jueves, 31 de diciembre de 2015

Deseos para 2016

Amo cuando el árbol se expande hacia todas las direcciones. Pero a veces necesitamos que crezca para arriba. Así en años venideros dará buena sombra.
Hace ocho años, cuando comenzaba con la aventura del shiatsu, no me imaginaba que iba a ser una forma de vida.
Bueno, lo es.
Esa es mi copa de árbol ahora. La que ahora me da sombra. Creció bien. Está alta y frondosa. Amo esa copa de árbol. Tiene ramas fuertes, hojas verdes y birllantes. Y está comenzando a rendir verdaderos frutos.
Pero yo no puedo quedarme con un árbol.
Yo quiero un bosque.

jueves, 24 de diciembre de 2015

Al gran pueblo argentino...

Lo que está pasando en Argentina es gravísimo. Nos gobierna un Darth Vader de cartulina. No tiene densidad humana, ni sensibilidad social. Todo lo que está pasando en estos días es muy grave y muy doloroso. Hacía muchísimo que no veía camiones hidrantes, represión en las calles, polícías patoteando.
Este tipo tiene otra patria. La Patria es él. 
 En pocos días estamos endeudados, en pocos días se hicieron tantas cosas. Hoy tenemos a la viuda de Videla en la gala del Colón y el vergonzante editorial de La Nación que el flamante presidente no salió a desmentir.
Estamos viviendo tiempos muy peligrosos en un mundo cada vez más peligroso. No estamos solos. ¡Hay que mirar el marco global!
Los argentinos somos gente creativa e inteligente. Pero no hablo de todos los argentinos porque también hay mucho estúpido, mucho ignorante. Hay mentes pasivas que no tienen pensamiento propio. No pueden leer la realidad. Son ecos, fantasmas. Sufrirán esta ceguera.
En estos tiempos ya hay mucha gente que se está enfermando. ¿Cómo es posible? Pero es así. Lo veo todos los días en mi trabajo y en mis seres queridos: insomnio, súbitos ataques de pánico, anginas, virus que salen de la nada, presión que sube y baja y no hay pastilla que la regule. Mucha, muchísima angustia.
Hay que ser sencillo, estar atento, vivir el presente honrando nuestro pasado.
Les deseo salud a todos los argentinos.
Y que cada uno ponga su granito de arena. 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Una forma de ser lo infinito

Se nos dice que todos somos uno, que el mundo no es más que un sueño del alma soñando. Entonces ¿por qué hay tanta gente a la que le gusta separar? ¿Por qué hay tanta gente que se apega a sus rencores, pequeños rencores que les envenenan el alma, ese mismo alma que sueña y pugna por despertarse? Me lo pregunto... y me sonrío sabiendo que mis palabras también son un intento de separación.
En estos días pasan por mis manos muchos cuerpos. A veces pienso que todos esos cuerpos en realidad son una oportunidad para sanarme yo. En todos ellos veo la inmensa diversidad de la que está compuesto el mundo. El futón es mi pequeño campo de acción donde la energía se mueve a raudales. Nunca deja de moverse. Siempre una sesión de shiatsu es una transformación para ambos.
Porque no somos en soledad, somos con los otros. Una forma de ser lo infinito.

martes, 6 de octubre de 2015

La mirilla

También tengo mis días de mierda. Como todo el mundo. Bueno, no. Hay gente que tiene días de mierda y ni se da cuenta. Yo me doy cuenta rápido. No me gusta la mierda. Trato de sacármela de encima aunque a veces no se pueda y haya que atravesarla. Puta madre.
No siempre soy genial ni divertida ni buena mina. A veces me la creo, superadísima, totalmente en la cima. Y otras no entiendo un carajo, no sé qué pasó, por qué pasó lo que pasó. Es el problema de creer que lo que uno ve, lo ve todo el mundo. En realidad todo es un quilombo porque cada cual mira el mundo desde una mirilla distinta. Sería fantástico que la mirilla se ampliara.

lunes, 5 de octubre de 2015

Pau Bambu

Extraño tomar unos mates a la sombra de lo que era tu parra. Y que tus gatas se revuelquen en el medio de nuestros pies. Hace poco vino un gatito nuevo. Le pusimos Chibi pero no sé qué hacer con él. Mani no lo quiere y yo tengo adoración por Mani. Me da pena ese gatito y siempre pienso que seguro vos sabrías qué hacer.
Son esas cosas cotidianas en las que me faltás, amiga mía.
Porque en lo grande siempre estás. A la distancia, te siento, siento tu amor que me abraza y sostiene.

domingo, 4 de octubre de 2015

Estado de cosas

Querida nube,

Hace tiempo que no paso por acá. La vida es tan intensa que me estoy olvidando de escribirla. No sé si eso es algo bueno o malo, sólo sé que eso es lo que viene ocurriendo hace unos años.
Primero fue dejar de escribir mis diarios íntimos, los de papel, los que luego quemé en un fuego en el fondito de mi casa. Ningún arrepentimiento por ello. Lo que viví se queda guardado en mi corazón y lo que no, no es necesario registrarlo.
Lo malo de registrar es que luego viene el momento clasificatorio, el prejuicio, la necesidad de catalogar.

