viernes, 26 de febrero de 2021

El verano que conseguí la licencia

Si googleás "examen práctico Vicente López" vas a ver que en varios lados dice: muy completo y exigente. Y no te mienten. ¡Es muy completo y exigente! Es como un juego. Si tocás algo de lo que está en el espacio demarcado por vallas, conos, caballetes, perdiste. El lugar es un lujo, al lado del río, ¡se respiraba aire fresco! Hay que prepararse y el mito de que si vas con una escuela no te rebotan, es falso. Lo vi con mis propios ojos como rebotaban a tres antes que yo. Sin embargo, siempre son super amables. Cuando te rebotan te explican con lujo de detalles en qué te equivocaste y donde tenés que mejorar. Y podés volver a rendirlo.
A mí me llevó 30 clases ( sí, ¡un montón!) prepararme para dar el examen práctico. Empecé de cero y a mediados de noviembre. Plena pandemia. Barbijo, alcohol en gel, un mar de gente pidiendo turnos para aprender a manejar. No había turnos seguidos. Fue un problema no poder darle continuidad. Pero valió la pena. Porque no sólo no me rebotaron sino que cuando terminé mi examen uno de los instructores que se había quedado mirando me dijo: "un espectáculo".
Como estamos en la era Covid, la agente de tránsito que me tomó no se subió al auto conmigo sino que me fue acompañando desde afuera y viendo todas las maniobras desde afuera del auto. Y salió todo fantástico, el auto se deslizó conmigo. Entendí sus dimensiones y sentí que nos llevamos bien.
Infinitas gracias a mi gran amor Nicolás, quien estuvo acompañando este proceso super intenso a lo largo de todo este verano. Nunca jamás perdiendo su confianza en que me iba a salir ni cuando yo misma me lo creía.
Conté todo este proceso porque sentí que me hacía bien. Es algo que siempre me dio muchísima vergüenza contar. Y no creo ser la única. Pero pasar por la experiencia de sacar una licencia de conducir a una edad adulta fue muy interesante. Invito a todos los que escribieron en este muro y que aún no se animan a hacerlo. Busquen ayuda en personas que tengan confianza en ustedes. A veces esa persona puede ser tu instructor de manejo, un amigue, tu pareja, tu papá o mamá, un tío, tía, abuelo o abuela. Créanme, nadie de los que rendía ese día estaba tranquilo, todos estábamos nerviosos. Es normal.
Y con esto doy concluida la saga de: "el verano que conseguí la licencia".

1 comentario:

Estrellita dijo...

Te super felicito! Yo tengo 40 y lo saqué hace unos cinco años, el tema es que después no practiqué nada y medio que me olvidé todo.. nunca me gustó mucho, le tengo miedo.. un combo dificil.
Seguí ese consejo que te dieron, manejá un poco todos los días.. yo no lo hice..
saludos