A mis viejos les gustaban los Reyes Magos y nos inculcaron el temita del pastito y el agua para los camellos. Igual, lejos estábamos de tener un pesebre. Todos agnósticos, judíos y ateos. Jesús era un hombre extraordinario, un revolucionario que pregonaba el amor. Y Barrabás un revolucionario que pregonaba la lucha armada. Y los hombres prefirieron a Barrabás. Hay que ver las cosas que uno escucha de niño, eh.
Los regalos, de todos modos, sí se esperaban con mucha ansiedad. Nos encantaba armar el arbolito pero Papá Noel eran mis padres, mis tíos y mis abuelos. Y estaba bien que fuera así. Me daban pena algunas compañeritas mías del colegio que no sabían la verdad y se creían la historia del gordo de rojo y blanco bajando por una chimenea. Eran las mismas que tampoco sabían lo que era la menstruación y creían que los bebés los traía la cigüeña.
Además sabíamos que los regalos costaban dinero. Entonces el regalo de mamá y papá era un regalo caro y el regalo de mis abuelos era pequeñito y barato (porque no tenían mucha plata) pero había que agradecerlo igual. A veces nos disfrazábamos nosotros e inventábamos personajes. Y siempre, siempre se cantaba y había música pero nunca jamás hubo pirotecnia.
Hoy, sin embargo, la Navidad vuelve recargada con familia distinta. Eso es lo que pensaba ayer mientras masticaba un turrón de esos con maní y pasta dura, delicioso. En mi familia ya no se come turrón pero parece que acá sí, todas las especialidades de la comida navideña: turrón, mantecol, garrapiñada, pan dulce. En fin. La Navidad no morirá nunca.
jueves, 26 de diciembre de 2013
sábado, 7 de diciembre de 2013
Neverending story
"Enigmático", dijo SAL. "¿No vas a escribir más?", dijo un anónimo. La palabra fin es una palabra compleja. Hay un fin cuando se piensa en un tiempo lineal. La línea del tiempo en historia, por ejemplo. La batalla X comienza en tal año y termina en tal otro y luego.... y luego habrá más batallas. Un gobierno se sucede a otro gobierno, una catástrofe deja paso a la quietud que luego devendrá en otra catástrofe, un amor se sucede a otro amor.... aunque, a veces, - hay que admitirlo- sea el mismo amor. Pero claro, no hay un fin.
No hay un fin rotundo.
¿Por qué?
Porque siempre está la espiral. Y como buena espiral nunca un hecho es igual a otro pero sí es más o menos parecido. Por eso las elicoidales son lo más. Al menos para mí.
Por eso, no me puedo ir a ningún lado.
Y sí... estoy divagando.
Hoy me dan mi mantra en un ritual que hacemos en el marco del profesorado de yoga. Suena bien lo del "profesorado de yoga" pero no crean que es muy institucional la cosa. Las clases son las prácticas de las semanas y una vez al mes nos juntamos a hablar durante cuatro horas de algún tema en particular vinculado a esta ciencia. Los yoga sutras de Patanajali, las diferentes escuelas del yoga, los maestros, cuerpo físico, mental y sutil, los chacras, budismo, hinduismo, taoismo, algunos principios del ayurveda. El año pasado nos dieron un nombre en sánscrito a cada uno. Yo me llamo Baghavad Dharma Ananda. Traducido podría ser: "el camino superior de la felicidad". Suena un poco pretencioso pero así son los nombres en sánscrito.
Este año ha sido ardua la caminata. Pero por nada del mundo la cambiaría. Todo lo que hice se queda conmigo. Estoy contenta. Como quien ha logrado una gran hazaña. Vencí muchos miedos. Me paré frente a lo que me gustaba, me deshice de adornos que me entorpecían, me puse cara a cara con un deseo largamente ninguneado.
Estoy contenta porque todo fue con buena leche.
Estoy contenta porque tengo salud, energía y amor para rato. Para muchas elicoidales más.
Así que diciembre, allá vamos.
No hay un fin rotundo.
¿Por qué?
Porque siempre está la espiral. Y como buena espiral nunca un hecho es igual a otro pero sí es más o menos parecido. Por eso las elicoidales son lo más. Al menos para mí.
Por eso, no me puedo ir a ningún lado.
Y sí... estoy divagando.
Hoy me dan mi mantra en un ritual que hacemos en el marco del profesorado de yoga. Suena bien lo del "profesorado de yoga" pero no crean que es muy institucional la cosa. Las clases son las prácticas de las semanas y una vez al mes nos juntamos a hablar durante cuatro horas de algún tema en particular vinculado a esta ciencia. Los yoga sutras de Patanajali, las diferentes escuelas del yoga, los maestros, cuerpo físico, mental y sutil, los chacras, budismo, hinduismo, taoismo, algunos principios del ayurveda. El año pasado nos dieron un nombre en sánscrito a cada uno. Yo me llamo Baghavad Dharma Ananda. Traducido podría ser: "el camino superior de la felicidad". Suena un poco pretencioso pero así son los nombres en sánscrito.
Este año ha sido ardua la caminata. Pero por nada del mundo la cambiaría. Todo lo que hice se queda conmigo. Estoy contenta. Como quien ha logrado una gran hazaña. Vencí muchos miedos. Me paré frente a lo que me gustaba, me deshice de adornos que me entorpecían, me puse cara a cara con un deseo largamente ninguneado.
Estoy contenta porque todo fue con buena leche.
Estoy contenta porque tengo salud, energía y amor para rato. Para muchas elicoidales más.
Así que diciembre, allá vamos.
lunes, 25 de noviembre de 2013
Fin
Y de pronto sucedió que se llovió todo. La nube se ha esfumado. El agua corre como hilos sobre mi alma y el corazón continúa latiendo, rojo y enamorado porque la vida es un privilegio. También lo es el tiempo que corre por mis células. Y lo es que todos ustedes vivan sus vidas al compás de este tiempo. Algunos le llaman ilusión. Hay quienes dicen que esto no es más que un escenario dispuesto por vaya uno a saber qué inteligencia cósmica.
Se llovió todo y el cielo está límpido.
Vamos por la transformación.
La nube se queda acá.
Yo me voy.
Se llovió todo y el cielo está límpido.
Vamos por la transformación.
La nube se queda acá.
Yo me voy.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Cadena alimenticia
Salgo
al jardín, descalza, con un mate, dispuesta a disfrutar de la mañana
increíble del domingo. En el fondo, cerca del limonero veo un montículo
de plumas y algo rojo. Me voy acercando lentamente intuyendo ya lo
inevitable. Es un pájaro. O lo que queda de un pájaro: plumas, cabeza y
patas. El resto ha sido devorado. Las hormigas negras no pierden el
tiempo y ya están haciendo su trabajo de hormiga. Pronto no quedará
nada. Busco a la culpable de todo esto. La gata no está por ningún lado.
Luego recuerdo, sí, está durmiendo la mona en mi cama, extenuada,
seguramente haciendo la digestión.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Identidad
Soy bajita, flexible y alguna gente piensa que me faltan un par de tornillos en la cabeza. Bueno, allá ellos.
Lo cierto es que mi casa, por así decirlo, hoy también trató de decirme algo. Creo.
Por ejemplo, tengo un termotanque al que le pusieron unos "tacos altos" para que calzara justo con la medida de los caños del termotanque anterior.
Y eso no es todo.
A la cocina a gas le instalaron un caño flexible (ahora la puedo correr cuando quiero y limpiar lo que se cayó detrás, lo que no se ve) pero en el interín de cambiarle el caño, perdió un par de tornillos en la tapa ya que se negaban a salir. Hubo que cortarlos literalmente con una agujereadora. En fin.
Claramente, no siempre se logra limpiar las cosas suavemente.
Lo cierto es que mi casa, por así decirlo, hoy también trató de decirme algo. Creo.
Por ejemplo, tengo un termotanque al que le pusieron unos "tacos altos" para que calzara justo con la medida de los caños del termotanque anterior.
Y eso no es todo.
A la cocina a gas le instalaron un caño flexible (ahora la puedo correr cuando quiero y limpiar lo que se cayó detrás, lo que no se ve) pero en el interín de cambiarle el caño, perdió un par de tornillos en la tapa ya que se negaban a salir. Hubo que cortarlos literalmente con una agujereadora. En fin.
Claramente, no siempre se logra limpiar las cosas suavemente.
martes, 15 de octubre de 2013
¿Qué es zen shiatsu?
el misterio del hara
la alegría del contacto
presión perpendicular a tierra
sus pies, mis manos, el hara
alivio
Fotos de Marian Cullen
jueves, 10 de octubre de 2013
La inteligencia del cuerpo
Hay cuerpos más inteligentes que otros. Pero todos los cuerpos tienen la capacidad de recuperarse. Esa es mi humilde opinión. Y de eso quiero hablar en este post.
La inteligencia del cuerpo no tiene nada que ver con la inteligencia de la mente. Hay mentes maravillosamente inteligentes que portan cuerpos como si fueran un saco al que hay que darle de comer, bañar de vez en cuando y vestir. Esas mentes necesitan encontrar una via que los reconecte con su cuerpo.
Los cuerpos poseen inteligencia y aprenden. La mayoría de las contracturas que tenemos son porque algo hacemos mal. Nos olvidamos del cuerpo, lo obligamos a estar en posiciones inadecuadas y olvidamos movimientos que nos son propios.
Hay muchas vias que nos vuelven a conectar con esta bella maquinaria que nos fue dada para vivir nuestra vida. Muchas vias que nos llevan a nosotros mismos.
La inteligencia del cuerpo no tiene nada que ver con la inteligencia de la mente. Hay mentes maravillosamente inteligentes que portan cuerpos como si fueran un saco al que hay que darle de comer, bañar de vez en cuando y vestir. Esas mentes necesitan encontrar una via que los reconecte con su cuerpo.
Los cuerpos poseen inteligencia y aprenden. La mayoría de las contracturas que tenemos son porque algo hacemos mal. Nos olvidamos del cuerpo, lo obligamos a estar en posiciones inadecuadas y olvidamos movimientos que nos son propios.
Hay muchas vias que nos vuelven a conectar con esta bella maquinaria que nos fue dada para vivir nuestra vida. Muchas vias que nos llevan a nosotros mismos.
sábado, 28 de septiembre de 2013
Límites del shiatsu, o bien, lo que el shiatsu provoca
Hoy vino una paciente a casa. La conozco desde el año
pasado. Tenía un diagnóstico de ovarios poliquísticos, no le venía la
menstruación. Con tres sesiones de shiatsu se normalizaron sus ciclos.
Ella, muy agradecida me llamaba cada tanto para recibir alguna que otra
sesión. Las menstruaciones nunca más se le interrumpieron.
Hace una semana volvió porque le encontraron unos quistecitos muy pequeños en la tiroides. No está ni hipo ni hipertiroidea. Se siente bien, tiene buena energía pero algo la traía al futón. ¿Qué era ese algo? No lo sabíamos bien.
La semana pasada le di una sesión de meridianos del elemento Tierra con sus extendidos. La mano madre en el hara siempre acompañando. Fue una sesión muy dulce y llena de pausas y calma. Ella se fue feliz de haber retomado.
Hoy volvió y me dijo que se sentía bien, que había tenido una buena semana. Le pregunté si había algo que me quisiera compartir y me dijo que no.
Le pedí que se pusiera boca arriba (la vez pasada habíamos comenzado boca abajo) y comencé con un hara. De pronto, un malestar general me invadió de pies a cabeza. Mis manos en su hara estaban frías, como sin vida. Traté de respirar con ella pero no lo conseguí. De a poco fui palpando con la yema de mis dedos las zonas de diagnóstico. Salió que el área de bazo estaba muy kyo. Volví a hacer el trabajo de bazo con extendidos pero me sentía muy cansada. El malestar no se me iba. La parte baja de mi hara empezó a dolerme. Traté de serenarme y concentrarme en la persona que tenía delante. En sentir el fluir de la energía en mis manos, en descansar en ella, ir con el hara. Pero mi hara se resistía, había una barrera, algo que no me permitía fluir.
Decidí ponerla boca abajo a ver qué pasaba. Fue mejor pero aún así, sentía su cuerpo como de piedra. Un mármol frío por debajo de la piel. Fui muy suave y blanda, trabajé con palmas, casi no usé rodillas.
Al darla vuelta su cara, por suerte, tenía otra expresión. Respiraba distinto.
Terminé con manos en el hara.
Ella bostezó y se incorporó muy lentamente. Me dijo:
-No sé cómo poner en palabras algo que me pasó hoy.
-¿Sentiste que una sesión distina?
-Sí, yo estaba como muy mental.
-Sí...
-Como que no me podía entregar.
-Sí...
-Sentía el cuerpo durísimo, como una piedra, pero no de estar contracturada sino como de coraza.
Nos quedamos por unos instantes en silencio.
De pronto se me ocurrió preguntarle:
-¿Hubo algo esta semana que hiciera que te cerraras, que te pusieras como hermética?
Y entonces ella suspiró y empezó a llorar. Y con cada sollozo el cuerpo se le iba ablandando más y más. Lloró largo y tendido.
Y entonces ahí comprendí algo más acerca del shiatsu. La sesión en sí misma no había sido gran cosa pero la pregunta posterior -y muy necesaria- había calado en su alma.
A veces llorar es el mejor shiatsu que nos podemos dar.
Hace una semana volvió porque le encontraron unos quistecitos muy pequeños en la tiroides. No está ni hipo ni hipertiroidea. Se siente bien, tiene buena energía pero algo la traía al futón. ¿Qué era ese algo? No lo sabíamos bien.
La semana pasada le di una sesión de meridianos del elemento Tierra con sus extendidos. La mano madre en el hara siempre acompañando. Fue una sesión muy dulce y llena de pausas y calma. Ella se fue feliz de haber retomado.
Hoy volvió y me dijo que se sentía bien, que había tenido una buena semana. Le pregunté si había algo que me quisiera compartir y me dijo que no.
Le pedí que se pusiera boca arriba (la vez pasada habíamos comenzado boca abajo) y comencé con un hara. De pronto, un malestar general me invadió de pies a cabeza. Mis manos en su hara estaban frías, como sin vida. Traté de respirar con ella pero no lo conseguí. De a poco fui palpando con la yema de mis dedos las zonas de diagnóstico. Salió que el área de bazo estaba muy kyo. Volví a hacer el trabajo de bazo con extendidos pero me sentía muy cansada. El malestar no se me iba. La parte baja de mi hara empezó a dolerme. Traté de serenarme y concentrarme en la persona que tenía delante. En sentir el fluir de la energía en mis manos, en descansar en ella, ir con el hara. Pero mi hara se resistía, había una barrera, algo que no me permitía fluir.
Decidí ponerla boca abajo a ver qué pasaba. Fue mejor pero aún así, sentía su cuerpo como de piedra. Un mármol frío por debajo de la piel. Fui muy suave y blanda, trabajé con palmas, casi no usé rodillas.
Al darla vuelta su cara, por suerte, tenía otra expresión. Respiraba distinto.
Terminé con manos en el hara.
Ella bostezó y se incorporó muy lentamente. Me dijo:
-No sé cómo poner en palabras algo que me pasó hoy.
-¿Sentiste que una sesión distina?
-Sí, yo estaba como muy mental.
-Sí...
-Como que no me podía entregar.
-Sí...
-Sentía el cuerpo durísimo, como una piedra, pero no de estar contracturada sino como de coraza.
Nos quedamos por unos instantes en silencio.
De pronto se me ocurrió preguntarle:
-¿Hubo algo esta semana que hiciera que te cerraras, que te pusieras como hermética?
Y entonces ella suspiró y empezó a llorar. Y con cada sollozo el cuerpo se le iba ablandando más y más. Lloró largo y tendido.
Y entonces ahí comprendí algo más acerca del shiatsu. La sesión en sí misma no había sido gran cosa pero la pregunta posterior -y muy necesaria- había calado en su alma.
A veces llorar es el mejor shiatsu que nos podemos dar.
lunes, 23 de septiembre de 2013
Focus
Hablando con Nico luego de almorzar.
Él -Me duele un poco la cabeza. Debe ser porque estoy sin lentes hace ya unas horas.
Yo -¿Te duele la cabeza si no usás los lentes?
Él -Y sí... debe ser porque hago mucha fuerza para enfocar.
Yo -Qué loco.
Él- Sí, bah, no sé. ¿Por qué?
Yo -A mí no me pasa.