Puedo contar que estoy trabajando mucho de algo que amo hacer, que me sale bien, que disfruto muchísimo haciéndolo.
Puedo contar que me dediqué casi por completo al shiatsu, que vivo de ello (algo que en algún momento me pareció casi imposible), que transmito este arte a otros en un espacio que me fue dado, que por momentos siento que toco el cielo con las manos y que por momentos me cuestiono todo.
Puedo contar que vivo desde hace unos años con el hombre más genial de este mundo. Un hombre increíblemente bueno, inteligente, hermoso por donde lo mires.
Puedo contar que con este hombre me he atrevido a emprender cosas que jamás pensé que haría. Con este hombre soy más mujer que nunca.
Puedo contar que he sido bendecida por el amor en estos años. Y que la perspectiva sigue y sigue y sigue.
Puedo contar que esta primavera está siendo fría y tormentosa, que octubre siempre ha sido mes de revoluciones pero que yo estoy contenta, feliz.
Los Upanishads tenían razón: "no se debe censurar la lluvia, esa es la regla".    

miércoles, 26 de agosto de 2015

Dar Salud

-Todo es mental- me dijo el señor mientras conducía el auto.
Circulábamos por la Gral Paz. Atrás iba quedando el partido de San Martín. Afuera, un remolino de autos. Adentro, un descubrimiento.
-¿Vos sabés qué es saludar?, me preguntó.
-¿Saludar?
-Sí, la misma palabra te lo dice. Saludar...
-Mmmhno.
 -Dar salud. Cuando saludás está dando salud. Dame la mano.
Le di mi mano. Era una mano grande, caliente y hermosa. La mía estaba un poco fría.
-Que Dios te bendiga. Bah, si querés. Si no querés, no.
Me reí.
-No dejes de saludar nunca. El saludo no se le niega a nadie.


domingo, 19 de julio de 2015

lunes, 6 de julio de 2015

El abrazo

A veces discutimos. Como en toda pareja de muchos años que se precie: nos ponemos de mal humor, nos peleamos, nos gritamos (yo grito más que él). En este último tiempo se podría decir que estas discusiones han aumentado. Es como un drenaje que es necesario que salga para afuera. A veces las discusiones no tienen ningún sentido, simplemente son descargas necesarias para decir lo que no se puede decir y duele.
Hasta que pasa lo siguiente:
-Ya sé que estás harto de mí- le digo.
-Yo también sé que vos estás harta de mi.
 Nos miramos en silencio.
¡Cuánta verdad!, pienso ¡Y poder decirlo así!
Pero contra todo pronóstico pasa lo siguiente:  Nos abrazamos fuerte. Muy fuerte.
Y pasamos un gran domingo. 

domingo, 5 de julio de 2015

Artificio vivo

La gente cree que tener un jardín te acerca a la Naturaleza. Falso.
En realidad, un jardín te acerca al arte. Claro que hay muy distintas obras de arte. Todos podemos dibujar sin necesariamente ser Picasso.
El otro día pensaba: ciertamente la Naturaleza está presente (¿cómo podría no estarlo?) pero su presencia es intervenida.
Hay límites demarcados, pasto cortado al ras, hierbajos que se arrancan, hojas secas que se barren, ramas que se van en vicio y que se recortan... fuentes y estanques... y podría seguir.
Por eso pienso que, en algún punto, tener un jardín es tener una obra de arte viva.
La Naturaleza es otra cosa. Basta con entrar en un bosque para darse cuenta.
Supongo que Monet pensaba algo parecido.

viernes, 26 de junio de 2015

Estas cosas


El jardín en invierno es como esa habitación a la que no vas nunca pero cuando vas, pum, te sorprende.
El frío hizo su entrada y los limones ya están maduros. Creo que este es el año que más limones nos ha dado. Y de yapa, es el año que menos nos resfriamos (igual, cruzo los dedos).
Cuando Hans cocina, me pide siempre dos cosas que no están en la heladera sino en el jardín: un limón y algo de romero. Podríamos tener más cosas comestibles, siempre ese es el plan. Nunca lo hacemos porque la verdulería cercana gana, claramente.
La Santa Rita (léase en otros países Buganvilla) nunca florecía pero este invierno ¡se lució de flores! Y eso que los gatos siguen afilándose las uñas en su tronco. Así que esa teoría ya no sirve. No florecía de mal agradecida, nomás.
El frío hace cosas que el calor no hace. El que odia el frío se pierde de estas cosas.
Y esto podría desembocar en un post muy zen pero prefiero irme comprar unas buenas tijeras de podar de mano. Las que tenía se rompieron hace un tiempo y es necesario reemplazarlas.
Y así la vida continúa, amigos.

