-Todo es mental- me dijo el señor mientras conducía el auto.
Circulábamos por la Gral Paz. Atrás iba quedando el partido de San Martín. Afuera, un remolino de autos. Adentro, un descubrimiento.
-¿Vos sabés qué es saludar?, me preguntó.
-¿Saludar?
-Sí, la misma palabra te lo dice. Saludar...
-Mmmhno.
-Dar salud. Cuando saludás está dando salud. Dame la mano.
Le di mi mano. Era una mano grande, caliente y hermosa. La mía estaba un poco fría.
-Que Dios te bendiga. Bah, si querés. Si no querés, no.
Me reí.
-No dejes de saludar nunca. El saludo no se le niega a nadie.
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