Me acordé de la última clase de Lili en yoga. Hablamos de Hinduismo y de
la Trimurti.
Los hindúes creen en un dios inmanifestado que es único.
Es lo que ellos llaman el Brahman: ser supremo, creador de todo lo que
existe, consciencia única. Pero cuando se manifiesta lo hace en tres: Brahma (el creador), Vishnu (el preservador) y Shiva (el destructor y
regenerador). Con cada exhalación de Brama se crea un nuevo mundo y con
cada inspiración el universo se retrotrae al punto bindu. Brahma aparece
siempre naciendo del ombligo de Vishnu, el preservador.
Vishnu, en
cambio, toma la función de transformarse en un avatar para salvar al
mundo creado por Brahma. Asi es como se lo ve, a veces, en la forma de un
gran Pez o una gran Tortuga (todas posturas yóguicas). Shiva, es el más
loco de los tres. Shiva es el gran bailarín cósmico y tiene su cara
llena de cenizas. Baila en un sólo pie, parado sobre un enano (que es la
ignorancia). Y con su danza destruye y regenera el mundo para que todo
comience nuevamente. Shiva es la impermanencia, lo pasajero. También hay
una postura yóguica que lo representa: Natarajasana.
Curiosamente, los hindues casi no tienen templos para Brahma pero sí
tienen muchísimos templos para Vishnu y Shiva. Se ve que crear no cuesta
mucho. Pero preservar, destruir y regenerar son acciones que precisan de una energía extra.
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