lunes, 22 de junio de 2015

Twin Peaks

Estoy viendo Twin Peaks por primera vez.
Internet me devuelve lo que me perdí en mis años adolescentes. Cuando Twin Peaks se estrenó en USA yo tenía 13 años. No sé cuanto tiempo tardó en estrenarse en Argentina. Pero sí tengo el recuerdo de la canción que abría la serie, los árboles desnudos, el pájaro, la catarata de agua, un aserradero funcionando y la cara de la chica muerta. No veía mucha televisión en esos años porque la televisión estaba en el cuarto de mis padres y Twin Peaks se daba de noche.
Cuando supe que en 2016 se estrenaría la tercer temporada de Twin Peaks decidí poner fin a mi ignorancia y meterme de lleno en el asesinato de Laura Palmer.
Me encontré con un mundo onírico muy a lo David Lynch plagado de referencias zen, una mezcla de historia detectivesca y magnífico culebrón. La referencias al Tibet, el entrañable personaje del Agente Cooper, sheriff Truman, Andy y la operadora Lucy. Los amigos de Laura: Donna y James, Maddy, la prima (calco de Laura pero en morocha), la madre de Laura y sus visiones, el padre de Laura y sus secretos, los hermanos Horne, la intrépida Audrey Horne, el asunto del aserradero, el incendio, el trío Bobbie-Sherry-Leo Johnson, el asunto del "One Eye Jack", Norma y Ed, Ed y Nadine, Hank, ex esposo de Norma que sale de prisión, el pájaro Waldo y el gigante que visita en sueños al Agente Cooper.
Fue un fin de semana muy atípico. Día del padre, comienzo del invierno, Twin Peaks y la banda sonora de Angelo Badalamenti sonando en mis auriculares
Fue un fin de semana de sueños. Mis visiones también me visitan por la noche. Aunque sin gigante.

domingo, 14 de junio de 2015

Otra postal del frío

Mani, el gato que duerme tapado.

sábado, 13 de junio de 2015

Apertura

La apertura a otros mundos siempre trae otras palabras. Voy saltando de un link a otro y caigo en blogs nuevos. Qué lindo que la gente no se haya olvidado de escribir.
En estos días el tiempo pasa más lento. Duermo más. Nos levantamos juntos porque es sábado y desayunamos mirando el jardín. Escucho su risa generosa y me olvido de que estábamos tristes. La rutina vuelve a danzar a nuestros pies.
El gato duerme en su almohadón. Ya es hora de cosechar los limones. Los labios se paspan porque Winter is coming. Lo bueno es que los limones ya pueden madurar tranquilos. Hacemos sopas para calentarnos el cuerpo, el horno encendido ya tiene calabazas, papas, ajíes, cebollas y un pollo.
Un pollo siempre es honesto, dice él.
El aroma del almuerzo inminente me obliga a dejar de escribir.

viernes, 12 de junio de 2015

Cuando hace frío

Cuando hace frío, el mate de la mañana sabe mejor. 
Cuando hace frío, abrazar al gato es más necesario. 
Cuando hace frío, toda la lana acumulada en los placares empieza a cobrar sentido. 
Cuando hace frío, los pensamientos sobrevuelan más despacio y eso me calma. 
Cuando hace frío, el dolor se anestesia y se va a dormir. 
Cuando hace frío, todo parece querer irse a dormir. 
Cuando hace frío, los sueños se hacen más vívidos. 
Cuando hace frío, los abrazos se dan mejor. 
Cuando hace frío, siempre queda el calor de un hogar al que volver. 


martes, 9 de junio de 2015

Cuando lo que mueve es el amor

¿Me fui? ¿Volví? ¿Hice 2500 km en tres días? El Este se unió con el Oeste y viceversa. 
Y si bien amé esos cielos azules, el otoño de Mendoza, la tibieza del sol inundando los viñedos, pisar la tierra cordillerana, yo extrañaba mi casa.
Qué animales raros que somos los seres humanos.
Pienso en El Sosneado, lugar que no significaba nada y ahora significa familia.
Pienso en el sol que compartimos, las noches, la Vía Láctea brillando, el viento metiéndose en el pelo, los olores, los sabores, los labios de él, el vino calentando el corazón, un brindis por la vida, los abrazos de todos, el deseo, el dolor fluyendo, saliendo afuera, supurando, dando lugar a algo nuevo.
Y me estremezco mientras escribo este intenso paréntesis en la vida de cada uno de los que se embarcaron en esta despedida.
Qué hermosas son las familias cuando las mueve el amor.
Y gracias por hacerme parte de esto. 

domingo, 7 de junio de 2015

La vuelta

Afuera el frío muerde la nariz. Nos calentamos con una taza de té y pan de ayer tostado. Alguien trajo un pote de miel deliciosa. Me la como a cucharadas junto con el pan. 
Cuando voy a cargar el auto me encuentro con este paisaje:


Esta vez elegimos otra ruta. Mendoza, San Luis, La Pampa, Buenos Aires. Lo bueno es que ya no hay niebla como a la ida.
Salimos en caravana con el sol levantándose. Esta vez sólo somos dos autos. Los demás saldrán un poco más tarde. 
Nos quedan nuevamente unos 1000 km por atravesar. Paramos menos, vamos más directo. Cada provincia que pasamos se siente como un triunfo.
Y va atardeciendo...


