Para orientarnos en lo real propongo ejercitarnos en relación a cuatro tópicos:
1. Con respecto a la naturaleza: todos los seres somos parte de una misma sustancia infinita que se transforma incesantemente, no ocupamos ningún lugar privilegiado en relación al conjunto; nuestras partes se disolverán y entrarán en composición con otros seres, oportunamente, así como nosotros provenimos también de otros.
2. Con respecto a la muerte: como todos los seres cumplimos un proceso vital de composición y descomposición natural, no hay que apegarse demasiado ni sufrir por el tiempo que nos toca en suerte, sino aprovechar cada momento y disfrutar lo más que podamos; vivir cada conjunción y disyunción como una pequeña muerte.
3. Con respecto al presente: es el único tiempo que poseemos, el instante evanescente, el pasado y el futuro son inciertos; del primero solo importan las tradiciones, legados y saberes que usaremos a nuestro modo; del segundo solo la certeza de que no somos inmortales y un uso materialista de la imaginación acotada en función de estos tópicos.
4. Con respecto a nosotros mismos y los otros: lo único que importa es alcanzar la imperturbabilidad del alma, el ejercicio templado de las virtudes, así como actuar con justicia y benevolencia; no importan en absoluto las opiniones, valoraciones sociales y suposiciones respecto a los otros.
1. Con respecto a la naturaleza: todos los seres somos parte de una misma sustancia infinita que se transforma incesantemente, no ocupamos ningún lugar privilegiado en relación al conjunto; nuestras partes se disolverán y entrarán en composición con otros seres, oportunamente, así como nosotros provenimos también de otros.
2. Con respecto a la muerte: como todos los seres cumplimos un proceso vital de composición y descomposición natural, no hay que apegarse demasiado ni sufrir por el tiempo que nos toca en suerte, sino aprovechar cada momento y disfrutar lo más que podamos; vivir cada conjunción y disyunción como una pequeña muerte.
3. Con respecto al presente: es el único tiempo que poseemos, el instante evanescente, el pasado y el futuro son inciertos; del primero solo importan las tradiciones, legados y saberes que usaremos a nuestro modo; del segundo solo la certeza de que no somos inmortales y un uso materialista de la imaginación acotada en función de estos tópicos.
4. Con respecto a nosotros mismos y los otros: lo único que importa es alcanzar la imperturbabilidad del alma, el ejercicio templado de las virtudes, así como actuar con justicia y benevolencia; no importan en absoluto las opiniones, valoraciones sociales y suposiciones respecto a los otros.
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