Hace tanto frío que para escribir cierro las persianas. Afuera hay un sol tibio que no quiero ver por lo tibio. Necesito algo caliente, quemante porque este sol no alcanza. Bajo la persiana para crearme el sol que necesito y que el resto del mundo cierre el pico.
En realidad herir o no herir no es la cuestión. Todos estamos heridos de alguna manera. Basta mirar la familia que nos tocó a cada uno. ¿Tenés una buena relación con tus familiares? ¿Ya les diste las gracias a tus viejos por animarse a traerte a este mundo? Dales las gracias pero tampoco te quedes dándole las gracias eternamente. Corrés el riesgo de no vivir tu propia vida. Y no hay estupidez más grande que haber nacido y no vivir tu vida.
Ayer llovía y llovía y seguro que había mucha gente mojándose y embarrándose. A mi me tocó estar en una casa tibia, arropada. Me tocó algo bueno. Y hoy salió el sol que aunque sea tibio es algo para apreciar.
No voy a subir la persiana. Me gusta el sol que me he creado.
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