miércoles, 30 de junio de 2021

Misticismo del sonido

“Renuncié a mi música porque había recibido de ella todo lo que tenía que recibir. Para servir a Dios hay que sacrificar lo más querido por uno; y por eso sacrifiqué mi música. Yo había compuesto canciones, canté y toqué la veena; y practicando esta música llegué a una etapa en la que alcancé la Música de las Esferas. Entonces cada alma se convirtió para mí en una nota musical, y toda la vida se convirtió en música. Inspirado por ello, hablé con la gente y con aquellos que se sentían atraídos por escuchar mis palabras, en lugar de escuchar mis canciones. Ahora, si hago algo, es sintonizar almas en lugar de instrumentos; armonizar personas en lugar de notas. Si hay cualquier cosa en mi filosofía, es la ley de la armonía: que uno debe ponerse en armonía con uno mismo y con los demás. He encontrado en cada palabra un cierto valor musical, melodía en cada pensamiento, armonía en cada sentimiento; y he intentado interpretar lo mismo, con palabras claras y sencillas, a quienes escuchaban mi música. Toqué la veena hasta que mi corazón se convirtió en este mismo instrumento; entonces ofrecí este instrumento al Músico Divino, el único músico que existe. Desde entonces me he convertido en Su flauta; y cuando quiere, toca su música. La gente me da crédito por esta música, que en realidad no se debe a mí sino al Músico que toca su instrumento.”

Hazrat Inayat Khan, El misticismo del sonido y de la música

Bella traducción de Juan Manuel Tavella, alias El Conde para los bloguers amigos.

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