lunes, 13 de noviembre de 2023

La era del hielo

En la película Puan hay un momento en que Marcelo, el profe de filosofía está explicando la parábola del erizo de Schopenhauer. 
Comienza haciendo la mímica del viento, hace unos sonidos con la boca indicando una gran tormenta y luego le pide a sus alumnos que imaginen que afuera hace muchísimo frío y hay dos puercoespines que se encuentran con una gran necesidad de darse calor mutuamente. Para ese fin buscan la proximidad de sus cuerpos pero cuanto más se acercan, más dolor se causan por las púas que tienen. Y ahí está el dilema: morirse congelados y solos o acercarse, darse calor y... lastimarse. Van, entonces, cambiando la distancia hasta que encuentran la separación óptima (la más soportable) para darse calor pero no herirse. 
Y entonces remata: esa es la distancia entre ustedes y el Estado.

domingo, 11 de junio de 2023

¡Qué bien que hicimos en venir!

Ya estamos en junio, hace un frío de cagarse y estamos yendo a ver a Jaime Roos con nuestra amiga Pixie que cumplió años y se autoregaló este recital inmenso. Hacía ocho años que el tipo no tocaba en Buenos Aires. Llegamos temprano y hay una piba tocando en el escenario. Se llama Noelia Recalde y es hermoso lo que hace. Ella solita, con una guitarra conmueve y nos hace amable la espera. El Luna se empieza a llenar. Afuera hace mucho frío pero adentro el amor al candombe genera un calorcito especial. Pasadas las 21 empieza el show. El público bate palmas al ritmo del candombe y nosotros nos sumamos con devoción. Jaime arranca con "Los futuros murguistas". La banda está completa. Reconocemos a los hermanos Ibarburu. Nico, el "pibe guitarra" que a los veinte años era un pibito que la rompía en el escenario. Hoy, veinte años después, es un "señor" como nosotros y la sigue rompiendo. El hermano, Martín Ibarburu en la batería no se queda atrás. Todos están hermosos, brillantes. Nos sumergimos en el mundo musical de Jaime Roos, ese ensamble espectacular y muy particular de rock, murga y candombe. ¡Qué bien que hicimos en venir!, exclama Ana emocionadísima. Y dan ganas de abrazarnos, de bailar. Se nos vienen al recuerdo esos años de ir a Uruguay a escuchar los tablados en Carnaval, febreros de cruzar con el Eladia Isabel a Colonia, tomarse un bus a Montevideo, estar tres, cuatro días, luego volver. Pero esta noche es un regalo, un hermoso regalo de este artista inmenso que nos regala una a una sus perlas. Toda una retrospectiva de canciones que amamos y que hace que esa masa de gente que es el público se amalgame en el amor a la música. 

Qué bien que hicimos en ir, che, qué bien. 

viernes, 7 de abril de 2023

Cumplir un sueño

Dormimos unas horas pero el jet lag del primer día te embriaga. ¿O es el amor? ¿O es la adrenalina? ¿Por qué no vinimos antes? ¿Qué era lo que nos retenía de saltar un océano y salir de la periferia? Eso ya no importa, se va desvaneciendo en esta incómoda sensación de caminar las ramblas de Barcelona y sentir la muchedumbre de la semana santa española. La ola de gente te empuja pero estamos tan borrachos de sueño que no nos importa, nos dejamos llevar. Hay una musiquita que suena en mis oídos y que sonaba en el avión de ida. Mi cerebro no para.

Vamos a comer a un lugarcito cerca del hotel donde estamos parando. Se llama APZ. Está bien ranqueado en google. Es un lugarcito muy pequeño, en el barrio gótico atendido por su propio dueño. Los que almuerzan allí son gente habitual, casi no hay turistas. Me dejo llevar por el acento. Qué lindo como hablan todos. Nos traen aceitunas y pan para picar. El pan es increíble y las aceitunas... mi paladar se despierta. Hay menú. Primer plato: paella. Segundo plato: lenguado. Lo miro a Nico con los ojos abiertos como platos. ¿Primer plato paella? Sí, me dice, pero es una paella chiquita. Y sino pedite una ensalada. Pido la ensalada y de segundo el lenguado. Quiero probar todos los pescados que pueda. Llegan los primeros platos: paella para él, ensalada para mí. Mi ensalada tiene al atún más delicioso que probé en mi vida. Los españoles no cortan el tomate, te lo sirven en bocados enormes. La lechuga es fresquísima, crujiente. Quiero comer así todos los días, le digo a  Nico. Esto no es nada, me dice. Vas a ver lo que es comer en España. 

Caminamos como borrachos pero ahora con la panza feliz. Quiero ver el mar, le digo a Nico. Está para allá, me dice. Rumbeamos al mar pero en vez de mar hay un puerto y se ve una franjita de agua chiquita. Para ver el mar de verdad hay que irse del centro. Ya vas a ver el mar, me dice Nico. Volvemos y la gente nos empuja, Encuentro un paraguas colgado en una esquina de la rambla y le saco una foto. 

¿Vamos a ver la casa Batlló? ¿La de Gaudí? Nos metemos en el Paseo de Gracia. Ahí me estalla el corazón de la belleza. Miro las farolas, los bancos para sentarse. Todo es modernismo catalán. Esas formas redondeadas que invitan a la felicidad. La casa Batlló está llena de gente. Un mar de personas en la puerta de entrada. Sale 50 euros entrar a la casa. Volvemos. No importa, Quien necesita ver una casa si puede ver una ciudad donde Gaudí esta por todas partes. 

Por la noche ceno las primeras tapas de mi vida. Hasta hoy nunca había comprendido el concepto de lo que es una tapa. En Buenos Aires no existe el concepto. Croquetas, tortillas, cornalitos, aceitunas. Lo acompañamos con unas cañas. Y luego el sueño nos vence.

jueves, 6 de abril de 2023

Luna de miel

Lo primero fue el aeropuerto de Barcelona, plena madrugada para Europa (nosotros estábamos cursando la medianoche), la cola de los que no éramos europeos y tener demostrar que no somos migrantes sino turistas que venimos a conocer un país. ¿Vais a quedaros un mes? Mostramos el pasaje de avión de vuelta, las reservas de los hoteles. ¿Vais a ir a Andalucía? Al policía se le iluminaron los ojos por el recuerdo del sol del sur de España. Y yo que nunca había visto que a un policía se le iluminaran los ojos en el ejercicio de su trabajo mucho después supe por qué. El sol en Andalucía en primavera es lo más maravilloso del mundo que conocí hasta hoy.

Lo segundo fueron los 9 grados con los que nos recibió la primavera de España. Veníamos de los 25 grados del incipiente otoño en Buenos Aires sin contar además con las olas de calor de marzo que habían azotado la semana previa a nuestro casamiento. A último momento antes de ir a Ezeiza había manoteado un abrigo "por las dudas". Apenas salimos del aeropuerto abrimos las valijas y nos cubrimos con el poco abrigo que habíamos traído. El aire nuevo y la luna fría nos recibió con un manto de piedad. Bien, algo era conocido. Como no habíamos contratado roaming teníamos los celulares muertos. Ninguna señal. Sólo marcaban la hora local y la hora de nuestro allá que se había quedado del otro lado del Atlántico, bien al sur, mucho más al sur de lo que ningún andaluz se puede imaginar. Reconocer que somos australes empezando a caminar un centro.

Lo tercero: el aerobus que te saca del aeropuerto y te lleva a la ciudad. Las luces, el olor a nuevo. El aerobus tiene wifi y aprovechamos a actualizar el estado de situación. Enviamos mensajes a la familia: ¡llegamos bien! Bajamos en plaza Catalunia que está silenciosa y vacía salvo por algunos turistas como nosotros que intentan ubicarse. Empezamos a caminar deslizando el equipaje por sus cuatro rueditas que giran perfecto. Todo es fácil... ahora comprendo perfecto la frase que dice: "todo va sobre ruedas".

Lo Cuarto: el viaje fue largo, casi 13 horas en un avión. Llegamos al hotel y aun no han cambiado la guardia. El hombre nos dice que hemos llegado muy temprano, que el check in es a las 15. Son las 6:30 am. Afuera sigue siendo de noche. Estamos tan felices de haber llegado que no nos importa. Nos acomodamos con nuestros bártulos en unos sillones. Adentro del hotel se está calentito, la energía se siente lenta, adormilada. A los 15 minutos entran las recepcionistas de la mañana. El aire cambia. Una señorita se nos acerca y nos dice que hay una habitación lista para nosotros. Eficiencia. La mañana entra en el cuerpo. Listo. Llegamos.

martes, 28 de marzo de 2023

Wichi Tai To

La canción que elegimos para entrar a la fiesta de nuestro casamiento es una canción llamada Wichi tai to. Un día mientras estábamos dando vueltas con el auto, nuestro Spotify nos puso este tema versionado por Brewer & Shipley y simplemente alucinamos. ¿Y si entramos con esta canción a la fiesta? ¿Y si la usamos para hacer una ceremonia? Se nos aceleró el corazón como cuando pasa que escuchás una canción que te llena el alma. No podíamos parar de tararear una letra que no entendíamos pero que se nos había quedado grabada en el alma.
Buscamos la letra para tratar de entender qué era lo que nos había llegado tan profundo. Y encontramos esto:

Witchi-tie-to, gimee rah
Whoa rah neeko, whoa rah neeko
Hey ney, hey ney, no way

Water spirit feelin'
Springin' round my head
Makes me feel glad
That I'm not dead

La canción que tiene orígenes en los indios nativos norteamericanos tenía diferentes traducciones aunque todos se ponían de acuerdo en que nadie sabía muy bien lo que significaba. La parte en inglés aclara un poco cuando dice que "espíritus del agua bailan alrededor de mi cabeza/ me hacen sentir feliz por no estar muerto".
La canción nos pareció perfecta.

sábado, 18 de marzo de 2023

Norita


Norita mira a la cámara y se ríe.
Mamá me mira desde la cama de hospital. Le tomo de las manos. Le digo que la amo. Que la voy a amar siempre.Norita tiene arena en las manos. La arena se le escapa, como el tiempo, como a todos.
Mamá tiene sus manos entrelazadas con las mías. Acá no hay tiempo. Sólo palabras.
Me dice con un hilo de voz: no sé que tengo que hacer.
Norita supo siempre lo que tenía que hacer. Siempre supo. Es una sobreviviente. Dio vuelta su historia. Hizo lo que le dijeron que nunca iba a poder hacer.
Mamá me repite: yo no sé... no sé...
No saber está bien, mamá.
No mires más a la cámara. Mirá hacia adentro. Acá, le digo. Y le toco el centro del pecho.
Acordate de tu canción, mamá. ¿Te acordás de tu canción?
La de las golondrinas, me dice.
La de las golondrinas.

miércoles, 18 de enero de 2023

Empírico

 Mi amiga Ana empezó a tomar clases de yoga en Martínez. Ayer luego de la clase la invité  a caminar hacia La Lucila por un camino muy hermoso que hay al costadito del tren. Entre árboles y plantas hablamos un poco de lo que va descubriendo en las clases y de otras clases que ha tomado con otros profes. Me cuenta que a ella por ahora le va mejor con lo dinámico que con lo estático y que el concepto de vinyasa la ayuda a encontrarse mejor en las asanas. No me lo dice con estas palabras pero la idea es esa. Descubrir que no es lo mismo entrar y salir de un asana de cualquier manera sino que los movimientos junto con la respiración tienen un objetivo, un propósito para crear la mejor geometría posible para el cuerpo de cada uno. 

Me da mucha alegría cuando el relato de los que practican se condice con lo que Patanjali nos cuenta en sus Yoga Sutras.   

martes, 17 de enero de 2023

ejercitarnos

Dice Roque Farrán con una claridad envidiable: 

Para orientarnos en lo real propongo ejercitarnos en relación a cuatro tópicos:

1. Con respecto a la naturaleza: todos los seres somos parte de una misma sustancia infinita que se transforma incesantemente, no ocupamos ningún lugar privilegiado en relación al conjunto; nuestras partes se disolverán y entrarán en composición con otros seres, oportunamente, así como nosotros provenimos también de otros.
2. Con respecto a la muerte: como todos los seres cumplimos un proceso vital de composición y descomposición natural, no hay que apegarse demasiado ni sufrir por el tiempo que nos toca en suerte, sino aprovechar cada momento y disfrutar lo más que podamos; vivir cada conjunción y disyunción como una pequeña muerte.
3. Con respecto al presente: es el único tiempo que poseemos, el instante evanescente, el pasado y el futuro son inciertos; del primero solo importan las tradiciones, legados y saberes que usaremos a nuestro modo; del segundo solo la certeza de que no somos inmortales y un uso materialista de la imaginación acotada en función de estos tópicos.
4. Con respecto a nosotros mismos y los otros: lo único que importa es alcanzar la imperturbabilidad del alma, el ejercicio templado de las virtudes, así como actuar con justicia y benevolencia; no importan en absoluto las opiniones, valoraciones sociales y suposiciones respecto a los otros.

viernes, 13 de enero de 2023

En busca de la construcción de un sentido (o varios)

