Hay frascos,
un mostrador gastado
y la moza joven que hace cuentas.
Ella pide más leche para su taza y él un bagel con queso crema.
Gracias, por favor, te quiero.
Sus manos descansan en los dedos muy finos de ella.
Gracias, por favor, te quiero.
Las farolas por encima de sus cabezas iluminan una idea.
Meriendan la vida de ese instante
un domingo de sol
y ese sí que empuja al amor
a delatarse.
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