Él- Sí, ya lo sé mi amor, vos podés dejar tus lentes tirados en cualquier lado por días.
Yo -No, bueno, es que no necesito enfocar todo el tiempo.
Él -Jajajajajaja.
Yo -Lo digo en serio, no me molesta estar desenfocada.
Él -Lo sé cariño, lo sé. Es que te acabas de definir maravillosamente.
Él -Me duele un poco la cabeza. Debe ser porque estoy sin lentes hace ya unas horas.
Yo -¿Te duele la cabeza si no usás los lentes?
Él -Y sí... debe ser porque hago mucha fuerza para enfocar.
Yo -Qué loco.
Él- Sí, bah, no sé. ¿Por qué?
Yo -A mí no me pasa.
Él- Sí, ya lo sé mi amor, vos podés dejar tus lentes tirados en cualquier lado por días.
Yo -No, bueno, es que no necesito enfocar todo el tiempo.
Él -Jajajajajaja.
Yo -Lo digo en serio, no me molesta estar desenfocada.
Él -Lo sé cariño, lo sé. Es que te acabas de definir maravillosamente.
domingo, 22 de septiembre de 2013
El juego del Havestrash
Nos encontraríamos en Oui oui, en el barrio de Palermo. Nuestra relación en los últimos cinco años fue tan no no que me pareció un buen presagio.
Llegué temprano, caminé un rato y luego me senté en uno de esos bancos que hay en las esquinas palermitanas. Había sol y Palermo estaba hermoso, con sus árboles, sus casas viejas, la gente despreocupada comenzando a almorzar, el airecito primaveral.
Él también llegó temprano. Lo vi pasar cerca del banco donde estaba sentada. Me sonreí porque su atuendo no tenía nada que ver con lo que yo recordaba de él. Pero su andar era el mismo.
-¡Guille!
Se dio vuelta y me miró. Se acercó sonriendo y me abrazó. Estaba distinto pero era él. Mientras duró ese abrazo me empecé a reir. Él también. Es rara la risa, a veces.
-¡Por fin! - me dijo. -No sabía si eras vos, te había visto pero no me animé a acercarme por miedo a que no fueras.
-Vos también estás re distinto. ¡Esa campera de cuero!
-Sí, me estoy muriendo de calor.
-¿Vamos a Oui oui?
Seguíamos sonriendo. Nos mirábamos, nos tocábamos la ropa. ¿Sos vos? Sí, soy yo. Sos vos. Qué bueno.
Nos sentamos afuera, a la sombra de un gran árbol. Afortunadamente estábamos separados del resto de la gente. Pedimos un sandwich vegetariano y un bagel de pollo. Para tomar, una jarra de limonada muy fresca con menta. El día estaba radiante. Yo me sentía radiante. Finalmente estábamos frente a frente. Algo de su cara me recordó, de pronto, una expresión suya de cuando tenía 11 años, en su casa de Villa Urquiza. Ese recuerdo me hizo sonreir, se lo hice saber.
-Bueno, ¿querés jugar al Havestrash?*
-Ay... el Havestrash...
Hablamos mucho. De todo un poco y muy mezclado. Trajeron la comida y mientras comíamos seguimos hablando. No había preguntas incómodas. No había silencios incómodos. De hecho, no había nada incómodo aunque a veces la temática, a primera vista, fuera incómoda. Hablamos de la separación. Necesité contarle algunas cosas, sueños, sensaciones que había tenido. Él agradeció que le confiara mis pensamientos. También hablamos de otras cosas, de nuestras vidas de ahora, los deseos que se cumplieron y los que no se cumplieron porque finalmente no eran importantes.
Pasado, presente.
No hablamos del futuro.
Oui oui y un mediodía soleado.
Encontrarse con la maravillosa sopresa de poder perdonar. Esa poderosa energía que es perdonar desde el corazón. Sentir que no hay ningún resentimiento y que mi vida, luego de mucho trabajar, analizar, sentir y pulir está en un buen lugar.
*Havestrash: dícese de un juego que nunca está donde tiene que estar. Caleidoscopio, telescopio o preguntopio. Animal salvaje, oriundo de África, cuya melena es parecida a la de un león. Acción de perdonar a alguien luego de haberlo querido mucho.
Llegué temprano, caminé un rato y luego me senté en uno de esos bancos que hay en las esquinas palermitanas. Había sol y Palermo estaba hermoso, con sus árboles, sus casas viejas, la gente despreocupada comenzando a almorzar, el airecito primaveral.
Él también llegó temprano. Lo vi pasar cerca del banco donde estaba sentada. Me sonreí porque su atuendo no tenía nada que ver con lo que yo recordaba de él. Pero su andar era el mismo.
-¡Guille!
Se dio vuelta y me miró. Se acercó sonriendo y me abrazó. Estaba distinto pero era él. Mientras duró ese abrazo me empecé a reir. Él también. Es rara la risa, a veces.
-¡Por fin! - me dijo. -No sabía si eras vos, te había visto pero no me animé a acercarme por miedo a que no fueras.
-Vos también estás re distinto. ¡Esa campera de cuero!
-Sí, me estoy muriendo de calor.
-¿Vamos a Oui oui?
Seguíamos sonriendo. Nos mirábamos, nos tocábamos la ropa. ¿Sos vos? Sí, soy yo. Sos vos. Qué bueno.
Nos sentamos afuera, a la sombra de un gran árbol. Afortunadamente estábamos separados del resto de la gente. Pedimos un sandwich vegetariano y un bagel de pollo. Para tomar, una jarra de limonada muy fresca con menta. El día estaba radiante. Yo me sentía radiante. Finalmente estábamos frente a frente. Algo de su cara me recordó, de pronto, una expresión suya de cuando tenía 11 años, en su casa de Villa Urquiza. Ese recuerdo me hizo sonreir, se lo hice saber.
-Bueno, ¿querés jugar al Havestrash?*
-Ay... el Havestrash...
Hablamos mucho. De todo un poco y muy mezclado. Trajeron la comida y mientras comíamos seguimos hablando. No había preguntas incómodas. No había silencios incómodos. De hecho, no había nada incómodo aunque a veces la temática, a primera vista, fuera incómoda. Hablamos de la separación. Necesité contarle algunas cosas, sueños, sensaciones que había tenido. Él agradeció que le confiara mis pensamientos. También hablamos de otras cosas, de nuestras vidas de ahora, los deseos que se cumplieron y los que no se cumplieron porque finalmente no eran importantes.
Pasado, presente.
No hablamos del futuro.
Oui oui y un mediodía soleado.
Encontrarse con la maravillosa sopresa de poder perdonar. Esa poderosa energía que es perdonar desde el corazón. Sentir que no hay ningún resentimiento y que mi vida, luego de mucho trabajar, analizar, sentir y pulir está en un buen lugar.
*Havestrash: dícese de un juego que nunca está donde tiene que estar. Caleidoscopio, telescopio o preguntopio. Animal salvaje, oriundo de África, cuya melena es parecida a la de un león. Acción de perdonar a alguien luego de haberlo querido mucho.
jueves, 19 de septiembre de 2013
Las nubes de agua
Con estas lluvias del fin de semana pasado brotó todo el pasto. La poda que hizo Fede está comenzando a brotar otra vez. Brotecito aquí, brotecito allá. No se puede parar a la madera.
Quiero tener la terraza llena de malvones. Todos malvones de distintos colores. Tengo una maceta con el malvón rojo que a fuerza de darle compost y agua revivió de su raquitismo. Añadí otra maceta grande que estaba vacía desde hacía años con un malvón fucsia que hace tiempo me regaló Zully y que estaba plantado adelante. Nunca florecía. No le daba el sol.
El jazmín, el ficus y la aralia de la terraza están reviviendo otra vez. La lluvia y el compost hacen milagros. Claramente el agua clorada no es lo mismo.
¿Cómo hacer para recolectar agua de lluvia?
Necesito llamar a un zinguero.
Quiero tener la terraza llena de malvones. Todos malvones de distintos colores. Tengo una maceta con el malvón rojo que a fuerza de darle compost y agua revivió de su raquitismo. Añadí otra maceta grande que estaba vacía desde hacía años con un malvón fucsia que hace tiempo me regaló Zully y que estaba plantado adelante. Nunca florecía. No le daba el sol.
El jazmín, el ficus y la aralia de la terraza están reviviendo otra vez. La lluvia y el compost hacen milagros. Claramente el agua clorada no es lo mismo.
¿Cómo hacer para recolectar agua de lluvia?
Necesito llamar a un zinguero.
lunes, 16 de septiembre de 2013
La magia de los blogs
Esta entrada viene de la anterior. Porque quería escribir un poco acerca de cómo empecé a escribir nubedeagua y de por qué sigo escribiéndolo hoy en día aunque muchas veces pensé en cerrar este espacio. Y de cómo este blog me dio trabajo, amigos, consuelo y un montón de gratificaciones. No tengo recuerdos de que me haya traído malos momentos. Hace tiempo que vengo escribiendo poco, que no suelo escribir más aquellas entradas enigmáticas que supieron ser una característica propia de este blog cuando recién empezaba en el 2004. Muchos años han pasado desde aquella tarde en la que, luego de tomar un café, Hans me propusiera escribir un blog. Cuando le pregunté un poco en joda cómo creía él que debía llamarse me dijo: "es obvio, nubedeagua". Y así fue como surgió el nombre.
Cuando escribía, hace casi diez años, no pensaba en ningún destinatario para el blog. Era como tirar mensajes al mar en una botella. No había todavía redes sociales, no nos conocíamos las caras, nos encontrábamos al azar. Era meterse en un blog y navegar por sus links y mundos enteros que se abrían a nuestra disposición. Y además había algo de literario en todo aquello, cierto estilo, un tanto desmañado pero estilo al fin, fragmentario pero sumamente atrapante. A nadie se le había ocurrido todavía poner su nombre y apellido o fotos de sus caras (bueno, no había modo de subir fotos al principio a menos que supieras html). Y menos que menos se pensaba en que un blog podía hacerte famoso o simplemente ser un trampolín para que te publicaran. Había algo muy amateur en tener un blog y por eso mismo había muchísimo espacio para la creatividad. Luego aparecieron otras herramientas, las redes sociales, twitter y los blogs entraron en decandencia.
A mí me siempre me gustaron los blogs. Será por mi espíritu chusma, seguramente. O porque había algo de magia cuando se podía leer la vida de otros que estaban lejos o no tan lejos. Siempre me apasionaron las distintas subjetividades. Y los blogs eran eso: espacios para la subjetividad. Un laboratorio para reinventarse. Pero un laboratorio que requería cierta elaboración, cierto tiempo de dedicación.
Escribir, escribir, escribir, de eso se trataba. Y la gente escribía. Escribía y elaboraba muchísimo. No eran los blogs de ficción los que me interesaban sino los blogs donde se elaboraban subjetividades reales, de gente escribiendo detrás de la pantalla. A fin de cuentas todos son escenarios en la vida. Todos tenemos personajes metidos debajo del saco. Y algunos los tienen bien afuera.
Pero eso es lo que me pasó a mí, claro.
Lo que me pasó, ahora que lo pienso, es que yo quise empezar a leer a la gente.
No quiero que se confunda esta entrada con la idea de que todo tiempo pasado fue mejor. Nada más lejos que eso. Blogger hoy en día ofrece una amplia gama de chirimbolos que están buenísimos y que hace diez años ni soñábamos con que eran posibles. Hoy en día los blogs son páginas sofisticadas, llenas de fotos, videos, links de acá y allá, hasta el blog más pedorro puede darse el lujo de tener un template como la gente.
Pero los blogs que yo leía hace diez años no están más.
Esa gente se fue a otros lados, otros espacios, mutó.
Y es extraño extrañarlos.
Cuando me reencontré con Lou las dos sentimos que ya nos conocíamos. Había cariño en ese abrazo. Un cariño real, no virtual. Pero también fue curioso tomar un té (delicioso) en una taza que me había encantado en su flickr, reconocer su casa en los rincones de las fotos que había subido a internet, descubrir que Lou es lo que escribía en su blog. Su encanto y buen gusto, la voz cantarina y calma, el espacio de su casa vibrando en colores, el amor que le pone a todo lo que hace: un cuaderno, una taza de té, un saludo.
Bueno.
No sé bien qué quiero decir con esta entrada. Supongo que me emocionó conocer a Lou. Pero también creo que me emociona darme cuenta de que escribo este blog desde hace tantos años.
Cuando escribía, hace casi diez años, no pensaba en ningún destinatario para el blog. Era como tirar mensajes al mar en una botella. No había todavía redes sociales, no nos conocíamos las caras, nos encontrábamos al azar. Era meterse en un blog y navegar por sus links y mundos enteros que se abrían a nuestra disposición. Y además había algo de literario en todo aquello, cierto estilo, un tanto desmañado pero estilo al fin, fragmentario pero sumamente atrapante. A nadie se le había ocurrido todavía poner su nombre y apellido o fotos de sus caras (bueno, no había modo de subir fotos al principio a menos que supieras html). Y menos que menos se pensaba en que un blog podía hacerte famoso o simplemente ser un trampolín para que te publicaran. Había algo muy amateur en tener un blog y por eso mismo había muchísimo espacio para la creatividad. Luego aparecieron otras herramientas, las redes sociales, twitter y los blogs entraron en decandencia.
A mí me siempre me gustaron los blogs. Será por mi espíritu chusma, seguramente. O porque había algo de magia cuando se podía leer la vida de otros que estaban lejos o no tan lejos. Siempre me apasionaron las distintas subjetividades. Y los blogs eran eso: espacios para la subjetividad. Un laboratorio para reinventarse. Pero un laboratorio que requería cierta elaboración, cierto tiempo de dedicación.
Escribir, escribir, escribir, de eso se trataba. Y la gente escribía. Escribía y elaboraba muchísimo. No eran los blogs de ficción los que me interesaban sino los blogs donde se elaboraban subjetividades reales, de gente escribiendo detrás de la pantalla. A fin de cuentas todos son escenarios en la vida. Todos tenemos personajes metidos debajo del saco. Y algunos los tienen bien afuera.
Pero eso es lo que me pasó a mí, claro.
Lo que me pasó, ahora que lo pienso, es que yo quise empezar a leer a la gente.
No quiero que se confunda esta entrada con la idea de que todo tiempo pasado fue mejor. Nada más lejos que eso. Blogger hoy en día ofrece una amplia gama de chirimbolos que están buenísimos y que hace diez años ni soñábamos con que eran posibles. Hoy en día los blogs son páginas sofisticadas, llenas de fotos, videos, links de acá y allá, hasta el blog más pedorro puede darse el lujo de tener un template como la gente.
Pero los blogs que yo leía hace diez años no están más.
Esa gente se fue a otros lados, otros espacios, mutó.
Y es extraño extrañarlos.
Cuando me reencontré con Lou las dos sentimos que ya nos conocíamos. Había cariño en ese abrazo. Un cariño real, no virtual. Pero también fue curioso tomar un té (delicioso) en una taza que me había encantado en su flickr, reconocer su casa en los rincones de las fotos que había subido a internet, descubrir que Lou es lo que escribía en su blog. Su encanto y buen gusto, la voz cantarina y calma, el espacio de su casa vibrando en colores, el amor que le pone a todo lo que hace: un cuaderno, una taza de té, un saludo.
Bueno.
No sé bien qué quiero decir con esta entrada. Supongo que me emocionó conocer a Lou. Pero también creo que me emociona darme cuenta de que escribo este blog desde hace tantos años.
sábado, 14 de septiembre de 2013
Otorgar significados
Viernes de madrugada. Me gusta levantarme temprano pero esto ya es demasiado. Me resigno y aunque desearía dormir unos minutos más me obligo a levantarme a las seis en punto. Es la única forma de desayunar y salir sin olvidarme la cabeza en la almohada. A las ocho ya estoy parada delante de una clase hablándoles del signo triádico de Peirce, de la clasificación de signos según la segunda tricotomía, de la fuerza social de ciertos signos icónicos y me descubro mentalmente apta para desarrollar algunas ideas, reirme de algunos ejemplos y contestar algunas preguntas. Es increíble que yo esté allí, hablando de conceptos que hace diez años me importaban tan poco. La semiótica nunca me importó tanto como ahora: cómo percibimos el mundo y por qué le otorgamos ciertos significados.
