Fede es un gran jardinero. Se ocupa todas las semanas del jardín de la casa de mis padres que es bastante grande. Mi papá lo llama "el destructor" pero lo hace cariñosamente porque sabe que lo que Fede poda, brota seguro.
Hasta ayer nunca antes había entrado un jardinero a esta casa. No es que yo no pode mis plantas pero nunca antes había hecho una poda extraordinaria como la que hizo Fede. No tengo la fuerza, la altura ni los elementos necesarios.
-Uh, mirá este jazmín del cabo como está... todo abichado - me dice Fede mostrándome unas hojas negras de alguna plaga.
-No, pero no pasa nada, todos los inviernos se abicha y en verano, no sabés... larga todas las hojas feas, le crecen nuevas y florece a rabiar.
-Ah, bueno... claro... porque ¿ves estas hormigas negras?
-Sí.
-Siempre hay alguien que hace el trabajo que uno no hace.
-¿Perdón?
-Las hormigas negras se comen a estos bichos que vos no sacás y así se van a ayudando.
-...
-¿Sabías que las hormigas argentinas son muy difíciles de erradicar?
-¿Las hormigas argentinas?
-Sí, pasa algo que no pasa en otros lados.
-...
-Generalmente si vos destruís un hormiguero, destruís a las hormigas. Es un hecho.
-Claro.
-Pero si vos destruís un hormiguero de hormigas argentinas ellas se van al hormiguero de al lado y listo. Las hormigas de ese hormiguero les dan asilo.
-Me estás jodiendo.
-No, para nada. En general si una hormiga de un hormiguero aparece en otro hormiguero la tratan como una enemiga, no la admiten, pero el comportamiento de las hormigas argentinas es al revés. ¡Son todas amigas! Es muy difícil exterminar a las hormigas argentinas.