28/4/24

No sé que es esto pero yo escribo

Algo que me gustó de Perfect Days es que si bien el personaje está atravesado por un duelo Wim Wenders decide no contarnos de qué se trata. Lo sabemos/intuimos por esa sobrina que en la mitad de la película viene a visitarlo y a quedarse con él y luego la madre de esa adolescente que la viene a buscar con chofer en un lujoso auto. No entendemos por qué él decide vivir así pero es claro que algo debió sucederle. Parece vivir sencillamente. Intuimos que encuentra cierto alivio en esa repetición de pequeños actos, en un trabajo repetitivo como lo es limpiar baños, sin mayor creatividad que la de limpiar, repasar y ordenar el desorden de otros. Pura eficiencia, puro servicio. 
Hay algo del estar "al servicio" que te da invisibilidad. Algo que para muchas personas es aterrador. En realidad es ciertamente un poder. Que no se vea no significa que no sea valioso porque cuando eso falta todo se desbarajusta. Lo invisible se hace visible en el caos. Ya lo dice el hombre detrás de la barra que le sirve la bebida luego de su largo día de trabajo: ¡por tu gran esfuerzo!

La película es muy visual y la banda sonora es preciosa. Siempre Wim Wenders nos hace conocer algo y yo se lo agradezco. Con Lisbon Story nos hizo leer a Pessoa y escuchar a Madredeus. Con Perfect Days nos hace escuchar a Lou Reed, a Patti Smith y conocer The Tokyo Toilet Project (googleen, es muy interesante).
Algo cambia en el devenir de este buen hombre y se ve en sus fotos que capta una y otra vez con una cámara manual. La única persona que aparece en esas fotos es su sobrina. El resto son fotos de copas de árboles. Fotos que no tienen observador. Es el dispositivo puesto de una manera tal que capta una imagen que luego es revelada todas las semanas. Ese pequeño cambio de elegir sacarle una foto a su sobrina es indicio de que ha habido encuentro, de que algo se ha habilitado.
Para mi la película es hermosa pero he leído varias críticas enojonas. Algunos la desdeñan o la tildan de sosa. Las críticas no siempre tratan de la obra/texto en sí mismo sino de la necesidad de decir algo a través de eso. Hace tiempo que ya no leo críticas o si las leo lo hago con una semi sonrisa en los labios. Sé perfectamente como se construye la crítica (Lic.en Letras, gajes del oficio) y pienso que ya pasé por ahí, me hizo mucho daño. Fue una etapa, la agradezco, me dio lentes para ver el mundo pero ya no los quiero.

En otro orden de cosas, unas semanas más tarde, vi Drive my car (está en Netflix). Dura tres horas largas. Digo esto porque quizás si la hubiera visto en el cine no las hubiera sentido tanto. Pero ya se sabe que ver cosas por la computadora tiene otro ritmo. Fue por un intercambio que tuve con Guille por whatsap. Me dijo que me iba a gustar, que a él le había gustado mucho, que transcurría en Japón. Sabe que a mi todo lo relacionado con Japón me atrae.
Se le olvidó decirme, sin embargo, que la película estaba basada en un cuento de Murakami. Leí a Murakami a mis treinta años. Amé sus novelas El pájaro que da cuerda al mundo, Kafka en la orilla, Tokyo Blues. En ese momento no me gustaron muchos sus cuentos. Eran cuentos viejos, una compilación que publicó Anagrama aprovechando el gran éxito editorial de Murakami pero se notaba que algo ahí no estaba del todo maduro.
Drive my car está basada en un cuento que se publicó en un libro llamado Hombres sin mujeres publicado también por Anagrama en el 2014.
Esto lo supe después de ver la película porque cuando la empecé a ver no me di cuenta. En realidad aparece anunciado al principio con subtítulos bien grandes pero se ve que yo no lo vi y menos mal porque me iba a predisponer mal.
El teatro es central en la película, especialmente el teatro de Chejov. Es extraño escuchar a Chejov en lengua japonesa (también aparece en coreano ¡y hasta en lenguaje de señas!). Todo eso traducido al español en subtítulos, para que yo, al menos, lo entienda. Pero la verdad es que no importa en que lengua leas o escuches a Chejov. El duelo es universal para toda la humanidad. Todos perdemos algo. Es la ley de la vida. Y eso Murakami lo sabe muy bien. En Drive my car todos los personajes están atravesados por algún duelo. Pero a medida que avanza la película, Chejov se les va metiendo en el cuerpo, haciendo carne, para bien y también para mal. Cada uno atravesando su dolor y oscuridad.
Algo de la oscuridad se resiste en algunos, otros sucumben a ella.
Es una película entretejida por varios lenguajes: el cinematográfico, el literario y el teatral. Al final, hay redención.
Es realmente muy hermoso el final.

21/4/24

 Algo interesante de estar estudiando sánscrito es que para una gran parte de la cultura védica antigua es una lengua sagrada, eterna. Si los Vedas son textos revelados, es decir, que no fueron escritos por ningún ser humano, son textos eternos, estuvieron siempre. 

Entonces si los Vedas son textos sagrados, el sánscrito debe ser una lengua sagrada. Los mimamsa sostienen, por ejemplo, que existe una firme relación entre la palabra sánscrita y su objeto (presupuesto que la lingüística moderna de Saussure destierra por completo y por eso los lingüistas no son filósofos ni se hacen estas preguntas).

