En el marco del nuevo profesorado de yoga comencé una práctica personal donde el foco está puesto en la exhalación. En alargar la exhalación.
1,2,3,4,5,6. Pausa.
Siempre que empiezo algo importante me enfermo. Como si mi cuerpo no resistiera el cambio de golpe. O tal vez haya que mirarlo de otro modo. Tal vez cada vez que comienzo algo que sé que va a cambiar mi estructura psíquica mi cuerpo decide descargar todo el lastre que no necesitaré en mi nuevo periplo.
Hoy amanecí sin fiebre y con la conciencia liviana. Una suerte de alegría.
Profundizar siempre trae consecuencias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario