jueves, 24 de marzo de 2022

Todos los 24 de marzo

Todos los 24 de marzo, lloro. No sé cuando va a ocurrir ni en qué momento pero siempre, en algún momento del día, las lágrimas vienen a mi, silenciosas y furtivas bajan por mis mejillas hasta llenarme de sal la comisura de los labios. Puede ser alguna imagen, una canción, la vibración de la plaza, lo que escribió alguien, alguna foto... siempre hay algo que toca una fibra muy interna de mi ser y las lágrimas afluyen.
Tengo un recuerdo muy nítido de la primera vez que aprendí la palabra "democracia". Debía tener seis años, era 1983. Mis papás me llevaron a una marcha y la gente cantaba: "se va acabar, se va a acabar, la dictadura militar". Le pregunté a mi papá qué era eso. No recuerdo muy bien qué me explicó. Pero sí recuerdo lo que vino después. "Pa, si se acaba la dictadura ¿qué viene ahora?", le pregunté. "La democracia", me dijo mi papá en el medio del coro. "Y qué es la democracia?" (me costó pronunciar la palabra) "Es el gobierno del pueblo".
Y bueno, hoy lloré. Lloré porque las botas cambiaron su disfraz y nos siguen socavando cimientos.
Lloré de agradecimiento también porque pasaron 46 años desde ese fatídico marzo y hoy, en este marzo, había pueblo bailando en las calles, rememorando, caminando y fluyendo con la vida.

Obra: El nido. Año 1983. Técnica: dibujo en grafito.
Por Julián Usandizaga




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