sábado, 31 de octubre de 2020
Horizonte
jueves, 29 de octubre de 2020
Una nave
Abro las persianas de la habitación que supo ser alguna vez un estudio. Hoy es una nave con la cual sorteo el gran océano de las horas. El panel de controles está contra la ventana que da a un árbol. Hoy el árbol amaneció brotado pero los vidrios despiden un frío glaciar. ¿Qué estará pasando afuera? Aprieto unos botones y la máquina me da la información de la temperatura, el día, las horas. Siempre las horas. Abro el calendario donde se suceden las listas, los datos. Tecleo un título, programo una reunión y mando un enlace en el tiempo. Alguien del otro lado recibe el código, lo descifra y ahí vamos. En mi ventana aparece un ser humano listo para su clase del día.
miércoles, 21 de octubre de 2020
No se debe oponer resistencia a la corriente
En las páginas de mi edición Crónicas del pájaro que da cuerda al mundo hay muy poco subrayado. Casi diría que no subrayé nada. Fue un libro que devoré. La historia me atrapó al punto de sentirme yo misma Tooru Okada preparando espagueti a media mañana, planchando camisas para calmarse (a mi me calma planchar mis pantalones de shiatsu que son de puro algodón), buscando a un gato perdido, bajando por el pozo de la mansión de los Miyakawi, interactuando con todas esas mujeres raras: Kumiko, May Kasahara, Malta y Creta Kanoo, escuchando las predicciones del señor Honda.
Sin ir más lejos, una de las enseñanzas del señor Honda me llegó tan profundo que la seguí al pie de la letra en varias ocasiones.
"No se debe oponer resistencia a la corriente: hay que ir hacia arriba cuando hay que ir hacia arriba, y hacia abajo cuando hay que ir hacia abajo. Cuando debas ir hacia arriba, busca la torre más alta y sube hasta la cúspide. Cuando debas ir hacia abajo, busca el pozo más profundo y desciende hasta el fondo. Cuando no haya corriente, quédate inmóvil. Si te opones a la corriente, todo se seca. Si todo se seca, el mundo se ve envuelto en tinieblas"
Es el único subrayado de un libro extenso que contiene 681 páginas. Este subrayado me llevó al año siguiente a estudiar zen shiatsu.
Así de importante fue el señor Honda, un personaje de un libro de Murakami en mi vida.
martes, 20 de octubre de 2020
Queremos tanto a Patti
Leo a Patti Smith y me entran unos enormes deseos de tomar café negro muy caliente. A la derecha tengo el mate recién hecho. No es lo mismo pero va a servir.
Desde que leo a Patti Smith tengo sueños iridiscentes que no logro descifrar bien. Me despierto varias veces en la noche sintiendo la mirada de los muertos. La gata aprovecha para cambiar de lugar y su larga cola me estremece la piel.
Nunca me interesaron mucho los viajes pero cuando leo a Patti Smith siento que viajar cobra sentido, que su mirada me transporta más allá de lo mundano, que en realidad sus viajes son la excusa perfecta para celebrar la amistad y la soledad, el amparo de las habitaciones de hotel, el desarraigo de las calles desconocidas, la luz que cae diferente en las páginas de los libros, el gusto amargo del café.
Leo sus palabras y me entran unas ganas de escribir en cuadernos desprolijos, con letra pequeña y entrecruzada, quiero dibujar diagramas, hacer listas, sacar fotos, tocar la guitarra, amar mucho, desear el bien.
lunes, 19 de octubre de 2020
Otro mensaje al mar
viernes, 16 de octubre de 2020
Trashumante
Me siento como esa telaraña: delicada, resistente.
En equilibrio trashumante.
miércoles, 7 de octubre de 2020
Me empecé a relajar y me contracturé
Una contractura muy vieja que se empezó a soltar. Pero se ve que por algo estaba porque sostenía algo de mi estructura.
Así que anduve con los omóplatos sueltos y el cuello duro. Me río para no llorar. Bah, no, ya lloré un buen rato. Pero los sollozos me dolían así que tuve que respirar profundo para dejar de sollozar. Y como empecé a respirar profundo creo que se me alivió el dolor. Y es que me di cuenta de que me estaba riendo.
Y al reírme ya no dolía.