Después de clases llego a la casa de Deb para almorzar. Una máquina infernal está rompiendo el asfalto justo en la esquina de su departamento. El ruido es demoledor y Deb tiene las ventanas cerradas. Por suerte hace frío. Hace meses que no nos vemos. Está preciosa, con una remera fuscia que le resalta la piel. Me alegra verla luego de tanto tiempo. Hablamos de su viaje, del trabajo, de algunos acontecimientos que nos pasaron, de la vida en general. Recuperamos intimidad y es emocionante. Bifurcarse y encontrarse cobra real importancia. Almorzamos, tomamos un té delicioso de regalíz y luego, para no faltar a la costumbre, tomamos mate. Todo esto, escoltadas por su gato Elmo que es como un tigre bueno y enorme.
Finalmente, otra vez el subte B que me lleva aún más al centro de Buenos Aires. Esta vez, es Lou quien me espera en su Almacén. No conozco a Lou salvo por las cosas que sus manos hacen y porque hace mucho años tenía un blog que me gustaba leer mucho. Y de pronto todo esto se materializa en una mujer increíble que me abre la puerta, me abraza, me invita a pasar como si fuéramos amigas de toda la vida. La magia de los blogs, claramente. La excusa era un cuaderno artesanal que le había reservado. Pero creo que esto ya es parte de otro post.
Después de clases llego a la casa de Deb para almorzar. Una máquina infernal está rompiendo el asfalto justo en la esquina de su departamento. El ruido es demoledor y Deb tiene las ventanas cerradas. Por suerte hace frío. Hace meses que no nos vemos. Está preciosa, con una remera fuscia que le resalta la piel. Me alegra verla luego de tanto tiempo. Hablamos de su viaje, del trabajo, de algunos acontecimientos que nos pasaron, de la vida en general. Recuperamos intimidad y es emocionante. Bifurcarse y encontrarse cobra real importancia. Almorzamos, tomamos un té delicioso de regalíz y luego, para no faltar a la costumbre, tomamos mate. Todo esto, escoltadas por su gato Elmo que es como un tigre bueno y enorme.
Finalmente, otra vez el subte B que me lleva aún más al centro de Buenos Aires. Esta vez, es Lou quien me espera en su Almacén. No conozco a Lou salvo por las cosas que sus manos hacen y porque hace mucho años tenía un blog que me gustaba leer mucho. Y de pronto todo esto se materializa en una mujer increíble que me abre la puerta, me abraza, me invita a pasar como si fuéramos amigas de toda la vida. La magia de los blogs, claramente. La excusa era un cuaderno artesanal que le había reservado. Pero creo que esto ya es parte de otro post.
jueves, 12 de septiembre de 2013
No se queden en ayunas de ustedes mismos
Les comparto algo que escribió en su muro Liliana Mizrahi. El shiatsu quiso que yo conociera a Liliana y se lo agradezco. Hace unos años, cuando le di sus sesiones de shiatsu, recuerdo que fue un proceso de gran intensidad para ambas. Una gran persona, luchadora de los derechos de las mujeres, observadora y crítica. Me gustó mucho lo que dijo sobre el Día del Perdón. No dejen de leerlo.
El Día del Perdón no es para que se estén golpeando el pecho y gritando mea culpa mea culpa. No es así. Es un día de introspección, de balance, de sacar los propios trapos al sol y mirarlos, a solas, solos, nosotros con nosotros, sin intermediarios, sin jueces, sin banquillo de los acusados, sin sanbenito. Es un día de mirar para adentro. Podemos sumar la pregunta del Rosh Hashaná ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Qué cosas he postergado y están esperando ser resueltas? ¿Qué hice estos ultimos meses? ¿Qué cosas quiero corregir? ¿En qué me equivoqué?
El psicoanálisis no podía no haber surgido de un judío o del judaísmo. Ningún credo mejor dotado para hacerse preguntas a sí mismo/a. ¿Quién soy? ¿Qué estoy esperando? Estoy frente al Libro de la Vida abierto de par en par, no sé si seré inscripta, no sé si mis hijos, nietos, amigos, parientes serán inscriptos. Esto es lo que lo hace dramático, nos recuerda la existencia constante de la muerte, del poco tiempo que tenemos, nos enfrenta con nosotros mismos. Ser inscriptos, o no, en el Libro de la Vida no depende de nuestros errores o pecados. Es Su Voluntad. Como Jesús en el Huerto de los Olivos. No quería morir pero sabía que iba hacia la muerte y llorando dijo: "Que se haga tu voluntad". Hay algo que no manejamos, ni controlamos, ni sabemos.
Es un buen día para compararnos con nosotros mismos: ¿En qué estaba yo hace un año, hace 5 años, hace 10 años? ¿Soy la misma?
No se queden en ayunas acerca de ustedes mismos y sus breves vidas. El ayuno alimenticio no importa. Lo que importa es no quedarse en ayunas acerca de uno mismo. Feliz introspección. No importa ser judío o no. Importa mirarse para adentro.
lunes, 9 de septiembre de 2013
Gateptos
Amamos a nuestra gata. A veces cuando se pone arisca decimos que se puso mala pero como Marilyn, hasta donde sabemos, no habla ni tiene una especial capacidad de simbolizar, el bien y el mal para ella son categorías que no entran en su bella cabecita gatuna. Decimos entonces que la gata no tiene "conceptos" sino que tiene "gateptos". Por ejemplo:
-Marilyn despedazó una lagartija en el cuarto de shiatsu.
-Marilyn despedazó una lagartija en el cuarto de shiatsu.
-Nah.
-Sí, la fue despedazando de a poco.
-¿Estaba arriba del futón?
-No, al menos tuvo la decencia de hacer su enchastre al costado.
-Bien, sus gateptos coinciden con nuestro concepto de la asquerosidad.
-¡¡Sus gateptos le hicieron dejar la cola en la escalera!! ¡Encontré una cola de lagartija en la escalera!
-Pero vos le dejaste comida ¿no?
-¡¡¡Sí!!!
No se comió la lagartija porque tenía hambre: la torturó hasta morir y la dejó tirada en el cuarto de shiatsu toda
despanzurrada.
domingo, 8 de septiembre de 2013
Días muy tierra
Domingo por la mañana.
Un sol radiante acaricia los últimos vestigios de humedad que flotan en los ambientes de la casa.
Abro la ventana del cuarto de shiatsu y dejo que entre el calor y la luz. Lo invito a Nico a tirarse en el futón colorado y de paso repaso lo que vimos ayer en el seminario de meridianos extendidos. Le hago los meridianos de Estómago y Bazo - Páncreas. Queda en estado de relajación total.
Días muy muy tierra. Paz, serenidad, agradecimiento y un buen almuerzo nos espera.
Un sol radiante acaricia los últimos vestigios de humedad que flotan en los ambientes de la casa.
Abro la ventana del cuarto de shiatsu y dejo que entre el calor y la luz. Lo invito a Nico a tirarse en el futón colorado y de paso repaso lo que vimos ayer en el seminario de meridianos extendidos. Le hago los meridianos de Estómago y Bazo - Páncreas. Queda en estado de relajación total.
Días muy muy tierra. Paz, serenidad, agradecimiento y un buen almuerzo nos espera.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
De moishes y tanos
Me llama un amiga desde Nueva Zelanda.
-¡Feliz año!
-Gracias Nanu, feliz año para vos también.
-¿Y en qué andan ustedes?
-Y.. acá... cocinando unos fideos.
-...
-Como verás, esta noche predominó mi gen tano por sobre mi gen moishe.
Nota: los fideos me quedaron buenísimos. Da gusto empezar el año así.
-¡Feliz año!
-Gracias Nanu, feliz año para vos también.
-¿Y en qué andan ustedes?
-Y.. acá... cocinando unos fideos.
-...
-Como verás, esta noche predominó mi gen tano por sobre mi gen moishe.
Nota: los fideos me quedaron buenísimos. Da gusto empezar el año así.
sábado, 31 de agosto de 2013
Hoy todos comen
Nico y Flor desayunan tostadas con queso crema y mermelada.
El gato lame su queso crema del dedo de Nico.
El gato también come sus piedritas.
El gato mata lagartijas bebés y se las mastica con sumo placer.
Una araña teje una tela inmensa en la aralia de la terraza.
Espera pacientemente su presa.
Claramente hoy todos comen.
El gato lame su queso crema del dedo de Nico.
El gato también come sus piedritas.
El gato mata lagartijas bebés y se las mastica con sumo placer.
Una araña teje una tela inmensa en la aralia de la terraza.
Espera pacientemente su presa.
Claramente hoy todos comen.
Marilin, o bien, Asesinín.
jueves, 29 de agosto de 2013
Hormigas argentinas
Fede es un gran jardinero. Se ocupa todas las semanas del jardín de la casa de mis padres que es bastante grande. Mi papá lo llama "el destructor" pero lo hace cariñosamente porque sabe que lo que Fede poda, brota seguro.
Hasta ayer nunca antes había entrado un jardinero a esta casa. No es que yo no pode mis plantas pero nunca antes había hecho una poda extraordinaria como la que hizo Fede. No tengo la fuerza, la altura ni los elementos necesarios.
-Uh, mirá este jazmín del cabo como está... todo abichado - me dice Fede mostrándome unas hojas negras de alguna plaga.
-No, pero no pasa nada, todos los inviernos se abicha y en verano, no sabés... larga todas las hojas feas, le crecen nuevas y florece a rabiar.
-Ah, bueno... claro... porque ¿ves estas hormigas negras?
-Sí.
-Siempre hay alguien que hace el trabajo que uno no hace.
-¿Perdón?
-Las hormigas negras se comen a estos bichos que vos no sacás y así se van a ayudando.
-...
-¿Sabías que las hormigas argentinas son muy difíciles de erradicar?
-¿Las hormigas argentinas?
-Sí, pasa algo que no pasa en otros lados.
-...
-Generalmente si vos destruís un hormiguero, destruís a las hormigas. Es un hecho.
-Claro.
-Pero si vos destruís un hormiguero de hormigas argentinas ellas se van al hormiguero de al lado y listo. Las hormigas de ese hormiguero les dan asilo.
-Me estás jodiendo.
-No, para nada. En general si una hormiga de un hormiguero aparece en otro hormiguero la tratan como una enemiga, no la admiten, pero el comportamiento de las hormigas argentinas es al revés. ¡Son todas amigas! Es muy difícil exterminar a las hormigas argentinas.
Hasta ayer nunca antes había entrado un jardinero a esta casa. No es que yo no pode mis plantas pero nunca antes había hecho una poda extraordinaria como la que hizo Fede. No tengo la fuerza, la altura ni los elementos necesarios.
-Uh, mirá este jazmín del cabo como está... todo abichado - me dice Fede mostrándome unas hojas negras de alguna plaga.
-No, pero no pasa nada, todos los inviernos se abicha y en verano, no sabés... larga todas las hojas feas, le crecen nuevas y florece a rabiar.
-Ah, bueno... claro... porque ¿ves estas hormigas negras?
-Sí.
-Siempre hay alguien que hace el trabajo que uno no hace.
-¿Perdón?
-Las hormigas negras se comen a estos bichos que vos no sacás y así se van a ayudando.
-...
-¿Sabías que las hormigas argentinas son muy difíciles de erradicar?
-¿Las hormigas argentinas?
-Sí, pasa algo que no pasa en otros lados.
-...
-Generalmente si vos destruís un hormiguero, destruís a las hormigas. Es un hecho.
-Claro.
-Pero si vos destruís un hormiguero de hormigas argentinas ellas se van al hormiguero de al lado y listo. Las hormigas de ese hormiguero les dan asilo.
-Me estás jodiendo.
-No, para nada. En general si una hormiga de un hormiguero aparece en otro hormiguero la tratan como una enemiga, no la admiten, pero el comportamiento de las hormigas argentinas es al revés. ¡Son todas amigas! Es muy difícil exterminar a las hormigas argentinas.
miércoles, 28 de agosto de 2013
Crear, preservar y destruir para regenerar
Me acordé de la última clase de Lili en yoga. Hablamos de Hinduismo y de
la Trimurti.
Los hindúes creen en un dios inmanifestado que es único. Es lo que ellos llaman el Brahman: ser supremo, creador de todo lo que existe, consciencia única. Pero cuando se manifiesta lo hace en tres: Brahma (el creador), Vishnu (el preservador) y Shiva (el destructor y regenerador). Con cada exhalación de Brama se crea un nuevo mundo y con cada inspiración el universo se retrotrae al punto bindu. Brahma aparece siempre naciendo del ombligo de Vishnu, el preservador.
Vishnu, en cambio, toma la función de transformarse en un avatar para salvar al mundo creado por Brahma. Asi es como se lo ve, a veces, en la forma de un gran Pez o una gran Tortuga (todas posturas yóguicas). Shiva, es el más loco de los tres. Shiva es el gran bailarín cósmico y tiene su cara llena de cenizas. Baila en un sólo pie, parado sobre un enano (que es la ignorancia). Y con su danza destruye y regenera el mundo para que todo comience nuevamente. Shiva es la impermanencia, lo pasajero. También hay una postura yóguica que lo representa: Natarajasana.
Curiosamente, los hindues casi no tienen templos para Brahma pero sí tienen muchísimos templos para Vishnu y Shiva. Se ve que crear no cuesta mucho. Pero preservar, destruir y regenerar son acciones que precisan de una energía extra.
Los hindúes creen en un dios inmanifestado que es único. Es lo que ellos llaman el Brahman: ser supremo, creador de todo lo que existe, consciencia única. Pero cuando se manifiesta lo hace en tres: Brahma (el creador), Vishnu (el preservador) y Shiva (el destructor y regenerador). Con cada exhalación de Brama se crea un nuevo mundo y con cada inspiración el universo se retrotrae al punto bindu. Brahma aparece siempre naciendo del ombligo de Vishnu, el preservador.
Vishnu, en cambio, toma la función de transformarse en un avatar para salvar al mundo creado por Brahma. Asi es como se lo ve, a veces, en la forma de un gran Pez o una gran Tortuga (todas posturas yóguicas). Shiva, es el más loco de los tres. Shiva es el gran bailarín cósmico y tiene su cara llena de cenizas. Baila en un sólo pie, parado sobre un enano (que es la ignorancia). Y con su danza destruye y regenera el mundo para que todo comience nuevamente. Shiva es la impermanencia, lo pasajero. También hay una postura yóguica que lo representa: Natarajasana.
Curiosamente, los hindues casi no tienen templos para Brahma pero sí tienen muchísimos templos para Vishnu y Shiva. Se ve que crear no cuesta mucho. Pero preservar, destruir y regenerar son acciones que precisan de una energía extra.
domingo, 25 de agosto de 2013
Domingo: bonsai gigante
Finalmente comencé a ocuparme de mis bonsais gigantes. Armada de mis tijeras de podar, el sol del domingo, la espátula y la intuición empecé por el ficus que tengo en maceta. Le agregué compost, recorté las raíces que no permitían el fluir del agua, eliminé las ramas muertas, limpié algunas hojas. Aún me falta desinfectarlo de las múltiples plagas que tiene pero creo que el agua y el fertilizante lo ayudará a que él solito se empiece a recuperar. Quiero mucho a este ficus, lo tengo desde hace muchos años y realmente ha desarrollado un tronco hermosísimo.
Tengo otros bonsais gigantes. Dos ficus más en macetas que están adelante, una azalea enorme y con mucha historia, un gynco pequeñito al que hay que agregarle tierra.
La primavera está llegando y urge preparar el terreno.
Tengo otros bonsais gigantes. Dos ficus más en macetas que están adelante, una azalea enorme y con mucha historia, un gynco pequeñito al que hay que agregarle tierra.
La primavera está llegando y urge preparar el terreno.
sábado, 24 de agosto de 2013
martes, 20 de agosto de 2013
Semana de canciones: lucky song
Esta canción la cantaban los Jolly Good Fellows para la suerte. Debe
ser cantada después de realizar una gran hazaña, salir vivo de un gran
peligro o realizar un gran viaje.
miércoles, 14 de agosto de 2013
"Os argonautas" en la voz de Lula Pena
Para seguir con la temática...
O barco
Meu coração não agüenta
Tanta tormenta, alegria
Meu coração não contenta
O dia
O marco
Meu coração
O porto
Não
Navegar é preciso
Viver
Não é preciso
O barco
Noite no teu tão bonito
Sorriso solto, perdido
Horizonte e madrugada
O riso
O arco
Da madrugada
O porto
Nada
Navegar é preciso
Viver
Não é preciso
O barco
O automóvel brilhante
O trilho solto, barulho
Do meu dente em tua veia
O sangue
O charco
Barulho lento
O porto
Silêncio
Navegar é preciso
Viver
Não é preciso.