Volver a casa siempre es más rápido. Y, esta vez, con la satisfacción del trabajo cumplido. Volvemos más livianos y confiados.

sábado, 6 de junio de 2015

La despedida


Para quienes caminan hay caminos. Pero para quienes pasaron a otro plano, sólo resta volar y ascender. 
No importa si creés o no creés. Con el viento, el aire, el amor pero hay que volar.
Ese mismo día, luego de esperar a los que faltaban y un opíparo almuerzo, nos encaminamos a la ruta 40 para hacer lo que habíamos venido a hacer.
Para entonces ya éramos 17. Cuatro autos en caravana yendo hacia la cordillera.
Primero se veía la precordillera bajita y más allá las montañas más altas con la cumbres nevadas.
Pasamos las Salinas del Diamante y el camino se iba haciendo más ventoso y más difícil. 
Paramos algunas veces para decidir donde sería hasta que llegamos a El Sosneado, un paraje en el medio de tanto desierto.
El cartel de la ruta 40 se alzaba imponente. Buscamos un claro donde la ruta se hacía de ripio, paralela a la cordillera. Y con el viento azotándonos formamos un pequeño círculo. Entre todos hicimos un pequeño montículo con piedras y en el centro encendimos una pequeña vela. Se dijeron palabras hermosas que brotaron de lo más sentido del alma. Hubo agradecimiento por poder estar ahí, por acompañar y ayudar a desanudar el duelo de los vivos.
Y luego el rito de las manos que, de a puñados, ayudaron a esparcir las cenizas. 
El viento de la cordillera terminó de hacer el trabajo. 


Attraversiamo

Attraversiamo significa "crucemos".
Al principio éramos 13. Y los 13 "cruzamos" la Argentina. Llegamos de noche, luego de mil rodeos, luego de ir y venir varias veces por unos puentes rojos. Como si la propia confusión fuera también una forma de realizar este viaje tan necesario.
Llegamos a una casa del 1900 rodeada de viñedos. Una casa sólida de paredes gruesas y postigos que protegían las altas ventanas.
Y comimos lo que había porque no encontramos la forma de prender el gas. Prendimos un fuego para calentar la casa. Y entre todos juntamos unos pedazos de queso y sobras que habían quedado del mediodía. Calentamos agua con una jarra eléctrica para hacer sopas instantáneas y tomamos un poco del vino que habíamos traído.
Afuera las estrellas punteaban su brillo en el cielo oscuro.
Dormimos con el aire de campo envolviéndonos en dulce vaivén.
Y el día siguiente, nos recibió el increíble sol de Mendoza.

viernes, 5 de junio de 2015

En busca del sol

Primer viernes de junio. Es de madrugada. Buenos Aires comienza a sumergirse en la niebla. Nosotros partimos junto a la caravana de autos rumbo a Mendoza. Son mil kilómetros que recorreremos en un sólo día. Los duelos a veces nos hacen hacer estas cosas. Necesitamos recorrer distancias, buscar horizontes, una nueva respiración. Vamos del este al oeste. De un clima extremadamente húmedo a un clima esencialmente seco. En la ruta la niebla sólo nos permite focalizar en lo escencial: el camino. Lo demás está cegado. Cruzaremos la Argentina. Atravezaremos por varias provincias: Santa Fé, Córdoba, San Luis, Mendoza. Y en todas ellas, el camino es lo único que nos une. Allá nos espera la noche, una casa, viñedos y una misión que cumplir. ¿Qué mueve todo esto? El amor de una familia.

Ruta con niebla. Foto de Sofía Ardisana.

martes, 2 de junio de 2015

Toro mojado

Caminando con Hans por las calles de Olivos. Volviendo de un asado y una merienda.

