sentido tiene escribir un blog personal. No tengo idea de quien lee estas páginas. Pienso en el sentido de escribir en internet, en la internet de hoy donde si algo no está monetizado no existe. Como han cambiado las prácticas de escritura hoy en día. Todo se ha vuelto fotográfico, instragrameable, tiktokeable. El texto tiene más lugar en los hilos de twitter pero aún así, ese formato lo va reduciendo, cortando, retaceando. Barthes tenía razón. No hay obras ni autores. Como dice la cita de arriba que ya no sé quien la escribió: el texto se va convirtiendo en meme. 

Los caducos que han quedado en fb no se dan cuenta ( o sí, se dan cuenta) de que le hablan al algoritmo que se sigue alimentando de los pensamientos e intentos de conectar con los otros. Nadie influye a nadie. Es el algoritmo el que decide levantar a unos y enmudecer a otros.

La IA, señores, ya está aquí. No necesitaban un chip. El chip es nuestro cerebro que ya no puede pensar en otro formato que no sea una red social de mierda.

martes, 18 de octubre de 2022

Argentina 1985

Fuimos a ver Argentina 1985 de Santiago Mitre. Elegimos esta película para volver a las salas de cine luego de tres años pandémicos. Creo que la última vez que habíamos pisado una sala fue para ver Guasón. Cuento esto porque no es un detalle menor. Decidimos ir a ver esta película en vez de verla en la intimidad de una pantalla y no justamente buscando la pantalla gigante ni el sonido fabuloso sino para volver a vivir la experiencia de compartir una sala con los demás espectadores.


La película me gustó. Creo que Santiago Mitre encontró la forma de no caer en un panfleto y eso ya es un montón. Las actuaciones estuvieron muy bien, no hubo los típicos casos de sobreactuación que a veces se dan en las películas argentinas. El tema que toca tiene un valor sustancial porque el público se renueva y las nuevas generaciones necesitan conocer la historia de los juicios a la Juntas Militares.


Cada uno sabrá como le pega esta historia en lo personal. En lo colectivo creo que es muy necesaria. Me sorprendió que un lunes por la noche la sala estuviera casi llena. Había múltiples edades y muchos de nosotros nos estremecimos con el Señores jueces, NUNCA MÁS. Lo sé porque se escuchó un murmullo en la sala, un Nunca más murmurado por labios que venían de la sala, no de la película. Señores jueces, NUNCA MÁS es una frase que circula en la memoria, circula en el inconsciente argentino aunque nos quieran hacer creer lo contrario.