O barco
Meu coração não agüenta
Tanta tormenta, alegria
Meu coração não contenta
O dia
O marco
Meu coração
O porto
Não
Navegar é preciso
Viver
Não é preciso
O barco
Noite no teu tão bonito
Sorriso solto, perdido
Horizonte e madrugada
O riso
O arco
Da madrugada
O porto
Nada
Navegar é preciso
Viver
Não é preciso
O barco
O automóvel brilhante
O trilho solto, barulho
Do meu dente em tua veia
O sangue
O charco
Barulho lento
O porto
Silêncio
Navegar é preciso
Viver
Não é preciso.
Navegantes antigos
Leyendo un blog de alguien que quiero mucho (enbuscademispasos) me reconozco en algunas de sus palabras. Aunque no haya hecho un viaje largo e intenso, siento que he estado viajando cuatro años ininterrumpidamente sin moverme de mi ciudad. Hace cuatro años que exploro y reconozco y vuelvo sobre los paisajes terrestres. El viaje interior o el viaje del cuerpo.
Tal vez sea la poca rutina que acompaña mi vida. El no saber que me deparará el mes que viene porque no hay forma de planificar algo que viene por oleadas. El escribir un blog desde el año 2004. Y bucear en la palabras de otros.
Tal vez sea porque también he leído a Juarroz en un momento en que mi casa se rearmaba y todos mi living era un cúmulo de objetos que no tenían ya sentido. Cajas y más cajas de cartón conteniendo más cartón. Tal vez porque yo también, como muchos otros que han leído a Saint-Exupéry, creía que había algo más en esa frase: "lo esencial es invisible a los ojos". Y entoncés qué hacer. Por qué intentar encajar piezas si hay algo que nunca encajará, que no está hecho para encajar.
Y está bien que así sea. Está bien que haya piezas que no encajen nunca. Porque hay piezas que tan sólo están para ser navegadas. Porque como dicen los navegantes antiguos "Navegar é preciso, viver nao é preciso".
Tal vez sea la poca rutina que acompaña mi vida. El no saber que me deparará el mes que viene porque no hay forma de planificar algo que viene por oleadas. El escribir un blog desde el año 2004. Y bucear en la palabras de otros.
Tal vez sea porque también he leído a Juarroz en un momento en que mi casa se rearmaba y todos mi living era un cúmulo de objetos que no tenían ya sentido. Cajas y más cajas de cartón conteniendo más cartón. Tal vez porque yo también, como muchos otros que han leído a Saint-Exupéry, creía que había algo más en esa frase: "lo esencial es invisible a los ojos". Y entoncés qué hacer. Por qué intentar encajar piezas si hay algo que nunca encajará, que no está hecho para encajar.
Y está bien que así sea. Está bien que haya piezas que no encajen nunca. Porque hay piezas que tan sólo están para ser navegadas. Porque como dicen los navegantes antiguos "Navegar é preciso, viver nao é preciso".
viernes, 9 de agosto de 2013
detalle amoroso
Subte D. Son las diez de la noche. Vuelvo tarde luego de todo un día de estar en distintos lugares haciendo múltiples tareas. Estoy famélica y muerta de cansancio. En el subte está esa mezcla inconfundible de adolescentes de veinte años que casi tienen un cartel en sus cabezas que dice "ya-soy-grande-porque-voy-a-la-universidad" y un puñado de otra gente que seguramente viene de trabajar millares de horas y no puede ni siquiera sentarse derecha. También están los que bailan break dance a cambio de una moneda, sudados y ya sin pudor ni vergüenza. O los que piden una moneda así sin ofrecer nada.
Enfrente mío una chica muy linda me guiña un ojo y yo no sé si la conozco. Me sonríe y ya no sé si es una alumna de lingüística, si la conozco de shiatsu, ¿quién es? Le sonrío también porque no quiero que se sienta mal pero en verdad no la recuerdo.
A mi lado siento un aroma a pizza inconfundible. Las entrañas me crujen. Pienso que debe ser mi imaginación que a esas horas da vueltas y vueltas como un trompo. Pero no. Una chica está sentada al lado mío y sostiene una caja inusualmente grande. Miro la caja y leo "Güerrín".
-Sos una genia- le digo.
Ella se ríe.
-¿Te traés la pizza de Güerrín?* ¿Todo este viaje?
-No es para mí, es para mi novio.
Me la quedo mirando.
-Esto es amor - me dice ella.
Y yo a esas horas, con ese hambre y ese cansancio pienso que sí, que si el amor está lleno de esos pequeños detalles, la pizza de Güerrín que viaja en un subte rumbo a Nuñez es un gesto más que amoroso.
*La pizza de Güerrín es por lejos una de las más ricas de Buenos Aires. Al menos para mí. Queda en la legendaria calle Corrientes, pleno centro.
Enfrente mío una chica muy linda me guiña un ojo y yo no sé si la conozco. Me sonríe y ya no sé si es una alumna de lingüística, si la conozco de shiatsu, ¿quién es? Le sonrío también porque no quiero que se sienta mal pero en verdad no la recuerdo.
A mi lado siento un aroma a pizza inconfundible. Las entrañas me crujen. Pienso que debe ser mi imaginación que a esas horas da vueltas y vueltas como un trompo. Pero no. Una chica está sentada al lado mío y sostiene una caja inusualmente grande. Miro la caja y leo "Güerrín".
-Sos una genia- le digo.
Ella se ríe.
-¿Te traés la pizza de Güerrín?* ¿Todo este viaje?
-No es para mí, es para mi novio.
Me la quedo mirando.
-Esto es amor - me dice ella.
Y yo a esas horas, con ese hambre y ese cansancio pienso que sí, que si el amor está lleno de esos pequeños detalles, la pizza de Güerrín que viaja en un subte rumbo a Nuñez es un gesto más que amoroso.
*La pizza de Güerrín es por lejos una de las más ricas de Buenos Aires. Al menos para mí. Queda en la legendaria calle Corrientes, pleno centro.
lunes, 5 de agosto de 2013
Orden de juego
De chiquita los patines me daban miedo. Llegué a tener unos de plástico, malísimos porque las rueditas se trababan. Pero para un cumpleaños alguien me regaló esos patines de metal con cordones naranjas. Creo que nunca los llegué a usar debidamente.
Yo intuía que la sensación de deslizarse debía ser maravillosa pero me daba pavor el golpazo inevitable que viene cuando uno está aprendiendo. Los golpes dolían y además nunca se podía saber si la carne iba a resistir. Los raspones, las magulladuras, el moretón típico de una caída eran soportables pero detestaba cuando el hospital irrumpía en mi vida. Que me cosieran, que me pincharan: no, no y no. No quería romperme un hueso y estar con una extremidad inmovilizada, no quería que me cosieran como ropa vieja.
¿Por qué, entonces, jugué al hockey de pequeña? Eso es algo que aún hoy me sorprende. ¿Por qué no me rebelé? ¿Por qué no me empaqué como con los patines y dije que no me gustaba?
Era un deporte en el que había que protegerse como si fuéramos a lidiar una batalla. Me sentía afortunada por ser una nena y no tener que jugar al rugby, ese deporte bruto y antiestético que jamás comprendí. Y cuidado de no tener las canilleras por debajo de las medias altas hasta la rodilla. La que estaba en el arco parecía un guerrero medieval.
En los torneos que jugábamos para el colegio británico al que fui desde primero a quinto grado siempre estaba la leyenda (y no era exactamente una leyenda) de que recientemente una del Northlands le había arrancado los dientes a otra chica del Saint Catherine de un palazo limpio y certero y que aún andaban buscándolos en el campo de juego. Esa imagen de que tus dientes podían quedar en el pasto tan limpio y verde de los campos de ese vasto predio al que íbamos a jugar varios colegios de la zona norte nos hacía temblar y a la vez nos unía en una fraternidad de equipo renovada y lista para actuar. Éramos un grupo y como tal funcionábamos con esas reglas. A nadie del grupo le iban a arrancar los dientes.
Yo era excelente en el área de defensa. Siempre lo fui. Alguna vez jugué como win pero no era mi fuerte. Mi fuerte era ser half. O centro half. La defensa era el sistema inmunológico del equipo. Me encantaba ver la frustración del contrario que siempre se las veía con mis tackles. Los tackles y el dribling eran mi fuerte. Sacarle la pelota al peligro, cortarle el mambo, joderle la adrenalina de meter un gol. Y luego, el pase mágico para sacar la pelota maligna del área de peligro.
Porque para proteger yo estaba mandada a hacer. Por eso seguramente no me rebelé. En ese juego horrendo de palos y golpes yo había encontrado mi exacto lugar en el mundo.
Yo intuía que la sensación de deslizarse debía ser maravillosa pero me daba pavor el golpazo inevitable que viene cuando uno está aprendiendo. Los golpes dolían y además nunca se podía saber si la carne iba a resistir. Los raspones, las magulladuras, el moretón típico de una caída eran soportables pero detestaba cuando el hospital irrumpía en mi vida. Que me cosieran, que me pincharan: no, no y no. No quería romperme un hueso y estar con una extremidad inmovilizada, no quería que me cosieran como ropa vieja.
¿Por qué, entonces, jugué al hockey de pequeña? Eso es algo que aún hoy me sorprende. ¿Por qué no me rebelé? ¿Por qué no me empaqué como con los patines y dije que no me gustaba?
Era un deporte en el que había que protegerse como si fuéramos a lidiar una batalla. Me sentía afortunada por ser una nena y no tener que jugar al rugby, ese deporte bruto y antiestético que jamás comprendí. Y cuidado de no tener las canilleras por debajo de las medias altas hasta la rodilla. La que estaba en el arco parecía un guerrero medieval.
En los torneos que jugábamos para el colegio británico al que fui desde primero a quinto grado siempre estaba la leyenda (y no era exactamente una leyenda) de que recientemente una del Northlands le había arrancado los dientes a otra chica del Saint Catherine de un palazo limpio y certero y que aún andaban buscándolos en el campo de juego. Esa imagen de que tus dientes podían quedar en el pasto tan limpio y verde de los campos de ese vasto predio al que íbamos a jugar varios colegios de la zona norte nos hacía temblar y a la vez nos unía en una fraternidad de equipo renovada y lista para actuar. Éramos un grupo y como tal funcionábamos con esas reglas. A nadie del grupo le iban a arrancar los dientes.
Yo era excelente en el área de defensa. Siempre lo fui. Alguna vez jugué como win pero no era mi fuerte. Mi fuerte era ser half. O centro half. La defensa era el sistema inmunológico del equipo. Me encantaba ver la frustración del contrario que siempre se las veía con mis tackles. Los tackles y el dribling eran mi fuerte. Sacarle la pelota al peligro, cortarle el mambo, joderle la adrenalina de meter un gol. Y luego, el pase mágico para sacar la pelota maligna del área de peligro.
Porque para proteger yo estaba mandada a hacer. Por eso seguramente no me rebelé. En ese juego horrendo de palos y golpes yo había encontrado mi exacto lugar en el mundo.
sábado, 3 de agosto de 2013
Confiar en el timón
En estos días en los que estuve muy conectada con el shiatsu me doy
cuenta de la cantidad de gente incapaz de duelar. Es difícil, es cierto.
Difícil conectarse con los propios sentimientos, sentir el torrente, soltar esa energía que ya no es nuestra, que no nos sirve, no nos nutre. Es difícil pero más difícil, creo, es cargar con el peso de otros, o bien, con el peso nuestro que ya está muerto y que no deja espacio para que nos sorprendan. Ni siquiera para que nos sorprendan las mismas personas o situaciones que antes, tal vez, nos desilusionaron. Tanta gente que se pierde de cosas maravillosas sólo porque no son capaces de digerir algo que tal vez salió mal, que no pudo ser, que no se dio de la forma en que deseaban.
Si el dramatismo afecta el corazón, el dramatismo al pedo lo afecta aún más.
En estos días: mucho corazón e intestino delgado.
Hay que saber elevar el ancla, estirar la vela y dejarse llevar por el viento.
Y confiar en el timón.
Difícil conectarse con los propios sentimientos, sentir el torrente, soltar esa energía que ya no es nuestra, que no nos sirve, no nos nutre. Es difícil pero más difícil, creo, es cargar con el peso de otros, o bien, con el peso nuestro que ya está muerto y que no deja espacio para que nos sorprendan. Ni siquiera para que nos sorprendan las mismas personas o situaciones que antes, tal vez, nos desilusionaron. Tanta gente que se pierde de cosas maravillosas sólo porque no son capaces de digerir algo que tal vez salió mal, que no pudo ser, que no se dio de la forma en que deseaban.
Si el dramatismo afecta el corazón, el dramatismo al pedo lo afecta aún más.
En estos días: mucho corazón e intestino delgado.
Hay que saber elevar el ancla, estirar la vela y dejarse llevar por el viento.
Y confiar en el timón.
lunes, 29 de julio de 2013
¿Reticente o gran "finale"?
Yo tengo mis refugios. Lo sé. Escribir es un refugio, leer un libro es otro refugio, la butaca del cine es un refugio al que ahora pocas veces voy, el
abrazo de N es un hermoso refugio, la palabra de un amigo es otro y así.
El psicoanálisis fue un refugio durante mucho tiempo. Comencé en noviembre de 2008, en el medio de una de las crisis más fuertes de mi vida. El mundo que conocía había estallado en pedazos. Ya había estallado antes pero yo no podía asimilarlo. Había estallado con la irrupción de un deseo nuevo en mi vida. Y con la lenta pero clarísima separación con G que yo me negaba a desear pero que inexorablemente estaba pasando. Se revelaba en todos mis movimientos.
Y gracias al psicoanálisis siguió estallando. También florecieron otras cosas: un amor nuevo, amigos nuevos, el shiatsu, la energía, el amor, el inconsciente, los sueños reveladores. Todo se fue develando como en una película.
Y sucedió lo que tenía que suceder: crecí. Y como crecí, el diván en el que me acuesto me empezó a quedar chico. Cuando los pies sobresalen de la cuna uno quiere cambiarse a una cama más grande.
Así me está pasando a mí. Eso es lo que siento.
Mi psicóloga piensa que estoy reticente. Yo pienso que la reticente es ella. Que no me deja ir. No sé como funciona el psicoanálisis en esto de los finales pero es algo que tendremos que hablar. Tengo la sensación de que que nuestro lazo ha dejado de ser interesante.
Claro que puede que me equivoque pero no lo sé. Tal vez sea que estoy reticente a decir "algo" que no quiero decir.
Bueno, veremos.
Por suerte existen las palabras para decir todo esto.
El psicoanálisis fue un refugio durante mucho tiempo. Comencé en noviembre de 2008, en el medio de una de las crisis más fuertes de mi vida. El mundo que conocía había estallado en pedazos. Ya había estallado antes pero yo no podía asimilarlo. Había estallado con la irrupción de un deseo nuevo en mi vida. Y con la lenta pero clarísima separación con G que yo me negaba a desear pero que inexorablemente estaba pasando. Se revelaba en todos mis movimientos.
Y gracias al psicoanálisis siguió estallando. También florecieron otras cosas: un amor nuevo, amigos nuevos, el shiatsu, la energía, el amor, el inconsciente, los sueños reveladores. Todo se fue develando como en una película.
Y sucedió lo que tenía que suceder: crecí. Y como crecí, el diván en el que me acuesto me empezó a quedar chico. Cuando los pies sobresalen de la cuna uno quiere cambiarse a una cama más grande.
Así me está pasando a mí. Eso es lo que siento.
Mi psicóloga piensa que estoy reticente. Yo pienso que la reticente es ella. Que no me deja ir. No sé como funciona el psicoanálisis en esto de los finales pero es algo que tendremos que hablar. Tengo la sensación de que que nuestro lazo ha dejado de ser interesante.
Claro que puede que me equivoque pero no lo sé. Tal vez sea que estoy reticente a decir "algo" que no quiero decir.
Bueno, veremos.
