lunes, 4 de julio de 2022

Estela de luz

¿No es maravilloso que la Argentina tenga una Estela? Una Estela de Carlotto que llama al presidente y le dice lo obvio, lo que le querríamos decir todos, que tiene que hablar con Cristina, que tienen que ponerse de acuerdo, que la vida de la gente está en juego, que dejen de hacerse los ofendidos. Una mujer que tiene que recordarle al presidente que para obtener respuestas muchas veces tenemos que tocar puertas desagradables. Estela a eso le llama la patria: “querido la patria está en juego, llamá quinientas veces pero hablá con ella y resuelvan esto”.
Lo que no es maravilloso -más bien es vergonzoso- es el cruce de chicanas en público y silencios en privado que hubo entre el presidente y la vice durante todo este tiempo.
Tampoco es maravilloso que un ministro como Guzmán no tuviera acceso al poder necesario para hacer lo que dijo que quería hacer. Y que se fuera harto de que lo ninguneen publicando una carta en su twitter en el medio del discurso de una Cristina enardecida.
Tampoco es maravilloso -aunque esto ya no sorprende- ver como la oposición aviva el fuego del odio y se expresa sin ninguna memoria de lo que hicieron cuando estaban en el poder. Como si ellos no tuvieran nada que ver con el quilombo que dejaron que luego se agravó con la pandemia.
En la política -como en la vida diaria- la clave está en poder hablar, comunicarnos y a partir de ahí construir.
En la vida diaria podemos practicar este acto entre todos. Los que todavía comemos tres platos de comida diarios y tenemos un techo sobre nuestras cabezas dejemos de chicanearnos. Dejemos de ofendernos.
Que tengas todos un buen lunes. Si pueden.

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