El olor de diciembre es inconfundible. Llega el verano. No hay lugar a dudas. Todo exuda vacaciones, ganas de relajarse y soñar. Soñar con viajes, con agua, con piletas de amigos, con jardines. Soñar con tiempo, mucho tiempo, para boludear, para perder el tiempo, para dejarse llevar. Llega el verano y siento que se me sueltan las articulaciones, que estoy hidratada y quiero nadar. Diciembre de pelo largo y florecido, de pelo con reflejos por el sol y la pileta. Diciembre de sol, agua y fuego.
Amo diciembre cuando estoy bien.
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