Por suerte existen las palabras para decir todo esto.
lunes, 22 de julio de 2013
No se va a caer
Vamos a ponerle onda a este día de frío tremebundo. El árbol de mi ventana se agita de tal forma que parece que el mundo tiene tos. Dicen que va a nevar como en el 2007. El recuerdo de esa nieve me recuerda a otra casa, otra vida, otra Flor. ¿Cómo todo pudo haber cambiado tanto? La clave es el tiempo. Pero los inviernos son cíclicos. No hay duda: vuelven. Aunque esta vez, cada vez que el viento retuerce el árbol, no pienso en que pueda caerse.
miércoles, 17 de julio de 2013
Dharma
Ayer hablábamos en el teórico de yoga de la rueda del Samsara. Lili nos
habló largamente de Budismo. Más allá de si uno es o no budista es
interesante pensar lo que
el Buda histórico dejó como legado a la humanidad. Se dice que
Siddharta Gautama (el Buda histórico) vivió en el 500 a.c. Renunció a su
palacio, a su familia, a su posición en busca de un maestro. No lo
encontró. Vivió unos años como renunciante pero sintió que eso no lo
conducía a ninguna parte. Se dice que entró en meditación bajo el árbol
Bodhi y que alcanzó la iluminación. Luego se dirigió a Varanasi donde
puso en movimiento la rueda del Dharma ante sus cinco seguidores.
El dharma o enseñanza puede resumirse en cuatro noble verdades:
1) Dukkha: La vida es sufrimiento. Nacer es doloroso, crecer es doloroso, la impermanencia es dolorosa, la enfermedad es dolorosa, la vejez es dolorosa, la muerte es dolorosa, estar unido a algo que nos disgusta es doloroso, perder lo que uno quiere es doloroso. Dukkha o sufrimiento también es conocido como frustración crónica.
2) Trishna: No hay que desesperarse. Siempre el sufrimiento tiene una causa. La causa proviene del deseo, la ignorancia, la avidez, el apego, la sed que nos posee.
3) Nirvana: Es posible la cesación del sufrimiento con la completa extinción del anhelo. Desapegarse es liberador. Es posible trascender el sufrimiento.
4) Marga: ¿Cómo? Transitando el sendero (marga) que conduce a la cesación del sufrimiento. El sendero tiene ocho partes.
Es interesante cuando se habla del sendero (marga). Porque si uno lo piensa bien, no hay una única forma de vivir la vida o de trascender el sufrimiento. No por nada Krishnamurti decía: "El mundo es como eres tú". Esto podría resumirse un poco groseramente de esta manera: si sos un amargado, el mundo será pura amargura. Si sos un optimista, el mundo tendrá lugar para la esperanza.
El sendero entonces comprende ocho partes: Las primeras dos pertenecen al plano de Prajna (sabiduría intuitiva). Esto es: recta o integrada visión que a su vez trae un recto o integrado pensamiento. Si miramos y pensamos de manera recta e integrada estaremos por el buen camino. Pero esto no sirve de nada si no se ajusta, ya en el plano de Sila (moralidad o virtud) con una recta o integrada palabra que a su vez trae una recta o integrada acción, que a su vez trae un recto o integrado medio de vida. Finalmente, ya en Samadhi (estado mental contemplativo) luego de un recto o integrado esfuerzo llegamos a una recta o integrada atención y una recta o integrada concentración.
Hui Neng, el sexto patriarca dijo: "El samadhi es una lámpara y prajna es la luz de la lámpara".
El budismo tiene dos alas. Prajna y Karuna. Prajna es la sabiduría intuitiva y Karuna es la compasión. Si falta alguna es imposible el vuelo.
El dharma o enseñanza puede resumirse en cuatro noble verdades:
1) Dukkha: La vida es sufrimiento. Nacer es doloroso, crecer es doloroso, la impermanencia es dolorosa, la enfermedad es dolorosa, la vejez es dolorosa, la muerte es dolorosa, estar unido a algo que nos disgusta es doloroso, perder lo que uno quiere es doloroso. Dukkha o sufrimiento también es conocido como frustración crónica.
2) Trishna: No hay que desesperarse. Siempre el sufrimiento tiene una causa. La causa proviene del deseo, la ignorancia, la avidez, el apego, la sed que nos posee.
3) Nirvana: Es posible la cesación del sufrimiento con la completa extinción del anhelo. Desapegarse es liberador. Es posible trascender el sufrimiento.
4) Marga: ¿Cómo? Transitando el sendero (marga) que conduce a la cesación del sufrimiento. El sendero tiene ocho partes.
Es interesante cuando se habla del sendero (marga). Porque si uno lo piensa bien, no hay una única forma de vivir la vida o de trascender el sufrimiento. No por nada Krishnamurti decía: "El mundo es como eres tú". Esto podría resumirse un poco groseramente de esta manera: si sos un amargado, el mundo será pura amargura. Si sos un optimista, el mundo tendrá lugar para la esperanza.
El sendero entonces comprende ocho partes: Las primeras dos pertenecen al plano de Prajna (sabiduría intuitiva). Esto es: recta o integrada visión que a su vez trae un recto o integrado pensamiento. Si miramos y pensamos de manera recta e integrada estaremos por el buen camino. Pero esto no sirve de nada si no se ajusta, ya en el plano de Sila (moralidad o virtud) con una recta o integrada palabra que a su vez trae una recta o integrada acción, que a su vez trae un recto o integrado medio de vida. Finalmente, ya en Samadhi (estado mental contemplativo) luego de un recto o integrado esfuerzo llegamos a una recta o integrada atención y una recta o integrada concentración.
Hui Neng, el sexto patriarca dijo: "El samadhi es una lámpara y prajna es la luz de la lámpara".
El budismo tiene dos alas. Prajna y Karuna. Prajna es la sabiduría intuitiva y Karuna es la compasión. Si falta alguna es imposible el vuelo.
viernes, 12 de julio de 2013
Leer, vivir y el amor
He vuelto a leer libros. Y también volví a algo parecido que es "estudiar".
Eso me produce una gran emoción porque los libros para mí siempre fueron buenos amigos. Estuve un tiempo algo distanciada de ellos. Me había dado una panzada durante tantos años que había quedado empalagada a riesgo de padecer librofobia. Ahora leo bastante variado: ficción, ensayos, novelas, poesía. Y leo en cualquier lado: la cama, el sillón, el colectivo, el baño, un café. Me doy cuenta de que es una nueva forma de leer. Ser ecléctico, pausado, releer, tener tiempo para charlar con un otro sobre ese libro. Subrayar algo que me gusta mucho y que no quiero que se me pase. Subrayar algo intrascendente. Poner marquitas en los costados (me gusta mucho poner signos de admiración, por ejemplo). A veces leo libros sobre yoga o sobre shiatsu y entonces mi práctica mejora (o empeora). Y eso es raro porque entonces quiero practicar un asana y tengo al libro ahí, al lado, como si quisiera hacer yoga conmigo (¡vamos bonito!).
Me doy cuenta de que me gusta leer porque hay libros que me llevan a pensar cosas que tal vez nunca hubiera pensado por mí misma. Me llevan a lugares, preguntas, es un diálogo eterno que se da entre las páginas y yo. Y además así conozco personas que intentaron un entramado en sus vidas y les pasaron cosas que son comunes a todo el género humano. Y ya no me siento sola.
Leer también me dan ganas de escribir. Y algo raro, porque antes no me pasaba mucho, me dan ganas de vivir. Sí, de vivir mi pequeña vida plagada de preguntas con mis mini certezas que voy descubriendo porque hace rato que otro ser humano vino y me abrió el corazón.
Eso me produce una gran emoción porque los libros para mí siempre fueron buenos amigos. Estuve un tiempo algo distanciada de ellos. Me había dado una panzada durante tantos años que había quedado empalagada a riesgo de padecer librofobia. Ahora leo bastante variado: ficción, ensayos, novelas, poesía. Y leo en cualquier lado: la cama, el sillón, el colectivo, el baño, un café. Me doy cuenta de que es una nueva forma de leer. Ser ecléctico, pausado, releer, tener tiempo para charlar con un otro sobre ese libro. Subrayar algo que me gusta mucho y que no quiero que se me pase. Subrayar algo intrascendente. Poner marquitas en los costados (me gusta mucho poner signos de admiración, por ejemplo). A veces leo libros sobre yoga o sobre shiatsu y entonces mi práctica mejora (o empeora). Y eso es raro porque entonces quiero practicar un asana y tengo al libro ahí, al lado, como si quisiera hacer yoga conmigo (¡vamos bonito!).
Me doy cuenta de que me gusta leer porque hay libros que me llevan a pensar cosas que tal vez nunca hubiera pensado por mí misma. Me llevan a lugares, preguntas, es un diálogo eterno que se da entre las páginas y yo. Y además así conozco personas que intentaron un entramado en sus vidas y les pasaron cosas que son comunes a todo el género humano. Y ya no me siento sola.
Leer también me dan ganas de escribir. Y algo raro, porque antes no me pasaba mucho, me dan ganas de vivir. Sí, de vivir mi pequeña vida plagada de preguntas con mis mini certezas que voy descubriendo porque hace rato que otro ser humano vino y me abrió el corazón.
jueves, 11 de julio de 2013
Como una paloma
Hoy la clase de yoga estuvo dedicada a ejercitar diferentes variantes de Eka Pada Rajakapotanasana, o bien, como su nombre lo indica en castellano: la postura de la paloma. Se le dice así porque al hacerla el pecho es empujado hacia adelante como si fuera el de una paloma buchona. Hasta hace unos años, este asana me era impensable de hacer pero el tiempo y la práctica me han demostrado que uno puede ir limando asperezas y consiguiendo flexibilidad donde antes había tensión o contracturas.
Hoy por hoy, aún no puedo hacerla completa pero me ayudo con un cinto (gracias B.K.S Iyengar por existir). Es un placer sentir el soaz estirándose, las lumbares trabajando, el pecho bien abierto y como, de a poco, mi pie se va acercando a mi cabeza. Les dejo la postura completa que esta bella señorita sí puede hacer. No la envidiemos mucho.
Este asana es bellísima pero además trae aparejado varios beneficios. Rejuvenece la región inferior de la columna y una gran cantidad de sangre circula por la región del pubis. Dice Iyengar que ".Además se ejercitan y estiran completamente los músculos del cuello y de los hombros. Ya que el peso recae en la región del pubis, circula más sangre por ésta, manteniéndola sana. (...) Las glándulas tiroides, paratiroides, suprarrenales y las gónadas obtienen un un aporte copioso y abundante de sangre, lo que asegura un aumento de la vitalidad"
Así que un argumento más a favor de las palomas. Y del yoga, claro.
Hoy por hoy, aún no puedo hacerla completa pero me ayudo con un cinto (gracias B.K.S Iyengar por existir). Es un placer sentir el soaz estirándose, las lumbares trabajando, el pecho bien abierto y como, de a poco, mi pie se va acercando a mi cabeza. Les dejo la postura completa que esta bella señorita sí puede hacer. No la envidiemos mucho.
Este asana es bellísima pero además trae aparejado varios beneficios. Rejuvenece la región inferior de la columna y una gran cantidad de sangre circula por la región del pubis. Dice Iyengar que ".Además se ejercitan y estiran completamente los músculos del cuello y de los hombros. Ya que el peso recae en la región del pubis, circula más sangre por ésta, manteniéndola sana. (...) Las glándulas tiroides, paratiroides, suprarrenales y las gónadas obtienen un un aporte copioso y abundante de sangre, lo que asegura un aumento de la vitalidad"
Así que un argumento más a favor de las palomas. Y del yoga, claro.
miércoles, 10 de julio de 2013
Inexplicable
El shiatsu sigue creciendo, sigue expandiendo sus límites y se pone cada vez más lindo. Cada vez me convenzo más de que esta terapia es inexplicable, suceden cosas pero no se bien qué. Cada vez explico menos. A veces me salen sesiones como una danza entramada y extraña, llena de arabescos. A veces, en cambio, necesito volver a lo simple, presión perpendicular, cuatro patas, quedarme un buen rato sintiendo la sensación grata de que las dos manos van trazando una línea en el cuerpo.
jueves, 27 de junio de 2013
A tiempo
Debí haberte encontrado diez años antes o diez años después...
pero llegaste a tiempo.
Antes, me hubiera gustado conocerte con libertad, sin restricciones,
sin límites ni complejos.
Después, con calma y serenidad,
con paciencia y el tiempo que me permite la experiencia.
Te conocí a tiempo, a tiempo de encontrarte,
para saber que existías, para llenar mis ojos y mi boca de tu sabor.
Para encontrarnos en el mismo tiempo y espacio.
Para disfrutarte y que me disfrutes,
para tocarte y que me toques.
Para que supieras que yo estaba aquí para que me tomaras.
Y que me dejaras tomarte a ti.
No fuiste antes ni después: fuiste a tiempo.
A tiempo para que me enamorara de ti.
Jaimes Sabines
pero llegaste a tiempo.
Antes, me hubiera gustado conocerte con libertad, sin restricciones,
sin límites ni complejos.
Después, con calma y serenidad,
con paciencia y el tiempo que me permite la experiencia.
Te conocí a tiempo, a tiempo de encontrarte,
para saber que existías, para llenar mis ojos y mi boca de tu sabor.
Para encontrarnos en el mismo tiempo y espacio.
Para disfrutarte y que me disfrutes,
para tocarte y que me toques.
Para que supieras que yo estaba aquí para que me tomaras.
Y que me dejaras tomarte a ti.
No fuiste antes ni después: fuiste a tiempo.
A tiempo para que me enamorara de ti.
Jaimes Sabines
jueves, 20 de junio de 2013
Catzilla
Marilyn: ¿Te das cuenta? ¡Lo tenía ahí! ¡Un zorzal al que le faltaba un ala! ¡Era tan fácil como pescar en un balde!
Otro gato: ¿Y? ¿Qué pasó? ¿Lo agarraste?
Marilyn: ¡Casi!
Otro gato: ¿Cómo casi? O lo agarraste o no lo agarraste.
Marilyn: ¡Lo agarré! Lo tuve en mis zarpas unos segundos apenas.
Otro gato: ¿Qué? ¿Se te escapó?
Marilyn: Es que hice el pase ese tan lindo con las patas, esa jugadita.
Otro gato: ¡Qué boluda! ¡No se hace la jugadita con una presa tan grande!
Marilyn: Y bueno, pero era pan comido...
Otro gato: Tan pan comido no era....
Marilyn: Es que se metió debajo de un arbusto, lo tenía acorralado, piaba sin parar. El "pío pío" de la muerte.
Otro gato: ¡Ah! Entonces lo agarraste.
Marilyn: ¡No!
Otro gato: ¿No?
Marilyn: ¡NO! Vino mi humana, me agarró y me encerró adentro de la casa.
Otro gato: ¡Me estás jodiendo! Noooooooooo.
Marilyn: Sí, capaz pertenece a Greenpeace o algo, no sé... ¡tengo un odio! ¡Pero un odio!
Un rato más tarde, desayunando...
Hans: Pobre gato, la vida es muy injusta.
Yo: ¿Por?
Hans: Tenía el pájaro ahí, a punto caramelo y le sacamos el gusto.
Yo: ¡Tiene otros gustos! Duerme en una cama, come todos los días comida carísima, le damos queso untable...
Hans: ¡Es verdad! ¿Quién se cree que es? ¿CATZILLA?
Otro gato: ¿Y? ¿Qué pasó? ¿Lo agarraste?
Marilyn: ¡Casi!
Otro gato: ¿Cómo casi? O lo agarraste o no lo agarraste.
Marilyn: ¡Lo agarré! Lo tuve en mis zarpas unos segundos apenas.
Otro gato: ¿Qué? ¿Se te escapó?
Marilyn: Es que hice el pase ese tan lindo con las patas, esa jugadita.
Otro gato: ¡Qué boluda! ¡No se hace la jugadita con una presa tan grande!
Marilyn: Y bueno, pero era pan comido...
Otro gato: Tan pan comido no era....
Marilyn: Es que se metió debajo de un arbusto, lo tenía acorralado, piaba sin parar. El "pío pío" de la muerte.
Otro gato: ¡Ah! Entonces lo agarraste.
Marilyn: ¡No!
Otro gato: ¿No?
Marilyn: ¡NO! Vino mi humana, me agarró y me encerró adentro de la casa.
Otro gato: ¡Me estás jodiendo! Noooooooooo.
Marilyn: Sí, capaz pertenece a Greenpeace o algo, no sé... ¡tengo un odio! ¡Pero un odio!
Un rato más tarde, desayunando...
Hans: Pobre gato, la vida es muy injusta.
Yo: ¿Por?
Hans: Tenía el pájaro ahí, a punto caramelo y le sacamos el gusto.
Yo: ¡Tiene otros gustos! Duerme en una cama, come todos los días comida carísima, le damos queso untable...