Hans -No creo para nada en la astrología.
Yo -Y, sin embargo, yo cuando leo las características de Tauro siento que muchas de ellas concuerdan con vos.
Hans -Eso es porque si nombro mil características, ¡seguro que algunas van a coincidir conmigo!
Yo -No, no, en serio, algunas son muy específicas, por ejemplo a vos te encantan los baños de inmersión, ¿no? Eso es porque sos de tauro.
Hans -Sí, sí, claro, ahora en un rato, cuando lleguemos a casa, voy a remojar mi tauridad en nuestra bañera. 

domingo, 31 de mayo de 2015

El juego de la vida

Hans- ¿Vos tenías el juego de la vida?
Yo- Sí, claro, nos encantaba jugarlo con mis primos.
Hans- Si eras médico ganábamos un montón, si eras maestro ganabas menos. Si eras pobre, filosofabas.
Yo- ¡Sí! Y me acuerdo que te podías casar, tener hijitos...
Hans -"Se casa, recibe regalos". "Tiene un hijo, recibe regalos". 
Yo - ¡Tal cual! ¡Era así!
Hans- "Millonario, se retira con estilo".
Yo- ¡Dios! ¡Qué juego capitalista!
Hans- Era el juego más capitalista de la existencia.
Yo- Ahora que me acuerdo el nuestro estaba medio fallado. Se le trababa la ruedita.
Hans -¿Cómo se trababa la ruedita?
Yo - ¿Viste que había que girar una ruedita? Bueno, la nuestra estaba media trabada.
Hans- ¿O sea que las partidas duraban seis meses? Giro rueda...uno; giro rueda...uno; giro rueda...uno
Yo -Ahora que lo pienso aún no me casé, ni tuve hijitos y me recibí de una carrera universitaria que no tiene ningún valor monetario.
Hans- Ahora entiendo todo.
Yo- ¿Qué?
Hans- Giro rueda...uno.
Yo- Es horrible lo que estás diciendo.
Hans -No, ese juego era horrible. Te programaba para ser banquero, casarte y tener hijos. ¡Con razón la ruedita se te trababa!

jueves, 21 de mayo de 2015

Un respiro

Hay cosas de las que no me arrepiento para nada. Lo haría de nuevo de ser necesario.
Pero quizás es mejor descansar.
Me siento completa en mí misma. Imperfecta y completa.
Y, sin embargo, el espacio.
Es momento de hacer espacios que signifiquen. Que no sean vanos.
Que no sean en vano.
Hay cosas que ya no tendré. Por ejemplo,
no seré
una madre a los 28 años
como alguna vez me soñé.
(Pero ya no importa.)
Hoy tengo 38 años que me hicieron ser la persona que soy.
Tampoco tendré hijos
como alguna vez me imaginé.
(¿De verdad me imaginé eso?
¿Cuánto había de deseo,
cuánto de fantasía?).
Yo puedo llorar a mis antepasados tranquila.
Puedo honrarlos. En eso estamos mano a mano
la vida y yo.
Y también puedo mirar hacia el futuro.
Además, estoy sana.
Mis células son un torrente de amor y luz.
Algo hay que hacer con toda esta salud.
Manos a la obra.
Mi cuerpo se la bancó tanto.
Gracias, genio, gracias, gracias. Cómo te voy a mimar ahora. 
Es hora de darnos un respiro. Vos y yo.
Hora de ser feliz.
Y de que "la hora de los intentos" sea otra.

sábado, 16 de mayo de 2015

Ya no viene nadie

Como acá ya no viene nadie puedo escribir cualquier cosa. Por ejemplo que soñé con G y que se volvía a morir su mamá y yo en el sueño lo abrazaba y le decía que lo quería mucho y bla bla bla. Un sueño bien añejo. Lo más terrible es que pasó así. Se le murió su mamá y yo me quedé ahí abrazándolo.
Me pregunto por qué justo ahora vengo a soñar con eso tan viejo y que ha quedado tan atrás. Por qué mi mente a veces se empeña en traerme estos temitas. Si a G no lo veo más y la mamá se murió bien muerta y ni las cenizas porque las tiramos al agua hace muchos años ya.
Bueno, no sé por qué se me da por soñar con muertos últimamente.

domingo, 10 de mayo de 2015

Sendak (1928-2012)

Yo no escribo para chicos. Yo escribo. Y alguien más dice: “Esto es para chicos”.

Nunca me propuse hacer felices a los niños. O mejorarles la vida, o hacérselas más fácil. No me gustan mucho, así como no me gustan mucho los adultos. Bueno, para ser sincero debería decir que me gustan un poco más los chicos que los adultos, porque los adultos no me gustan para nada.


Firmar ejemplares es horrible, estúpido, no significa nada. Y a mí ni siquiera me sirve para seducir a las madres bonitas de los niños lectores, porque soy gay.


El estado de la literatura infantil actual es abismal. Catastrófico. Una de las razones para que así sea es que hay demasiados libros para chicos.


Somos animales, violentos, criminales. No somos tan diferentes de los simios, esas hermosas criaturas. Y se supone que debemos ser civilizados, ir a trabajar todos los días, ser amables con nuestros amigos, enviar tarjetas de Navidad, todas esas cosas que nos perturban profundamente porque están en contra de lo que haríamos naturalmente.


Elegí un género muy modesto, la literatura infantil, y me escondí en este género para poder expresarme plenamente en él. Lo elegí por timidez y estiré sus límites todo lo posible.


