Me acuerdo de esos tés de hierbas que tomaba -difíciles de conseguir- cuando creía que mi vida estaba salvada gracias a la macrobiótica y a otras artes saludables que empezaba a practicar. Ilusa de mi, pensaba que esas pociones le daban a mi ser la salud perdida, la fuerza recobrada, la senda a seguir. Quien sabe, realmente si la cuestión es salvarse o simplemente sumergirse en esta corriente, dejarse sentir, amar, experimentar, abrazar por las circunstancias con el corazón puro, retumbando, gozoso de estar vivo.
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