Hans: ¡Es verdad! ¿Quién se cree que es? ¿CATZILLA?
miércoles, 19 de junio de 2013
Una función social
Mi papá estuvo enfermo con una de estas gripes que andan pululando. Nada grave: molestias gástricas, dolor de cuerpo, algo de fiebre. Pero ante semejante cuadro, decidió llamar a uno de estos médicos de las obras sociales que van a domicilio. Y entonces sucede lo siguiente: uno de estos médicos va a la casa de mis padres a revisarlo.
Para quien nunca se aventuró en el living de la casa de mis padres les cuento que es un mundo de esculturas, cuadros, mantas, colores, lámparas, artesanías, bibliotecas y música. Todo tiene su lugar adecuado con muy buen gusto, cada obra de arte es una prueba de algún viaje que hicieron y todo tiene su historia, su textura, su leyenda. Hay bibliotecas atiborradas de libros de todo tipo: literatura, historia, filosofía, arte, fotografía. Hay un equipo de música que siempre tiene cds todos desordenados que nunca encajan en sus cajitas correspondientes porque eso es lo que pasa cuando uno escucha música: nunca tiene la biblioteca ni los discos ordenados.
Este médico -que debe visitar muchas casas por día- se sentó en uno de los sillones del living con las manos muy juntas y se quedó observando maravillado el ambiente. Dijo que era la primera casa a la que entraba que en mucho tiempo no veía un plasma encendido en el medio del living.
-Siempre en ese plasma está Tinelli o alguno de estos programas de chimentos. ¿Cómo no enfermarse en esas circunstancias, no?- dijo el médico. -Mi función es también una función social. Yo les digo que apaguen la televisión que los envenena todos los días. ¿Cómo se van a mejorar en esas condiciones?
Para quien nunca se aventuró en el living de la casa de mis padres les cuento que es un mundo de esculturas, cuadros, mantas, colores, lámparas, artesanías, bibliotecas y música. Todo tiene su lugar adecuado con muy buen gusto, cada obra de arte es una prueba de algún viaje que hicieron y todo tiene su historia, su textura, su leyenda. Hay bibliotecas atiborradas de libros de todo tipo: literatura, historia, filosofía, arte, fotografía. Hay un equipo de música que siempre tiene cds todos desordenados que nunca encajan en sus cajitas correspondientes porque eso es lo que pasa cuando uno escucha música: nunca tiene la biblioteca ni los discos ordenados.
Este médico -que debe visitar muchas casas por día- se sentó en uno de los sillones del living con las manos muy juntas y se quedó observando maravillado el ambiente. Dijo que era la primera casa a la que entraba que en mucho tiempo no veía un plasma encendido en el medio del living.
-Siempre en ese plasma está Tinelli o alguno de estos programas de chimentos. ¿Cómo no enfermarse en esas circunstancias, no?- dijo el médico. -Mi función es también una función social. Yo les digo que apaguen la televisión que los envenena todos los días. ¿Cómo se van a mejorar en esas condiciones?
martes, 18 de junio de 2013
Feliz duplicado!
Para mi gran e increíblemente geminiana amiga Laura Sol Torrecilla,
gracias por tu amistad, tu generosidad, tu honestidad, tu valor para
afrontar la vida, tu paciencia a la hora de enseñar tu arte. Me siento muy feliz
de haberte conocido. Y algo más: ¡yo sabía que ibas a ser mi amiga el mismo momento en que te vi cuando teníamos catorce años! Así de simple es todo a veces.
Te amo muchísimo, hermanita de la vida. Disfrutá de todo lo que la vida te está regalando. Te lo merecés y MAS. Para vos, ¡¡¡todos estos genios te cantan el feliz cumple!!!
Te amo muchísimo, hermanita de la vida. Disfrutá de todo lo que la vida te está regalando. Te lo merecés y MAS. Para vos, ¡¡¡todos estos genios te cantan el feliz cumple!!!
Ya estás en otro terreno
CAMPBELL: No sabemos qué hacían en las cavernas pero sabemos qué hacen los aborígenes de Australia. Cuando un joven se pone ingobernable, un día vienen los hombres, que van desnudos salvo por unas rayas de plumón blanco de ave que se han pegado al cuerpo usando su propia sangre. Vienen balanceándose al son de rugidos de toro, que son las voces de los espíritus, y estos hombres vienen como espíritus. El joven tratará de refugiarse en su madre y ella simulará protegerlo. Pero los hombres se lo llevan. Una madre ya no le sirve, ¿sabes? No puedes volver a la Madre, ya estás en otro terreno.
Entonces los muchachos son llevados al territorio sagrado de los hombres y se los hace pasar por una verdadera ordalía: circuncisión, subincisión, beber sangre humana, etc. Así como han bebido leche de la madre cuando niños, ahora beben sangre de hombre. Se están convirtiendo en hombres. Mientras esto tiene lugar, se representan episodios de los grandes mitos. Se los instruye en la mitología de la tribu. Después, al final de todo esto, son devueltos a la aldea, donde ya ha sido elegida la chica con la que han de casarse. El niño vuelve hombre. Ha sido apartado de su infancia y su cuerpo ha sido escarificado (...). Ahora tiene un cuerpo de hombre. Después de semejante espectáculo, no hay posibilidad de que retorne a la infancia.
MOYERS: No se vuelve a la Madre.
CAMPBELL: No, pero en nuestra sociedad no tenemos nada equivalente. Puedes ver hombres de cuarenta y cinco años que siguen tratando de ser obedientes con sus padres. Tienen que ir al psicoanalista, que hace el trabajo por ellos.
Joseph Campbell, El poder del mito, Emecé, Buenos Aires, 1999, pág 129
Entonces los muchachos son llevados al territorio sagrado de los hombres y se los hace pasar por una verdadera ordalía: circuncisión, subincisión, beber sangre humana, etc. Así como han bebido leche de la madre cuando niños, ahora beben sangre de hombre. Se están convirtiendo en hombres. Mientras esto tiene lugar, se representan episodios de los grandes mitos. Se los instruye en la mitología de la tribu. Después, al final de todo esto, son devueltos a la aldea, donde ya ha sido elegida la chica con la que han de casarse. El niño vuelve hombre. Ha sido apartado de su infancia y su cuerpo ha sido escarificado (...). Ahora tiene un cuerpo de hombre. Después de semejante espectáculo, no hay posibilidad de que retorne a la infancia.
MOYERS: No se vuelve a la Madre.
CAMPBELL: No, pero en nuestra sociedad no tenemos nada equivalente. Puedes ver hombres de cuarenta y cinco años que siguen tratando de ser obedientes con sus padres. Tienen que ir al psicoanalista, que hace el trabajo por ellos.
Joseph Campbell, El poder del mito, Emecé, Buenos Aires, 1999, pág 129
lunes, 17 de junio de 2013
The sun is up, the sky is blue
A las siete de la mañana la gata se acerca a la almohada. Ronronea. Aún es de noche. La oscuridad la envuelve. Sólo sus ojos son dos faroles verdes. El sol está del otro lado de la sábana. La gata pide calor. No se lo das. El sueño envuelve la sábana, las patas de la gata y todo es una esponja que absorbe la realidad.
En el naufragio del colchón se huele que el otro ya ha salido de la cama: el trabajo, la presión, el nuevo día: hoy es lunes. Y la gata es un motorcito de amor y pelos. Calor.
Amor y pelos. Calorcito de hornalla. Lunes. Nueve de la mañana. Un mate y la página del diario sensacionalista que te dice que aún no saben quién mató a Ángeles Rawson.
El pantallazo de las redes sociales, los mails, el saludo de él que ya llegó a su trabajo y te saluda desde la pantallita del gtalk. Nos decimos algunas palabras que nos hacen reir. Reímos y las pantallas se abrillantan un poco. Tal vez.
Aunque quizás sea la gata que ilumina la pieza con sus faroles verdes. Te relojea de cerca. Pero no muy cerca. Y el mate sigue caliente y está rico porque le pusiste un poquito de marcela que es una planta que te encanta.
Y el cielo está tan azul que se te viene a la mente esa canción de The Beatles que escucharon juntos en el fin de semana y que vos dijiste, sí, tal cual.
The sun is up
the sky is blue
it's beautiful
and so are you.
Dear Prudence
won't you come out to play?
En el naufragio del colchón se huele que el otro ya ha salido de la cama: el trabajo, la presión, el nuevo día: hoy es lunes. Y la gata es un motorcito de amor y pelos. Calor.
Amor y pelos. Calorcito de hornalla. Lunes. Nueve de la mañana. Un mate y la página del diario sensacionalista que te dice que aún no saben quién mató a Ángeles Rawson.
El pantallazo de las redes sociales, los mails, el saludo de él que ya llegó a su trabajo y te saluda desde la pantallita del gtalk. Nos decimos algunas palabras que nos hacen reir. Reímos y las pantallas se abrillantan un poco. Tal vez.
Aunque quizás sea la gata que ilumina la pieza con sus faroles verdes. Te relojea de cerca. Pero no muy cerca. Y el mate sigue caliente y está rico porque le pusiste un poquito de marcela que es una planta que te encanta.
Y el cielo está tan azul que se te viene a la mente esa canción de The Beatles que escucharon juntos en el fin de semana y que vos dijiste, sí, tal cual.
The sun is up
the sky is blue
it's beautiful
and so are you.
Dear Prudence
won't you come out to play?
viernes, 14 de junio de 2013
Yo amo a Joseph Campbell
MOYERS: ¿En qué se diferencia un mito de un sueño?
CAMPBELL: Un sueño es una experiencia personal de ese terreno profundo y oscuro que constituye el soporte de nuestras vidas conscientes, mientras que un mito es el sueño de una sociedad. El mito es el sueño público y el sueño es el mito privado. Si sucede que tu mito privado, tu sueño, coincide con el de la sociedad, habrás logrado un buen acuerdo con tu grupo. Si no, te aguarda una aventura en la selva oscura.
MOYERS: De modo que si mis sueños privados están de acuerdo con la mitología pública, tengo más posibilidades de llevar una vida feliz en esa sociedad. Pero si mis sueños privados están en desacuerdo con los públicos...
CAMPBELL: ...tendrás problemas. Si te ves obligado a vivir en ese sistema, serás un neurótico.
MOYERS: Pero ¿no hay muchos visionarios, e incluso hombres públicos y hérores, cercanos a la neurosis?
CAMPBELL: Son personas que han abandonado la sociedad que los habría protegido y se han internado en la selva oscura, en el mundo del fuego, de la experiencia original. La experiencia original no ha sido previamente interpretada, por lo que tendrás que arreglártelas solo. O puedes o no puedes. No tienes que salir muy lejos del sendero ya interpretado para encontrarte en situaciones muy difíciles. El coraje para enfrentarse con las pruebas y dar luz a un cuerpo nuevo de posibilidades en el campo de la experiencia interpretada para que la experimenten otros... eso es lo que hace el héroe.
MOYERS: Dices que los sueños nacen de la psique.
CAMPBELL: No sé de qué otro lugar podrían venir. Vienen de la imaginación, ¿no? La imaginación tiene sus bases en la energía de los órganos del cuerpo, y éstos son los mismos en todos los seres humanos. Al provenir la imaginación de una base biológica, lo más probable es que produzca determinados temas. Los sueños son sueños. Hay ciertas características de los sueños que pueden ser enumeradas, no importa quién las esté soñando.
MOYERS: Pienso en el sueño como en algo muy privado, mientras que un mito es algo muy público.
CAMPBELL: En ciertos estadios un sueño privado trabaja sobre temas verdaderamente míticos, y no puede interpretarse sino mediante una analogía con un mito. Jung habla de dos órdenes del sueño, el personal y el arquetípico o de dimensión mítica. Un sueño personal puedes interpretarlo por asociación, viendo de qué asuntos de tu propia vida habla, o en relación a tus problemas personales. Pero de vez en cuando se produce un sueño que es puro mito, que transporta un tema mítico, o del que se dice, por ejemplo, que viene del Cristo interior.
CAMPBELL: Un sueño es una experiencia personal de ese terreno profundo y oscuro que constituye el soporte de nuestras vidas conscientes, mientras que un mito es el sueño de una sociedad. El mito es el sueño público y el sueño es el mito privado. Si sucede que tu mito privado, tu sueño, coincide con el de la sociedad, habrás logrado un buen acuerdo con tu grupo. Si no, te aguarda una aventura en la selva oscura.
MOYERS: De modo que si mis sueños privados están de acuerdo con la mitología pública, tengo más posibilidades de llevar una vida feliz en esa sociedad. Pero si mis sueños privados están en desacuerdo con los públicos...
CAMPBELL: ...tendrás problemas. Si te ves obligado a vivir en ese sistema, serás un neurótico.
MOYERS: Pero ¿no hay muchos visionarios, e incluso hombres públicos y hérores, cercanos a la neurosis?
CAMPBELL: Son personas que han abandonado la sociedad que los habría protegido y se han internado en la selva oscura, en el mundo del fuego, de la experiencia original. La experiencia original no ha sido previamente interpretada, por lo que tendrás que arreglártelas solo. O puedes o no puedes. No tienes que salir muy lejos del sendero ya interpretado para encontrarte en situaciones muy difíciles. El coraje para enfrentarse con las pruebas y dar luz a un cuerpo nuevo de posibilidades en el campo de la experiencia interpretada para que la experimenten otros... eso es lo que hace el héroe.
MOYERS: Dices que los sueños nacen de la psique.
CAMPBELL: No sé de qué otro lugar podrían venir. Vienen de la imaginación, ¿no? La imaginación tiene sus bases en la energía de los órganos del cuerpo, y éstos son los mismos en todos los seres humanos. Al provenir la imaginación de una base biológica, lo más probable es que produzca determinados temas. Los sueños son sueños. Hay ciertas características de los sueños que pueden ser enumeradas, no importa quién las esté soñando.
MOYERS: Pienso en el sueño como en algo muy privado, mientras que un mito es algo muy público.
CAMPBELL: En ciertos estadios un sueño privado trabaja sobre temas verdaderamente míticos, y no puede interpretarse sino mediante una analogía con un mito. Jung habla de dos órdenes del sueño, el personal y el arquetípico o de dimensión mítica. Un sueño personal puedes interpretarlo por asociación, viendo de qué asuntos de tu propia vida habla, o en relación a tus problemas personales. Pero de vez en cuando se produce un sueño que es puro mito, que transporta un tema mítico, o del que se dice, por ejemplo, que viene del Cristo interior.
martes, 11 de junio de 2013
De héroes y heroínas
"La aventura usual del héroe empieza con alguien a quien le han quitado algo, o que siente que falta algo a la experiencia normal disponible y permitida a los miembros de su sociedad. Esta persona entonces emprende una serie de aventuras más allá de lo ordinario, ya sea para recuperar algo de lo perdido o para descubrir algún elixir que da vida. Usualmente es un ciclo, una ida y una vuelta. (...) Evolucionar de esta posición de inmadurez psicológica hasta el valor de la responsabilidad y la seguridad en sí mismo exige una muerte y una resurrección. Es el tema básico y universal del periplo del héroe: salir de una condición y encontrar la fuente de la vida para regresar maduro y enriquecido."
Joseph Campbell, El poder del mito, Emecé, Buenos Aires, pág 180.
A todos mis amigos, amores, parientes, colegas: todos aquellos que están en la búsqueda de aquello que "falta".
La mejor de las suertes.
El mejor de los viajes.
La mejor de las idas.
La mejor de las vueltas.
Joseph Campbell, El poder del mito, Emecé, Buenos Aires, pág 180.
A todos mis amigos, amores, parientes, colegas: todos aquellos que están en la búsqueda de aquello que "falta".
La mejor de las suertes.
El mejor de los viajes.
La mejor de las idas.
La mejor de las vueltas.
domingo, 9 de junio de 2013
I will
Ayer, volviendo por la Richieri, luego de un cumpleaños de un amigo que cumplía cuarenta, rumbo a casa,
Nico pone el álbum blanco de The Beatles. Cuando llega el turno de "I
will", me mira y me dice, "Cariño: esta es nuestra canción, ¿no?"
Y yo me morí de amor, como siempre.
Y yo me morí de amor, como siempre.
martes, 4 de junio de 2013
Habemus living
Hubo cumple de amiga que tiene casita pequeña. Ofrecemos la nuestra. Últimamente hay muchas fiestas, reuniones, festejos en casa. Nos pone contentos poder compartir los metros cuadrados cubiertos con gente que amamos. Los amigos llegan, se acomodan, traen bebidas, comida. Nosotros ponemos la luz, la vajilla (defectuosa pero nadie se queja), los cuadros, el ambiente, la gata (si quiere) y la música.
