Hablaba sin parar por su celular con el dispositivo entre las tetas. Tenía el pelo suelto, renegrido, cepillado con esmero. Estaba maquillada con mucha dedicación: labios de un color brillante que resaltaba la forma de su boca y los ojos bien delineados. Su cara era bonita pero de rasgos fuertes. La voz de su amiga salía por el dispositivo y se mezclaba con el run run del motor del bondi. Hablaban fuerte sobre un turno que iba a sacar en el hospital, que iban a ser dos meses de espera, algo que le había dicho el cirujano y no sé que más.
El colectivo dobló y nos bajamos en la misma parada. Una señora que bajó junto con nosotras me tocó el hombro y señalándola me dijo:
-Es un hombre, ¿no?
-No, señora, es una chica trans.
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