No escribí Donde viven los monstruos por dinero. En los años ‘50, los libros para chicos eran el último peldaño del mundo literario. No creo que Madonna hubiese escrito un libro para chicos en los ‘50.


Nací en 1928. Y lo que más recuerdo de mi infancia es el secuestro del bebé Lindbergh. Cuando sucedió yo tenía tres años y medio y me acuerdo de todo. Recuerdo la voz de su madre en la radio, pidiéndoles a los secuestradores que usaran Vick para el catarro del bebé. Yo tenía miedo de que me secuestraran y tenía miedo de morir. Era un chico enfermizo y mis padres no eran discretos emocionalmente: siempre creían que iba a morirme y lloraban cuando tenía fiebre. Supe que era mortal desde muy joven. Con el bebé Lindbergh hice un asociación muy rara. Pensé que este bebé no podía morir porque era rubio y rico, vivía en una mansión, su madre era la princesa del universo y su padre un capitán. No podía soportar que ese chico muriera. Mi propia vida dependía de que él fuera rescatado, porque si ese chico se moría, yo no tenía ninguna oportunidad: yo era pobre, feo, hijo de inmigrantes. Y cuando el bebé fue hallado muerto, algo fundamental murió dentro de mí. O, quizás, algo nació: mis historias, estas sombras que están en la vida de los chicos que no son felices ni tienen con quién hablar.


Los chicos tienen que saber que hay cosas malas. También tienen que saber que hay gente a su alrededor que los ama y los va a proteger, pero que no pueden detener las cosas malas.

Los chicos son valientes porque son inocentes. Tienen la enorme inocencia de no saber que el mundo puede ser un lugar tan malvado.


No nos podemos deshacer del mal. No podemos, lo siento internamente. Y hay tanta estupidez en el mundo que no queda coraje. Estoy perdiendo la esperanza. Y no quiero que eso me pase. Vivo cada día. Estoy bastante bien. Trabajo. Duermo. Canto. Camino. Pero estoy perdiendo la esperanza.


Estoy obsesionado con la muerte. Me parece una aventura. Peter Pan lo dijo. Curioso que lo cite, porque no me gusta J. M. Barrie. Detesto cómo ha sentimentalizado a los chicos, cómo los ha hecho bonitos y encantadores. Pero si uno mira el corazón de Peter Pan, es un chico obsesionado con la muerte, con miedo de vivir. Si uno le saca las estupideces de Hook y la musiquita, es una historia muy extraña.


Cuando iba a preescolar y tenía seis años, estaba jugando con mi amigo Lloyd en un callejón entre edificios de departamentos en Brooklyn. Eran los lugares más seguros para jugar. Jugábamos a la pelota. En un momento la tiré muy alto y él trató de alcanzarla pero no pudo y la pelota se fue a la calle. Y él hizo lo que siempre nos decían que no hiciéramos, correr del callejón a la calle: era peligroso porque los autos no podían verte salir de ahí. No me acuerdo del auto, pero me acuerdo de Lloyd volando. Cuando cayó, ya estaba muerto. Murió en el instante en que fue atropellado. Y, desde entonces, noto que en mis historias muchos de los personajes niños vuelan.


No sé cómo controlar mis demonios. Cuando me pongo muy ansioso leo a Melville, William Blake y Emily Dickinson. Cuando los leo, siento que la vida tiene un propósito. Lo mismo me sucede cuando escucho a Mozart. Es en lo único en que creo, en lo que tengo fe: en el arte. Melville es, para mí, un dios.


Siempre me sorprendió mi éxito y no soy un cínico. Dejar un legado es reconfortante. Pero no entiendo cuando la gente me dice “Cómo podés estar deprimido, Maurice, si tus libros van a vivir para siempre”. Bueno, pero yo no voy a vivir para siempre. A quién le importa la vida de los libros. Lo que me importa es mi vida, desde este momento hasta el de mi muerte. Si voy a poder trabajar y ser independiente.


Ser joven fue horrible. Una pérdida de tiempo. Fui muy infeliz. Cuando la gente me pregunta a qué edad querría volver, les digo sinceramente que a los 68 o 69.


La mayoría de mis libros están relacionados con el Holocausto. No de una manera obvia, pero el tema está siempre ahí. Toda mi vida es el Holocausto. Mis padres vinieron de Europa por casualidad, a buscar trabajo, mucho antes de que existiera el nazismo; conocían, claro, el antisemitismo, pero estaban acostumbrados. Es un milagro que yo haya nacido en Estados Unidos y que sobreviviera.

La niñez es una etapa. En Donde viven los monstruos o El Mago de Oz se habla de eso: de no ser un chico para siempre y de reconocer que la infancia es un momento de la vida. Un libro infantil no debe tratar de convencer a los chicos de que son chicos. Hay cosas que no saben y el punto es compartir lo que uno sí sabe con ellos, como adulto.