El año pasado nos comunicaron desde la dirección de la universidad privada donde trabajo que la materia que damos desde el 2006 no va a existir más en el nuevo plan de estudios. Nos reasignaron una materia nueva cuyo nombre es tan amplio que puede abarcar prácticamente lo que uno quiera dar. Todo depende del enfoque o del punto de vista. 
Empezamos a buscar bibliografía. Nos dieron un plan de estudios con la posibilidad de ir cambiándolo de acuerdo a nuestros intereses. Como la materia es optativa nadie nos pone un límite muy preciso. A mí se me ocurrió que quiero dar Foucault, que quiero aprender más sobre biopolítica y leer autores como Paul Preciado. 
Este enero viene así. Con la nariz en mi biblioteca y en las bibliotecas de amigues (esto es lo más divertido). Con un pie adentro y afuera de la academia, tirando apuntes viejos de la facultad que guardé pensando que me iban a servir de algo y veinte años después veo que mis intereses han cambiado. Con la interdisciplinariedad al palo. 


viernes, 6 de enero de 2023

Mi regalo de Reyes

 Hoy, hace exactamente un año, un dermatólogo me dijo que me tenía que sacar un lunar de manera urgente. Resultó ser un melanoma in situ. Tuviste mucha suerte, me dijo el cirujano cuando pasó todo. Fue mi regalo de reyes. Que fuera in situ, que no se hubiera expandido, que se hubiera quedado en un lugar. 

Todo el 2022 fue un año de de controlar mis nevos (que son muchos). A los largo de todo el año pasado me terminé sacando de manera preventiva 5 nevos más y todos resultaron benignos. Me compré un buen protector pantalla 50 para la cara y otro para el cuerpo. Aprendí de cremas y horarios para exponerse al sol. Ahora soy de esas personas que tienen una rutina de piel. 

Amo el sol y lo voy a seguir amando siempre. Me pone feliz sentir el sol en la piel. Pero hay ciertos límites. El sol a determinadas horas del día lastima mucho. Entonces lo amo pero desde lejos. Como esos amores platónicos que no se dan en el plano físico. El fuego es maravilloso pero uno no va y pone las manos en el fuego, ¿no? Entendí que durante mucho tiempo expuse mi piel al fuego. El cáncer de piel en algún punto es cultural. Creemos que una piel bronceada es una piel saludable. Pero no. Una piel bronceada es una piel que se defiende. Nada más. Lo demás es moda. 

Entonces pienso que ya no quiero defenderme. No quiero vivir defendiéndome todo el tiempo. Adiós al bronceado. Bienvenidos los nevos que me lo recuerdan día a día. El descubrimiento de la piel fue un regalo. Mi regalo de Reyes.


martes, 3 de enero de 2023

Sancle

Entre Navidad y Año Nuevo nos fuimos unos días al mar. En realidad nos fuimos acá nomás, a Sancle, una mezcla de mar y río marrón. Fue un poco improvisado como todo lo que vamos haciendo. Con N estamos aprendiendo a que algunas cosas está bueno organizarlas con tiempo y otras... bueno, salen de sopetón. Por lo general nos salen bien así que no hay mucho drama con eso. Conseguimos una habitación de hotel frente al mar de Sancle. Ya les dije, mar marrón, sal con agua de río, playa inmensa con arena gruesa, cascotes, almejas y horizonte de punta a punta. En Sancle vos caminás y no te movés porque el paisaje siempre es el mismo. 

Durante esos días nos levantamos muy temprano. Pantalla solar factor 50 y salíamos a caminar por la playa. Inmensidad total. Luego de caminar un buen rato volvíamos al auto y bajábamos reposeras, un bolso, toallas y libros y nos quedábamos otro rato más disfrutando la playa que se iba llenando. Yo aprovechaba para zambullirme en el mar y quedarme nadando un rato. Había pocas olas y el mar estaba buenito. 

Fiaca, descanso, libros. Libros, muchos libros. Trajimos más libros que días. Almorzábamos en algún bolichito de la principal (carne o mariscos) y luego siestaza hasta las cuatro y media que volvíamos a dar otro paseo por la playa. Ni un sólo días prendimos la televisión. Nos olvidamos de que eran los últimos días del año. El tiempo volvió a ser dulce. 

En esos cuatro días terminé de leer El proyecto Esposa de Graeme Simsion, Sed de Amelie Nothomb, Bueno, aquí estamos de Graham Swift y Los llanos de Federico Falco. Todos excelentes. Leer fue fácil y llevadero. Volví con el impulso de las palabras. Así arranqué el año nuevo. Sin darme cuenta casi. Una bendición, la verdad.