viernes, 10 de abril de 2020

Lo que no cambia en una cuarentena

Por la noche recibimos un mensaje de nuestra amiga L.
-Van a recibir un regalito de parte nuestra mañana. Se los voy a mandar en una moto. Si quieren lo pueden desinfectar.
Nos reímos. ¿Nos reímos? Estamos ya en la cama a la luz de los veladores. Nos vamos a dormir intrigadísimos pensando en qué nos enviará L al día siguiente.
Llega la mañana. L nos manda un mensaje:
-La moto ya está en camino.
Mi compañero me pregunta si está bien darle 100 pesos de propina al motoquero. Si está bien que no quiera tocarle las manos al motoquero. Si está bien que desinfectemos "el regalo".
Me pongo guantes de goma. Preparo la lavandina para cuando llegue el regalo. ¿Cómo era? Una medida por diez de agua. Me acuerdo del meme que anda dando vueltas por toda internet: un tigre de bengala que le dice a otro tigre de bengala albino: una medida por diez de agua. Y el tigre de bengala albino lo manda a la mierda.
Llega la moto. Es una caja. ¡Es una caja de vinos! ¡Es una caja de vinos de una bodega que le gusta mucho a L! Traemos la caja de vinos a la cocina con gran cuidado.
La depositamos en una mesada. Le pasamos el trapo con la lavandina, pasamos el trapo con la lavandina a la superficie donde apoyamos la caja, luego vamos desandando todo el camino por donde anduvo la caja hasta llegar al picaporte de la puerta.
-¿Le pasamos también lavandina a las botellas de adentro?
-¿Vos me estás jodiendo?
-No.
Le escribimos a L que es la mejor amiga del mundo mundial. Si hay algo que no cambia en esta cuarentena es que beber con amigos (aunque más no sea a la distancia) sigue siendo un placer muy especial.

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