La gente me pregunta por qué no hago Donde viven los monstruos. Parte 2. Los mando a la mierda. Qué idea terrible. Yo no soy una puta.


Me criaron para que sintiera culpa. Cuando no quería cenar porque mi madre era una cocinera horrible, ella me gritaba: “¡Pensá en tu primo que no puede comer porque murió en un campo de concentración y antes, además, lo habían casi matado de hambre!”. Yo odiaba a todos esos niños muertos en el Holocausto.


Si hubiera tenido un hogar feliz, no hubiese sido un artista. Mis padres vivieron vidas desesperadas; mi hermano y yo fuimos crueles con ellos. Especialmente con mi madre. Pero no entendíamos. Eramos chicos. No sabíamos que ella estaba loca.


Mi pareja, Eugene, y yo nunca pensamos en adoptar. Yo soy demasiado disfuncional. Siempre supe que le arruinaría la cabeza a una criatura.


Estoy totalmente loco, lo sé. No lo digo para hacerme el interesante: sé que por eso mi trabajo es bueno, porque viene de un lugar de locura. Jamás pequé de falsa modestia.



Maurice Sendak fue uno de los autores más extraordinarios en pintar el paisaje emocional de la infancia: sus libros, en general considerados para niños por unir de manera muy sintética e imaginativa sus dibujos y las palabras, saben llevar a ese lugar al que sólo puede ir la inteligencia de un chico, donde lo terrorífico, la inocencia y el amor bailan una danza juguetona y macabra a la vez. Hace un par de años, Spike Jonze adaptó impecablemente para el cine su clásico Donde viven los monstruos, de 1963.

martes, 21 de abril de 2015

Si pudieras olvidar tu mente

Esto fue lo que pasó. Olvidé mi mente ante su ser (y su mano bajando por mi espalda una noche de febrero). Mi mente se fundió en el calor universal del amor. Olvidé mi mente frente a este amor que vivo desde hace seis años. Olvidé mi mente porque ya estaba harta de mi mente. Mi mente se la pasaba diciéndome cosas como: "esto te conviene, esto no te conviene".
Hans no me convenía, decía mi mente. Bajo ningún concepto. Mi mente odiaba a Hans. Mi mente le habría hecho la guerra a Hans. Y vencer a mi mente... te la regalo. Pero él pudo. La derritió en un santiamén. Un buen revolcón y la ternura derramada.
A veces mi mente viene y me dice: qué bien que hiciste, menos mal que no me hiciste caso.
Y yo me sonrío. Sonrío mucho.


martes, 17 de marzo de 2015

Intención

-¿Entonces debo intencionadamente abandonar la intención?
-No sé que responderle, nadie jamás me ha hecho semejante pregunta.

lunes, 9 de febrero de 2015

Unsui


Término japonés que literalmente significa "nube", "agua". Proviene de un poema chino que habla de "ir a la deriva como las nubes y fluir como el agua". En la tradición Zen se designa a los monjes novicios y, por extensión, a los practicantes de zazen, quienes intentan a moverse libremente por la vida igual que las nubes aceptando que el viento los lleve a parajes que tal vez no imaginaban.

