miércoles, 28 de agosto de 2013

Crear, preservar y destruir para regenerar

Me acordé de la última clase de Lili en yoga. Hablamos de Hinduismo y de la Trimurti.
Los hindúes creen en un dios inmanifestado que es único. Es lo que ellos llaman el Brahman: ser supremo, creador de todo lo que existe, consciencia única. Pero cuando se manifiesta lo hace en tres: Brahma (el creador), Vishnu (el preservador) y Shiva (el destructor y regenerador). Con cada exhalación de Brama se crea un nuevo mundo y con cada inspiración el universo se retrotrae al punto bindu. Brahma aparece siempre naciendo del ombligo de Vishnu, el preservador.
Vishnu, en cambio, toma la función de transformarse en un avatar para salvar al mundo creado por Brahma. Asi es como se lo ve, a veces, en la forma de un gran Pez o una gran Tortuga (todas posturas yóguicas). Shiva, es el más loco de los tres. Shiva es el gran bailarín cósmico y tiene su cara llena de cenizas. Baila en un sólo pie, parado sobre un enano (que es la ignorancia). Y con su danza destruye y regenera el mundo para que todo comience nuevamente. Shiva es la impermanencia, lo pasajero. También hay una postura  yóguica que lo representa: Natarajasana.

Curiosamente, los hindues casi no tienen templos para Brahma pero sí tienen muchísimos templos para Vishnu y Shiva. Se ve que crear no cuesta mucho. Pero preservar, destruir y regenerar son acciones que precisan de una energía extra.

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