Pero lo cierto es que el sánscrito tiene una gramática increíblemente rica y muy bien descripta. La gramática de Panini es una de las gramáticas más antiguas y fue escrita bajo esta creencia, de que el sánscrito es una lengua revelada. Si los Vedas son eternos, la lengua sanscrita también debía ser eterna y por ende debía ser estudiada. Estudiar sánscrito se constituyó un modo de acercarse a la fuente divina. Cuando Occidente descubre la gramática de Panini no puede creerlo. Y de hecho, la lingüística comparada tan cientificista y positivista que tuvo tanto auge en el siglo XIX y principios del XX le debe muchísimo a esta gramática de Panini.

Nada, eso, que a mi descubrir las relaciones de estas cosas me emociona. 

Qué se yo. 

20/4/24

 "Los viejos se van muriendo y nosotros nos vamos arrimando". Fue el pensamiento que tuve durante el velorio de una tía de Nico. 

Es tan extraño y anacrónico lo que sucede en los velorios, esas salas feas que se quedaron en el tiempo con paredes decoradas de piedra, machimbre y melamina. Todo color marrón o negro. La otra sala, donde descansa el cuerpo está completamente azulejada y nunca falta un Jesús en la cruz. Nada es agradable allí y, sin embargo, sucede algo curioso. Entre toda esa fealdad están los abrazos, los besos, las lágrimas que limpian, los recordatorios, las anécdotas. Unos se presentan, otros se miran tratando de reconocerse en el tiempo. El muerto une a los que hace mucho que no se ven y se recuerdan. Había un lazo allí que se fue perdiendo. Y entonces surge esta idea de volver a vernos en otro sitio que no sea ese, en otro encuentro que no sea el del muerto. Pero ya está, es allí. Es por el muerto que estamos allí. Y sabemos en el fondo que no vamos a encontrarnos en otro lugar y está bien, no importa porque cada uno tiene su vida. 

13/4/24

 Ayer durante la clase practicamos las ondulaciones de la columna que estoy estudiando con Diego en Qi gong. Las asanas sirvieron como una oportunidad para sentir los movimientos del Qi (prana o energía vital). ¿Qué sucede si flexiono las rodillas y borro la curvatura de las lumbares y visualizo que hundo el sacro en la tierra? ¿Qué sucede cuando abro los brazos y hago un pequeño gesto con los dedos de las manos y empujo los pulgares hacia atrás abriendo bien las palmas? 

-Acá atrás (se refería a sus omóplatos) están pasando un montón de cosas- me dijo una estudiante. 

Me quedo con las devoluciones hermosas que me hicieron al final de la clase. La energía danzada es la más poderosa de todas. Quien se anima a danzar la energía se establece en su ser. 

11/4/24

curvo

 Se avecina el otoño, otra vez el aire vuelve a cambiar. Siento mis manos cansadas como hojas de un árbol que quieren caer. Se habla tanto de curación pero no de respetar los propios ciclos. Llego a asquearme de mi misma porque no encuentro vocabulario para hablar de lo que hago. De todos modos, no es realmente importante. Qué estructura tan noble el lenguaje. 

Hoy me espera caminar el horizonte de esta ciudad. Guardo las uñas para después. Voy a necesitar ese filo. Pero hoy voy a caminar un buen rato. Los pensamientos viejos para deslizarse necesitan movimiento del afuera, con el afuera. Redondo adentro, redondo afuera. Suavizar todo lo que se pueda. El universo es curvo.

Es todo lo que me interesa hoy. 

10/4/24

 Ayer a la noche me quedé hasta tarde dibujando las guturales sordas, sonoras y nasales del sánscrito en devanagari (me encantaría tener el teclado que permite distinguir las vocales largas y breves de sánscrito pero no sé bien cómo, tengo que preguntar). Luego pude transliterar algunas palabras. Ya sé cómo se escribe el río Ganjes y me dio mucha alegría. 

Es muy extraño lo que sucede en el cerebro cuando se aprende un idioma nuevo. Pero cuando además se aprende un alfabeto nuevo con reglas tan distintas del alfabeto latino (que es el usamos nosotros) el cerebro entra en otra sintonía. Me recuerda en parte a cuando estudiaba griego antiguo que también tiene un alfabeto distinto. Era como entrar en otra dimensión. Una parte de mi mente se apagaba y otra parte de mi mente se encendía. 

Ahora también me pasa. Sigo con mi método de repetir y repetir hasta que me salga. Al principio las letras me salían con manchones. Intenté hacerlo más elegante. Busqué entre mis cartucheras mis viejas lapiceras de tinta. Tuve que limpiarlas porque del poco uso se había secado la tinta y no corría. Qué placer sentir el trazo suave de la tinta deslizarse sobre el papel. Como cuando respiramos en un asana determinada y es agradable estar ahí, quedarse allí un rato, observando. 

Escribir con el cuerpo, con la mente, con la mano y el corazón.  


8/4/24

Leo Diario de la dispersión y me da mucha tristeza que Rosario se haya muerto. Al mismo tiempo me da ternura que haya intentado en los meses previos a su muerte escribir un libro sobre su "método" creativo. Que la dispersión sea un modo de crear me parece una idea innovadora. Especialmente porque rompe con una suerte de exigencia de concentración o foco que el discurso poderoso promueve. Al mismo tiempo la dispersión que ella promueve es una especie de foco en movimiento. El foco está en todas esas experiencias y prácticas creativas que ella va narrando a lo largo de su diario. En realidad pareciera que el foco está puesto en lo creativo, en el acto de crear como algo en sí mismo pero que implica atravesar muchas acciones como mirar, escuchar, leer, diseñar, escribir, tocar un instrumento, estudiar algo, pintar, tejer, coser... y en el centro de todo eso... el amor.