miércoles, 4 de febrero de 2015

A un día de mi cumpleaños

Ya escondí un amor por miedo de perderlo. Ya perdí un amor por esconderlo. Ya me aseguré en las manos de alguien por miedo. Ya he sentido tanto miedo, hasta el punto de no sentir mis manos. Ya expulsé a personas que amaba de mi vida, ya me arrepentí por eso. Ya pasé noches llorando hasta quedarme dormida. Ya me fui a dormir tan feliz, hasta el punto de no poder cerrar los ojos. Ya creí en amores perfectos, ya descubrí que ellos no existen. Ya amé a personas que me decepcionaron, ya decepcioné a personas que me amaron.
Ya pasé horas frente al espejo tratando de descubrir quién soy. Ya tuve tanta certeza de mí, hasta el punto de querer desaparecer. Ya mentí y me arrepentí después. Ya dije la verdad y también me arrepentí. Ya fingí no dar importancia a las personas que amaba, para más tarde llorar en silencio en un rincón. Ya sonreí llorando lágrimas de tristeza, ya lloré de tanto reír. Ya creí en personas que no valían la pena, ya dejé de creer en las que realmente valían. Ya tuve ataques de risa cuando no debía. Ya rompí platos, vasos y jarrones, de rabia. Ya extrañé mucho a alguien, pero nunca se lo dije.
Ya grité cuando debía callar, ya callé cuando debía gritar. Muchas veces dejé de decir lo que pienso para agradar a unos, otras veces hablé lo que no pensaba para molestar a otros. Ya fingí ser lo que no soy para agradar a unos, ya fingí ser lo que no soy para desagradar a otros. Ya conté chistes y más chistes sin gracia, sólo para ver a un amigo feliz. Ya inventé historias con finales felices para dar esperanza a quien la necesitaba. Ya soñé de más, hasta el punto de confundir la realidad. Ya tuve miedo de lo oscuro, hoy en lo oscuro me encuentro, me agacho, me quedo ahí.
Ya me caí muchas veces pensando que no me levantaría, ya me levanté muchas veces pensando que no me caería más.Ya llamé a quien no quería sólo para no llamar a quien realmente quería. Ya corrí detrás de un carro, por llevarse lejos a quien amaba. Ya he llamado a mi madre en el medio de la noche, huyendo de una pesadilla. Pero ella no apareció y fue una pesadilla peor todavía. Ya llamé a personas cercanas de "amigos" y descubrí que no lo eran... a algunas personas nunca necesité llamarlas de ninguna manera y siempre fueron y serán especiales para mí...
No me den fórmulas ciertas, porque no espero acertar siempre. No me muestren lo que esperan de mí porque voy a seguir mi corazón! No me hagan ser lo que no soy, no me inviten a ser igual, porque sinceramente soy diferente! No sé amar por la mitad, no sé vivir de mentira, no sé volar con los pies en la tierra. Soy siempre yo misma, pero con seguridad no seré la misma para siempre!
Me gustan los venenos más lentos, las bebidas más amargas, las drogas más potentes, las ideas más insanas, los pensamientos más complejos, los sentimientos más fuertes. Tengo un apetito voraz y los delirios más locos. Pueden hasta empujarme de un risco y yo voy a decir: "Qué más da? Me encanta volar!"

Clarice Lispector

martes, 3 de febrero de 2015

Unión

Ayer retomé clases con Trini. Mi práctica se ve intensificada cuando busco maestros. Trini tiene una mano y un ojo sagaz para corregir un espacio que falta descubrir. Mis escápulas ya hablan. Mis huesos cantan. Y mis costillar tienen la movilidad extraordinaria del junco cuando el viento lo mueve. Quién lo hubiera dicho. Que se pudiera cantar con las células del cuerpo. Que cada átomo de mi ser descubriría su canción.
Respirar es un acto de valentía. Y también es inconsciente.
Este febrero será a puro yoga. Procuraré escribir sobre mis avances.

viernes, 30 de enero de 2015

Focus

Si poso mis ojos en el árbol no veo la reja. Eso es muy loco, ¿no? Pienso en todas las rejas que seguro no veo porque poso mi mirada en un punto y me ciego a los otros. ¿O es que las rejas se van creando? No, no, pero esta reja es bien real y si poso mi mirada en ella, el árbol se ve detrás, fuera de foco.

miércoles, 28 de enero de 2015

De geranios

Todavía me acompañan canciones de otra era. Hazañas que pasaron hace un siglo. Sueños de un inconsciente colectivo que ya no existe. Algo está cambiando.
Pero hay frases que me alcanzan como un rayo y hacen trizas mi inconsciente. Qué bueno que algo se rompa. Qué bueno es poder romper algo. Aunque tan sólo sea una vasija de barro traída de un viaje de no sé qué provincia con un auto que ya no recuerdo el nombre y en compañía de alguien a quien no podría llamar pues su número de teléfono no figura en mi agenda.
En otro orden de cosas quería contar que tengo canteros debajo de mi ventana. Cuando llegué a esta casa planté geranios blancos. Pero luego el color fue virando. El geranio es tan noble que si uno pincha con cariño un gajo, cualquiera sea, en la tierra se hace una planta nueva. Por eso mis canteros ya no son blancos sino de varios colores. Cada tanto tengo que revisarlos porque están tan a la intemperie que a veces sufren las temperaturas extremas, las torceduras de las tormentas, la suciedad de las palomas y la pisada arisca de los gatos que van a posarse allí.
Limpiar los canteros es algo que no hago muy a menudo pero me recuerda a aquellas cosas de la vida que uno a veces olvida y cada tanto recuerda que están y que debe abonar y ayudar para que de un empujoncito... florezcan.   

domingo, 18 de enero de 2015

Not alone anymore

¿Sabés qué? Volví, carajo, claro que volví.
Dejé que el mar me envolviera con dulzura y sabor. Me hamacó las ideas y me meció como a un bebé. Y nada fue casual. Seis días de quebrar al pequeño yo y construir algo más real. La consciencia colectiva es muy poderosa. Vivir en comunidad te enseña eso.
Un gracias inmenso por este viaje.



jueves, 8 de enero de 2015

Ida y vuelta

Ida y vuelta.
De eso se trata.
Conseguirse una ida y luego una vuelta.
¿Vos crees que la vuelta va a ser difícil?
Depende de tu mente, la dificultad está en tu mente. Todo se puede. Todo llega.
¿Y ahora que hay que hacer?
Hay que conseguir ir para luego después volver.