Crear un oasis en el medio de este caos.
Volvés de trabajar, estás cansado, el cuerpo te pide a gritos que le des un poco de espacio. Llegás a la práctica de asanas con el último aliento. El ambiente es suave, la luz muy tenue, los mats ya están acomodados, las ventanas entornadas, la calma ya comienza a manifestarse. Todo está preparado para entrar en el templo.
Te ayudo a que te pares en el mat y registres tus pies, tu cuerpo alinéandose, la respiración que se vuelve consciente, las manos debajo del ombligo para percibir mejor la exhalación. Con la exhalación empezás a sentir que las tensiones del día se diluyen, que algo comienza a circular dentro tuyo.
Inhalás y exhalás levantando brazos, flexionando caderas, estirando columna, un pie adelante el otro atrás, repetimos secuencias, hilamos movimientos que nos van permitiendo encontrarnos.
Y así durante una hora hay una voz que te va guiando, vas permitiendo que el suelo te sostenga, que la respiración te sostenga.
Cuando terminamos es como si hubiéramos salido de un agua muy pura.
Después resta el regreso a casa, la rutina del día, los quehaceres, las responsabilidades, los sinsentidos de la vida.
Yo hoy agradezco ser la voz que sostiene tu práctica.
2 comentarios:
y yo agradezco infinitamente que existas y estés en mi vida
sos un hermoso corazón
Gracias Lau! Yo también te quiero y agradezco que estés en mi vida.
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