(Acá iría insertada una foto pero Hans se niega a aparecer en Internet)
(Acá iría insertada una foto pero Hans se niega a aparecer en Internet)
viernes, 24 de mayo de 2013
martes, 21 de mayo de 2013
lunes, 20 de mayo de 2013
There's no place to run to
Salir temprano por la mañana con el celular muerto por vaya a saber uno qué cosa.
Que el encuentro programado hace una semana se caiga dos segundos luego de haber arribado al lugar.
Que aún existan locutorios en la ciudad para hacer llamadas necesarias.
Que existan librerías en la ciudad con libros que explican conceptos como "pulsión" (?).
Que haya tiempo para caminar.
Que en el subte una mujer embarazada se quede parada porque tres chicas de veintis no pueden ver más allá de su pantalla del celular.
Que el encuentro programado hace una semana se caiga dos segundos luego de haber arribado al lugar.
Que aún existan locutorios en la ciudad para hacer llamadas necesarias.
Que existan librerías en la ciudad con libros que explican conceptos como "pulsión" (?).
Que haya tiempo para caminar.
Que en el subte una mujer embarazada se quede parada porque tres chicas de veintis no pueden ver más allá de su pantalla del celular.
domingo, 19 de mayo de 2013
I'm ready
Ya sé.
De pronto alguien deja caer un perfume, una voz, la cascada de palabras de un sueño y todo vuelve a girar.
De pronto alguien deja caer un perfume, una voz, la cascada de palabras de un sueño y todo vuelve a girar.
viernes, 17 de mayo de 2013
Los por qué
Acabo de dar una sesión de shiatsu en la Escuela. Mientras me cambio para irme, A me ofrece un mate. La hijita de A está con ella.
-Estoy aburrida, quiero salir -dice la nena.
Y entonces me acordé de cuando era chiquita y mi mamá me llevaba a su trabajo. Mi mamá trabajaba en un laboratorio que quedaba en el cuarto piso del pabellón 2 de la Ciudad Universitaria. Para mí era fascinante ese lugar. Me paseaba por los pasillos del cuarto piso tratando de pasar desapercibida y adivinando qué hacía toda esa gente sentada frente a sus instrumentos estudiando.
-No es tan malo venir al trabajo de mamá, ¿no? Podés inventarte juegos. Yo cuando era chiquita como vos también a veces acompañaba a mi mamá al trabajo.
-¿Y dónde trabajaba tu mamá?
-En un laboratorio.
-¿Qué es un laboratorio?
-Un laboratorio es... un lugar donde trabajan científicos.
-¿Qué es un científico?
-Un científico es una persona que se hace preguntas y trata de contestarlas lo mejor posible.
A siente que tiene que intervenir y explica:
-Estudian, por ejemplo, cosas muy chiquitas como las bacterias. En los laboratorios.
-Ah.
Listo. La nena se va a jugar a otra parte y yo me quedo pensando en los científicos y en los laboratorios. Y en por qué ningún científico aún no se ha preguntado por qué el shiatsu ayuda a levantar las defensas de un organismo. O por qué a veces acelera procesos infecciosos. O por qué es posible mejorar la calidad de la sangre. O por qué los dolores articulares mejoran. O por qué...
Y así.
-Estoy aburrida, quiero salir -dice la nena.
Y entonces me acordé de cuando era chiquita y mi mamá me llevaba a su trabajo. Mi mamá trabajaba en un laboratorio que quedaba en el cuarto piso del pabellón 2 de la Ciudad Universitaria. Para mí era fascinante ese lugar. Me paseaba por los pasillos del cuarto piso tratando de pasar desapercibida y adivinando qué hacía toda esa gente sentada frente a sus instrumentos estudiando.
-No es tan malo venir al trabajo de mamá, ¿no? Podés inventarte juegos. Yo cuando era chiquita como vos también a veces acompañaba a mi mamá al trabajo.
-¿Y dónde trabajaba tu mamá?
-En un laboratorio.
-¿Qué es un laboratorio?
-Un laboratorio es... un lugar donde trabajan científicos.
-¿Qué es un científico?
-Un científico es una persona que se hace preguntas y trata de contestarlas lo mejor posible.
A siente que tiene que intervenir y explica:
-Estudian, por ejemplo, cosas muy chiquitas como las bacterias. En los laboratorios.
-Ah.
Listo. La nena se va a jugar a otra parte y yo me quedo pensando en los científicos y en los laboratorios. Y en por qué ningún científico aún no se ha preguntado por qué el shiatsu ayuda a levantar las defensas de un organismo. O por qué a veces acelera procesos infecciosos. O por qué es posible mejorar la calidad de la sangre. O por qué los dolores articulares mejoran. O por qué...
Y así.
martes, 14 de mayo de 2013
Manos
Sueño que lavo un montículo de pequeños arbolitos en la pileta de la cocina. Algunos están secos, no pueden salvarse. Otros, en cambio, reviven con el contacto del agua. Separo los que están secos. Corroboro que realmente están muertos doblando sus ramitas. Si se parten, es que definitivamente no hay savia. Si se doblan, aún queda esperanza. Tomo uno, lo doblo y de pronto las ramitas se trasforman en dedos. Los arbolitos son manos. Manos en la pileta de mi cocina. Esperando salvarse.
martes, 7 de mayo de 2013
Té de pulmón
Llego a casa. Nico está super resfriado.
-¿Cenamos hoy una de esas sopas que vos sabés hacer y que curan todo?
Se refiere a la sopa de aduki y calabaza.
Le digo que sí, que no hay problema. Y entonces agrega:
-Ah y un té, uno de esos tés que vos hacés, un té de pulmón.
Se refiere, claro está, al té de loto.
-Si, mi amor, enseguida te hiervo un pulmón y te lo sirvo.
-¿Cenamos hoy una de esas sopas que vos sabés hacer y que curan todo?
Se refiere a la sopa de aduki y calabaza.
Le digo que sí, que no hay problema. Y entonces agrega:
-Ah y un té, uno de esos tés que vos hacés, un té de pulmón.
Se refiere, claro está, al té de loto.
-Si, mi amor, enseguida te hiervo un pulmón y te lo sirvo.
lunes, 6 de mayo de 2013
miércoles, 1 de mayo de 2013
domingo, 28 de abril de 2013
YOGA
Hablábamos de integración. Integrar todos los aspectos de uno mismo. Y entonces no pude menos que sonreir cuando le saqué esta humilde foto a mi nuevo espacio donde he comenzado a dar yoga los sábados por la mañana. Y aunque aún es pequeño, no por ello es menos importante. Un profesor mío en la facultad de Letras decía: "uno cuando escribe lo hace siempre con la biblioteca detrás" aludiendo a que nada de lo que hacemos es realmente original sino que todo es, de algún modo, una reescritura de un texto anterior. Yo podría agregar que cuando uno hace "algo" que ama siempre lo hace con toda su biblioteca atrás, suponiendo que una biblioteca personifica mis saberes internos, mis experiencias, mis lecturas y relecturas.
martes, 23 de abril de 2013
Profesorado de yoga
Estoy feliz con mi tercer año en el profesorado de yoga. Mi último año. Es un año donde todo se condensa: la práctica, la teoría, el conocimiento de la anatomía humana, la energía recorriendo los múltiples nadis. Anoto las clases que me gustaría dar, las que me doy a mí misma todas las mañanas, las que le daría a potenciales alumnos. Estoy fascinada con las posibilidades que ofrece esta práctica milenaria.
El sábado pasado vino una amiga a recibir su clase de yoga. Acordamos un horario que nos fuera posible sostener a las dos. Nico, a su vez, quiso acompañarnos en la práctica.
Ambos tiene cuerpos tan distintos y necesidades tan diferentes. ¡Desde ya va toda mi admiración a mis increíbles profes de yoga de esta vida que dan clases a varios alumnos todos diferentes y con múltiples dolencias y aún así salen invictas! Mi agradecimiento es mayor porque además han sabido compartir ese conocimiento para que otros como yo podamos a su vez pasarlo.
Un camino nuevo se abre y estoy explorando, caminando, proyectando.
Hacia ya vamos, me parece.
El sábado pasado vino una amiga a recibir su clase de yoga. Acordamos un horario que nos fuera posible sostener a las dos. Nico, a su vez, quiso acompañarnos en la práctica.
Ambos tiene cuerpos tan distintos y necesidades tan diferentes. ¡Desde ya va toda mi admiración a mis increíbles profes de yoga de esta vida que dan clases a varios alumnos todos diferentes y con múltiples dolencias y aún así salen invictas! Mi agradecimiento es mayor porque además han sabido compartir ese conocimiento para que otros como yo podamos a su vez pasarlo.
Un camino nuevo se abre y estoy explorando, caminando, proyectando.
Hacia ya vamos, me parece.
domingo, 21 de abril de 2013
¿Y el otoño?
Otoñar no me es fácil
cuando el pajaro arde en la rama
y el abejorro se alza en la flor.
cuando el pajaro arde en la rama
y el abejorro se alza en la flor.
martes, 9 de abril de 2013
Morning Passages
Al son de Royksopp, regalo de mi amiga Mazz y con las palabras del libro de Irene Chikiar Bauer aún resonando en mi cerebro escribo mis pasajes de la mañana.
El problema de esta época, me parece a mí, es que tenemos el delete demasiado a mano. Deberían hacer unos teclados donde deletear las frases se nos haga un poco más difícil. Tal vez así habría menos textos políticamente correctos y más textos lanzados a la intemperie.
Mazz, gracias por Royksopp y su so easy song.
Lo cierto es que la mañana es un momento bello e inexplicable. La tarde es más roja, quizás. Algo se pierde, es sutil el cambio pero es notorio. El ímpetu de la mañana a veces me emociona tanto que no siempre logro trabajar. La tarde borra el dorado de la luz solar. Tal vez sea una cuestión de ubicación, de cómo estoy ubicada respecto al sol. Quizás.
Sparks. Ahora ya no hay dudas. Este disco crece y decrece. A veces Mazz, no te enojes pero me pasás música que me deprime un poco. Pero este cd es uno de mis favoritos para caminar por la ciudad. Y hoy lo puse para escribir algo que tal vez algún día te muestre.
Ando necesitando un jean nuevo y un par de buenos zapatos para zapatear el cemento de las calles. No hay dudas de que el cemento tapa todo. (Las espaldas de cemento no son buenas para la salud. Tampoco las que parecen rellenas de estopa. Fíjense).
La mañana declina y el mate ya se enfrió.
El problema de esta época, me parece a mí, es que tenemos el delete demasiado a mano. Deberían hacer unos teclados donde deletear las frases se nos haga un poco más difícil. Tal vez así habría menos textos políticamente correctos y más textos lanzados a la intemperie.
Mazz, gracias por Royksopp y su so easy song.
Lo cierto es que la mañana es un momento bello e inexplicable. La tarde es más roja, quizás. Algo se pierde, es sutil el cambio pero es notorio. El ímpetu de la mañana a veces me emociona tanto que no siempre logro trabajar. La tarde borra el dorado de la luz solar. Tal vez sea una cuestión de ubicación, de cómo estoy ubicada respecto al sol. Quizás.
Sparks. Ahora ya no hay dudas. Este disco crece y decrece. A veces Mazz, no te enojes pero me pasás música que me deprime un poco. Pero este cd es uno de mis favoritos para caminar por la ciudad. Y hoy lo puse para escribir algo que tal vez algún día te muestre.
Ando necesitando un jean nuevo y un par de buenos zapatos para zapatear el cemento de las calles. No hay dudas de que el cemento tapa todo. (Las espaldas de cemento no son buenas para la salud. Tampoco las que parecen rellenas de estopa. Fíjense).
La mañana declina y el mate ya se enfrió.
domingo, 7 de abril de 2013
La novela del gato
Proviene de la casa de enfrente, un chalecito habitado por un
matrimonio cuyos hijos ya son grandes y se han ido de
la casa. Poseen una gata negra (que maúlla fuerte cuando
la dejan afuera) y que es la culpable de que la pobre Marilyn haya huido
de la casa buscando mejores rumbos.
¿Cómo nos dimos cuenta?-Eh, Florencia, ¿esa gata es tuya?
-Sí- le respondo.
-Ah... porque es mía.
A todo esto Marilyn estaba de lo más contenta revolcándose en la calle.
-¿¿¿En serio??? Noooooo... ¡duerme todas las noches con nosotros en la cama!
-Y... hacía mucho que no la veíamos, es que nuestra otra gata la
rajó mal, la peleaba, la arrinconaba y luego la lastimaba, pobrecita
Pepa.
-¿Pepa?
-Sí, Pepa, le decimos Pepa, es hermosa esta gata, la madre de esta gata es una siamesa que se quedó embarazada.
Chan.
Así que Marilyn tiene algo de siamés.
-Y cuando la trajimos la tuvimos seis meses encerrada para que no le pasara lo mismo y luego la castramos.
Así que sí, está castrada.
La cosa es que atando cabos descubrimos que Marilyn nació en
octubre de 2010, vivió en conflictiva relación con la otra gata durante
el año 2011 y el año pasado, como la otra gata no la dejaba vivir, se la
pasaba en el jardín de Lina (mi vecina) y comía cuando la otra gata se
iba y le dejaba el paso libre. En julio del año pasado se aventuró a
saltar la medianera y ahí fue que un buen día me la encontré en el
jardín de mi casa con carita de "hola, si acá no hay gatos, entro y me
quedo".
Cosa que hizo.
Para que no quedaran dudas de que nos podíamos quedar con la gata, mi vecino me dio el shampoo que usaba para bañar a Pepa.
Y para que tampoco quedaran dudas, la mujer de mi vecino la acarició y le dijo: ¿así que, Pepa, ahora te llamás Marilyn?
Y luego yo los saludé, me fui a ver si la encontraba a
Benita, compré yerba y un poco de pan y cuando volví estaba Marilyn
esperándome en la reja dispuesta a entrar apenas abriera la puerta.
Cosa que hizo sola sin que yo le dijera nada.
FIN.
Cosa que hizo sola sin que yo le dijera nada.
martes, 2 de abril de 2013
domingo, 31 de marzo de 2013
so easy
A veces es tan fácil dejarse llevar y otras... los pedacitos del cerebro no se juntan. Pero no importa cuántos colores tenga que cambiar. Creo haber descubierto una llave que antes no tenía. Una llave que no sabía que faltaba. Así que ahora todo en verdad es mejor. Veo el mundo sin prismas. Mis ojos están en perfecto estado. Mi sangre es roja, bien roja. Y el corazón late como loco.
El otro día en una reunión me dijeron: nena, si hacés shiatsu como cantás, quiero ya atenderme con vos.
Ah, pensé, la voz ahí, siempre habla de mí.
Y otro ser dijo: esa vocecita que viene de otra galaxia, ¿de dónde la traés?
Esas frases, pienso, quedan incrustadas en la piel como ventosas que absorben mi pasado y me limpian. Pero no, reacciono, no viene de otra galaxia. Soy yo, acá, en este cuerpito que mamá y papá me dieron porque se amaban mucho y querían tenerme. Yo no sé de otras galaxias. Sólo sé del amor. Sé del sentimiento que me nace cuando hago lo que hago. Qué lindo, tener un cuerpo y poder sentir todas estas cosas. Tener un cuerpo y sentir que el corazón golpetea como loco.
Después sí, está el mundo y todos sus grises. Todas sus mierdas también. Pero qué me importa si tengo un corazón.
Ah, los colores. Son muchos. No tienen nombre. No hay etiquetas. Sólo hay vida.
El otro día en una reunión me dijeron: nena, si hacés shiatsu como cantás, quiero ya atenderme con vos.
Ah, pensé, la voz ahí, siempre habla de mí.
Y otro ser dijo: esa vocecita que viene de otra galaxia, ¿de dónde la traés?
Esas frases, pienso, quedan incrustadas en la piel como ventosas que absorben mi pasado y me limpian. Pero no, reacciono, no viene de otra galaxia. Soy yo, acá, en este cuerpito que mamá y papá me dieron porque se amaban mucho y querían tenerme. Yo no sé de otras galaxias. Sólo sé del amor. Sé del sentimiento que me nace cuando hago lo que hago. Qué lindo, tener un cuerpo y poder sentir todas estas cosas. Tener un cuerpo y sentir que el corazón golpetea como loco.
