jueves, 23 de abril de 2009
Le chant
La vida es música.
Siempre.
En el living de casa,
en la computadora,
en un teatro (pero cada vez menos),
en un baño,
en el subte,
en el auto,
en las calles urbanas.
Sea donde sea,
hoy,
en las grandes ciudades,
la música no puede ir separada de la tecnología.
¿O si?
Vos, decime.
Viene una amiga de 23 años con un cosito plateado donde guarda 1000 canciones. Y te habla de plugs y clin con un leve tocar de dedos te regala cinco discos que ahora están en una carpeta y que escuchás con el winamp o el media player y... "debes actualizar los programas de a uno por vez". (¡windows del orto!).
Mi hermano me dice: me compré buenos parlantes. Por fin. No daba más escuchar música en esos parlantitos mínimos. Pero buenos parlantes ya no es sinónimo de parlantes grandes. Y debo admitir, se escucha de puta madre.
Hace dos años, en el living de una casa del barrio de Colegiales, un antiguo ex me pide que ponga algo de música. Me emociono al ver que tiene un equipo de música de los grandes y ¡discos! Entre esos discos encuentro Mentiras Piadosas de Joaquín Sabina, un regalo que le hice para sus 19 años (hace ya de esto...16 años). Esa misma tarde, un amigo de mi ex confiesa que un paciente, en agradecimiento, le ha regalado un ipod y que no tiene idea de qué hacer con él. Está pensando en venderlo, regalarlo.
-No tengo música en mp3- dice. -No sé lo que es la música en mp3.
Esa confesión lo hace parecer más viejo.
No sé muy bien qué quiero decir con esto.
Supongo que
yo estoy en una bisagra.
Ni de un lado
ni del otro.
Me gustan los cds.
Le pedí a Guillermo que me dejara el equipo de música Technichs con la bandeja de cinco cds.
Se llevó los parlantes que habían pertenecido a sus padres.
Tengo parlantes pequeños
que se escuchan
de puta madre.
Tengo discos guardados en el placard.
Y otros
discos
expuestos.
Tengo amigos
que me prestan cds
y otros
que me graban sus mp3 en la computadora.
Bisagras.
No sé qué quiero decir con esto.
Tengo una caja vidalera que no precisa de electricidad.
Tengo una voz
que no precisa de tecnología.
Por ahora.
Después...¿quién sabe?.
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9 comentarios:
34 - 19 = 15 (no 16, no exageres). Más allá del soporte, importa la música. De todos modos, quienes cambiamos púas en tocadiscos nunca seremos digitales, creo que tenemos cierto aprecio por la materia que las nuevas generaciones no comprenden (y les genera cierta desconfianza). Así como no comprenderían, desde su fotolog, tu diario en papel sobre la cama.
Con esa VOZ que Dios-Buda-Quiensea te dió, no precisás nada más!
Te lo aseguro.
Beso
tenes tu propia musica interior Flor! ya eso es un regalo hermoso!
sal: ¡epa!, bienvenido a Nubedeagua. El cálculo lo hice desde mi edad, no desde la tuya. 32 - 16 = 16. Un error, sí, porque nos llevamos dos años y unos meses que no ayudan para redondear. Igual, no te olvides, este año cumplís 35.
Ahora, ¿vos cambiás púas de tocadiscos? ¡Sos un bicho en extinción en serio!
Vero: Gracias. Me hiciste reir mucho con eso de Dios-BUDA- Quiensea te dio. Pero admitamos que escuchaste mi voz gracias a la tecnología de esta época. Hay algunos mp3 míos dando vueltas por ahí...
Dani: gracias, sé por qué lo decís y te lo agradezco.
Touché!
SOMOS una generación bisagra. Yo tenía discos (de los redondos, los de vinil) de Gaby Fofó y Miliki y varios más, en mi infancia. Después tuve cassettes y aprendí a grabar la música que me gustaba desde la radio. También usé walkman. Después vinieron los CDs, con los discman. Después el formato MP3, los cositos plateados, los ipods, los celulares con música, la piratería, youtube... pasamos por todo eso, como ninguna otra generación. Yo también arreglé la púa del tocadiscos, pero eso no me impide escuchar música digital hoy, ¿qué tiene de malo?
No ganamos nada con satanizar la tecnología, ¿o sí?
Muchos saludos Flor, y seguí cantando, que transmitís mucha dulzura y paz cuando lo hacés.
Flor, gracias por la bienvenida, en rigor hace rato que llegué (por lo menos a leer). Ya no cambio más púas, ni tengo tocadiscos, pero a mis 12 o 13, cuando en mi casa convivían bandejas y pasa cassettes, sí lo hice.
Sobre el último comentario, no me debo haber explicado bien. No pretendí satanizar la teconología (doy por descontado que ese verbo debe significar algo malo); y claro que podemos usar los últimos implementos técnicos quienes, antes, usamos otros, hoy obsoletos, es más, me gusta hacerlo. Quería decir otra cosa, pero no vale la pena insistir.
Fati: ¿Será que la bisagra es una opción de vida o simplemente es por generación? No sabemos en que devendrán los que hoy tienen 20 años. Y sí sé el shock que significó para mi abuelo pasar de sus discos de pasta a unos cassettes que según él se escuchaban mal.
Sal: te explicaste perfectamente y concuerdo con vos respecto a esta apreciación por la materia que las generaciones de hoy no tienen o les cuesta comprender. Y no digas que no vale la pena insistir que ya vas a parecer un "viejo" gruñón, jaja.
viejo gruñón, eso soy. O sino "rezongón", como decían en Entre Ríos. jaja. besos.
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