Después sí, está el mundo y todos sus grises. Todas sus mierdas también. Pero qué me importa si tengo un corazón.
Ah, los colores. Son muchos. No tienen nombre. No hay etiquetas. Sólo hay vida.
miércoles, 27 de marzo de 2013
Romper el mito
Transcribo unos fragmentos del libro El mito vegetariano de
Lierre Keith, recientemente traducido al español. Se consigue en pocas
librerías, entre ellas "La Boutique del libro de San Isidro" (por si a alguno le interesa tenerlo). Me parecieron muy fecundos y hasta necesarios los interrogantes que se plantean en el libro. Pueden
también mirar esta página donde encontrarán más fragmentos interesantes: www.elmitovegetariano.com
Este no fue un libro fácil de escribir. Para muchos de ustedes, no será fácil de leer. Lo sé. Fui vegana durante casi veinte años. Sé qué razones me impulsaron a practicar una dieta extrema y sé que eran honorables, nobles, incluso. Razones como la justicia, la compasión y un anhelo desesperado y generalizado de arreglar el mundo. Salvar el planeta; los últimos árboles, testigos de edades, los remanentes de naturaleza, que siguen nutriendo a especies que, con sus plumas y pieles, se van en silencio. Proteger a los vulnerables, a los que no tienen voz. Alimentar a los hambrientos. Como mínimo, negarse a participar del horror de la cría industrializada.
Estas pasiones políticas nacieron de un hambre tan profundo que linda con lo espiritual. O para mí así fue, así sigue siendo. Quiero que mi vida sea un grito de batalla, una zona de guerra, una flecha apuntada y lanzada al corazón de la dominación: el patriarcado, el imperialismo, la industrialización, todo sistema de poder y de sadismo. Si la imaginería marcial te desagrada, puedo decirlo de otra manera. Quiero que mi vida —mi cuerpo— sea un lugar donde la tierra sea amada, no devorada; donde no haya lugar para el sádico; donde la violencia se detenga. Y quiero que el comer —lo primero entre aquello que nos nutre— sea un acto que ayude a vivir, no a matar.
Este libro fue escrito para exponer esas pasiones, ese hambre. No es un intento de mofarse del concepto de los derechos del animal o de burlarse de aquellos que quieren un mundo más amable. Es un intento de honrar nuestros más profundos anhelos de un mundo mejor. Y esos anhelos —de compasión, de sustentabilidad, de una distribución equitativa de los recursos— no pueden ser llevados a cabo mediante la filosofía o la práctica del vegetarianismo. Se nos ha hecho errar el camino. Los flautistas de Hamelín del vegetarianismo tienen las mejores intenciones. Afirmo ahora lo que repetiré más adelante: todo lo que dicen acerca de la crianza industrializada de animales para consumo humano es cierto. Es cruel, dispendiosa y destructiva. En este libro no hay nada que excuse ni defienda las prácticas de producción industrial de alimento en ningún nivel.
Pero el primer error de estos teóricos es dar por sentado que la cría industrializada —una práctica que apenas si lleva cincuenta años— es la única manera de criar animales. Sus cálculos acerca de la energía que aquella emplea, las calorías que consume, los humanos a los que priva de alimentos, se basan en el postulado de que los animales comen grano.
Se puede alimentar a los animales con granos, pero esa no es la dieta para la que fueron diseñados. Los cereales no existieron hasta que los humanos domesticaron los pastos anuales hace, como mucho, 12 000 años; para entonces, los uros, progenitores silvestres de la vaca doméstica, ya existían desde hacía dos millones de años. Durante la mayor parte de la historia humana, los herbívoros no compitieron con nosotros. Comían lo que nosotros no podemos comer —celulosa— y lo transformaban en lo que sí podemos comer: proteína y grasa. Los granos aumentan de manera espectacular la tasa de crecimiento del ganado destinado al consumo (lo de “alimentado a grano” tiene su razón de ser) y la producción de leche de las vacas lecheras. Pero los granos también matan a estos animales. El delicado equilibro bacteriano del rumen de la vaca se acidifica y pudre. Los pollos sufren de degeneración grasa del hígado si se los alimenta solo a grano, y lo cierto es que no necesitan de granos para vivir. Y ovejas y cabras, también rumiantes, en realidad no deberían consumir cereales jamás.
Este malentendido nace de la ignorancia, una ignorancia que se manifiesta en todas las afirmaciones del mito vegetariano, desde las que hacen a la naturaleza de la agricultura hasta las vinculadas a la naturaleza de la vida. Somos producto de la urbe y de la industrialización y no conocemos el origen de lo que comemos. Esto incluye a los vegetarianos, por más que ellos lo nieguen. También me incluyó a mí durante veinte años. Todo aquel que comía carne vivía en estado de negación; solo yo enfrentaba los hechos. Es cierto que la mayor parte de las personas que comen carne producida industrialmente nunca se preguntan qué murió o cómo murió. Pero para ser franca, tampoco lo hacen la mayor parte de los vegetarianos.
La verdad es que la agricultura es la más destructiva de las cosas que los humanos han hecho con el planeta; más de lo mismo no nos va a salvar. La verdad es que la agricultura requiere de la destrucción generalizada de ecosistemas enteros. Y también es verdad que la vida sin muerte no es posible, que, comas lo que comas, alguien tiene que morir para que te alimentes.
Lo que quiero es una rendición de cuentas total, una rendición que vaya mucho más allá de tomar conciencia de aquello que, muerto, ocupa tu plato. Me pregunto por todo lo que murió en el proceso, por todo lo que fue matado para que ese alimento llegue a tu plato. Esa es la pregunta más radical, la única pregunta que permitirá llegar a la verdad. ¿Cuántos ríos fueron represados y drenados, cuántas praderas aradas, cuántos bosques talados, cuánta tierra fértil convertida en polvo y desaparecida como un fantasma? Quiero saber acerca de todas las especies —no solo de los individuos, sino la especie entera— del lince, del bisonte, de los gorriones nativos, de los lobos grises. Y no solo quiero saber cuántos murieron y se fueron. Quiero que regresen.
A pesar de lo que te dicen, y a pesar de la convicción de quienes lo dicen, comer porotos de soja no los traerá de vuelta. El 98 % de la pradera de los Estados Unidos ha desaparecido, reemplazada por monocultivos de granos anuales. En Canadá, la labranza ha destruido el 99 % del humus original. De hecho, la desaparición de la capa fértil “rivaliza con el calentamiento global en tanto amenaza ambiental”. Cuando el bosque pluvial desaparece para dar paso a la producción de carne, los progresistas se indignan, toman conciencia, boicotean. Pero nuestro apego al mito vegetariano nos deja incómodos, silenciosos y, en última instancia, inmóviles cuando el culpable es el trigo y la víctima la pradera. Para muchos, fue un artículo de fe creer que el vegetarianismo era el camino de la salvación para nosotros y para el planeta. ¿Cómo iba a ser posible que, al mismo tiempo, estuviera destruyendo a ambos?
Tenemos que estar dispuestos a enfrentar la respuesta. Lo que asoma entre las sombras de nuestra ignorancia y nuestro estado de negación es una crítica de la civilización misma. Puede que el punto de partida sea lo que comemos, pero el final es toda una forma de vida, el reparto del poder global, y una medida no pequeña de apego personal a estos.
martes, 26 de marzo de 2013
sábado, 16 de marzo de 2013
Pequeños placeres de un sábado a la noche
Hacer una tarta de zapallitos, berenjenas y champignones. Mientras él hace el relleno, yo amaso la masa.
Que la gata nos haga compañía mientras cocinamos.
Que haya buena música y que a él se le de por improvisar algunas notas con el piano.
Que la tarta lleve dos corazones y nuestras iniciales porque sobró masa y se nos ocurrió jugar con la comida.
Que...
Eso.
Buen sábado para todos.
Que la gata nos haga compañía mientras cocinamos.
Que haya buena música y que a él se le de por improvisar algunas notas con el piano.
Que la tarta lleve dos corazones y nuestras iniciales porque sobró masa y se nos ocurrió jugar con la comida.
Que...
Eso.
Buen sábado para todos.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Nuevo espacio
Como si fueran vértebras desacomodadas, las ideas crujen. TRAAAA. Y cuando crujen, hacen espacio. Donde había una idea o un pensamiento ahora hay espacio.
Nunca terminamos de conocernos.
Nunca terminamos de conocernos.
lunes, 4 de marzo de 2013
Leer leer
Este post va dedicado a Mademoiselle que una vez allá lejos y hace tiempo me confesó que las críticas literarias la aburrían mucho y que no había mejor forma de recomendar un libro diciendo: ¡leelo, es buenísimo!. Así que Lau, ahí va con amor.
La Pedre siempre es un encuentro con la lectura. Porque hay que decirlo: durante el año leo algo de literatura pero en las vacaciones no sé que me pasa, me voy de mambo mal, como en mis peores tiempos de licenciadita en letras que leía todo como una muerta de hambre. DEVORABA los libros. En serio.
Esta vez nos llevamos un montón de libros, total, había lugar en la valija. Y fuimos realmente muy eclécticos.
Allá terminé de leer Jpod de Douglas Coupland que ya la había empezado en Buenos Aires pero que entre una cosa y la otra no había podido terminar. Un escritor de la hostia. Crea a la perfección el submundo de los informáticos, seres delirantes si los hay. La novela es un delirio hasta que luego uno cae en la conclusión de que sí, de que la vida muchas veces tiene situaciones desopilantes y que Douglas Coupland es magnífico en plasmarlo literariamente. Ya lo corroboré con Todas las familias son psicóticas y con Planeta Champú.
Tenía una cuenta pendiente con el otro Douglas, con Douglas Adams. Nunca había leido su Guía del autoestopista galáctico y a instancias de mi querido Hanspfall me la llevé. Mal que me pese, no encontré los otros tomos así que me quise matar cuando terminé el primero y me quedó inconclusa la saga galáctica. Ahora tendré que seguirla acá. No creo que me cueste nada.
Douglas Adams y Douglas Coupland, mil gracias por existir.
Seguí con Jugo de mango de mi amada Angélica Gorodisher. Quijotesca y delirante, la Goro, como siempre. Lo leí en unas horas. ¡Qué grossa que es esta mujer, por favor! ¡Qué bien que escribe novelas!
Leí dos veces Antes de conocernos de Julian Barnes. Sí, dos veces. Y fue como leer dos libros diferentes. Primero me atrapó la historia y luego me fascinó cómo estaba construida. No puedo evitarlo, a veces es más fuerte que yo.
Yo mi me contigo de David Safier me hizo reir mucho mucho y no me lo esperaba. Hasta hace quince días no sabía ni quién era. Ahora sé que es un alemán que escribe guiones y luego se le dio por escribir novelas. Un hallazgo y todo gracias a Claudia. Aguante la gente que presta libros. ¡Gracias Clau!
Nothomb con Estupor y temblores me heló la sangre. Pero era de esperar. Siempre me hiela la sangre.
Cuna de gato de Kurt Vonneguth me heló la sangre, me hizo reir mucho y de a ratos me dieron ataques de ternura mezclados con una sensación nauseabunda horrenda. La mezcla perfecta de cinismo, ternura e hilaridad. Cuando la literatura genera estas cosas hay que aplaudir. Adoramos a Kurt y lo hiper recontra recomendamos.
Entreactos de Virginia Woolf me emboló profundamente. Una pena porque me encanta Virginia. Tal vez no estaba in the mood for Virginia Woolf.
La Pedre siempre es un encuentro con la lectura. Porque hay que decirlo: durante el año leo algo de literatura pero en las vacaciones no sé que me pasa, me voy de mambo mal, como en mis peores tiempos de licenciadita en letras que leía todo como una muerta de hambre. DEVORABA los libros. En serio.
Esta vez nos llevamos un montón de libros, total, había lugar en la valija. Y fuimos realmente muy eclécticos.
Allá terminé de leer Jpod de Douglas Coupland que ya la había empezado en Buenos Aires pero que entre una cosa y la otra no había podido terminar. Un escritor de la hostia. Crea a la perfección el submundo de los informáticos, seres delirantes si los hay. La novela es un delirio hasta que luego uno cae en la conclusión de que sí, de que la vida muchas veces tiene situaciones desopilantes y que Douglas Coupland es magnífico en plasmarlo literariamente. Ya lo corroboré con Todas las familias son psicóticas y con Planeta Champú.
Tenía una cuenta pendiente con el otro Douglas, con Douglas Adams. Nunca había leido su Guía del autoestopista galáctico y a instancias de mi querido Hanspfall me la llevé. Mal que me pese, no encontré los otros tomos así que me quise matar cuando terminé el primero y me quedó inconclusa la saga galáctica. Ahora tendré que seguirla acá. No creo que me cueste nada.
Douglas Adams y Douglas Coupland, mil gracias por existir.
Seguí con Jugo de mango de mi amada Angélica Gorodisher. Quijotesca y delirante, la Goro, como siempre. Lo leí en unas horas. ¡Qué grossa que es esta mujer, por favor! ¡Qué bien que escribe novelas!
Leí dos veces Antes de conocernos de Julian Barnes. Sí, dos veces. Y fue como leer dos libros diferentes. Primero me atrapó la historia y luego me fascinó cómo estaba construida. No puedo evitarlo, a veces es más fuerte que yo.
Yo mi me contigo de David Safier me hizo reir mucho mucho y no me lo esperaba. Hasta hace quince días no sabía ni quién era. Ahora sé que es un alemán que escribe guiones y luego se le dio por escribir novelas. Un hallazgo y todo gracias a Claudia. Aguante la gente que presta libros. ¡Gracias Clau!
Nothomb con Estupor y temblores me heló la sangre. Pero era de esperar. Siempre me hiela la sangre.
Cuna de gato de Kurt Vonneguth me heló la sangre, me hizo reir mucho y de a ratos me dieron ataques de ternura mezclados con una sensación nauseabunda horrenda. La mezcla perfecta de cinismo, ternura e hilaridad. Cuando la literatura genera estas cosas hay que aplaudir. Adoramos a Kurt y lo hiper recontra recomendamos.
Entreactos de Virginia Woolf me emboló profundamente. Una pena porque me encanta Virginia. Tal vez no estaba in the mood for Virginia Woolf.
domingo, 3 de marzo de 2013
viernes, 1 de marzo de 2013
Sonrisa fácil
La Pedre es nuestro lugar en el mundo para descansar. Cuando el mundo se hace muy pesado y el trabajo muy agobiante, la Pedre es nuestra mejor opción. Allí descansamos como si estuviésemos en casa sólo que no hay teléfonos ni internet, hay un mar espumoso y con olas, un bosque de eucaliptus, comida rica y tiene a La Paloma cerca.
También ayuda que la gente allí sonríe fácil.
No importa si llueve o sale el sol. La Posada del Barco es genial. Siempre que vamos nos dan la misma habitación que da al jardincito. "Como si estuvieras en tu casa", te dice el posadero apenas llegás.
El clima fue inestable pero no nos importó. Hubo sol, lluvia, viento, aguas vivas, cangrejos, algas, arte, ropa linda, delicias del mar, mucha caminata descalzos y mucho amor. Leímos como diez libros cada uno pero ya me los olvidé. Así de bien nos relajamos.
Volvimos y en Buenos Aires comenzó el otoño.
Amo el otoño. Amo el verano sólo cuando estoy de vacaciones y cerca del agua.
El otoño me dan ganas de trabajar, seguir estudiando, seguir avanzando.
Se viene un año muy interesante en proyectos.
Pero por sobre todo, se viene un año de sonrisa fácil.
También ayuda que la gente allí sonríe fácil.
No importa si llueve o sale el sol. La Posada del Barco es genial. Siempre que vamos nos dan la misma habitación que da al jardincito. "Como si estuvieras en tu casa", te dice el posadero apenas llegás.
El clima fue inestable pero no nos importó. Hubo sol, lluvia, viento, aguas vivas, cangrejos, algas, arte, ropa linda, delicias del mar, mucha caminata descalzos y mucho amor. Leímos como diez libros cada uno pero ya me los olvidé. Así de bien nos relajamos.
Volvimos y en Buenos Aires comenzó el otoño.
Amo el otoño. Amo el verano sólo cuando estoy de vacaciones y cerca del agua.
El otoño me dan ganas de trabajar, seguir estudiando, seguir avanzando.
Se viene un año muy interesante en proyectos.
Pero por sobre todo, se viene un año de sonrisa fácil.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)