30 de julio de 2014

Espacios

Hablando con mi instructor de manejo luego de haber practicado una hora de maniobras y volver a comprobar mi poca habilidad con el auto en un espacio abierto:

-Fui a la charla de seguridad vial.
-Ah, ¿y? ¿Te sirvió de algo?
-Sí, que se yo, también sirvió para darme cuenta de que en Buenos Aires hay cosas que son inaplicables.
-Y sí... aunque en general no creas, se respeta bastante. Locos hay pero.... mirá... mirá esta calle. Es una principal de la localidad más rica de todo el partido. Y el asfalto está hecho mierda, la doble línea amarilla casi ni se ve.
-Y... a mí me ayudaría ver la línea amarilla, tener referencias (nuevamente, mi poca habilidad para poner derecho el auto sin ninguna referencia!).
-¡Claro! Para vos que recién estás empezando te tenes que imaginar los carriles, todo. Mucha charla de seguridad vial pero a la gente le tenés que dar un espacio ordenado, no esto, ¿me entendés?

26 de julio de 2014

El día que manejé el auto de mi padre

Hace poco más de un mes comencé a manejar un auto de la mano de un  instructor calificado y un auto 0 km.
Pero hoy finalmente me animé a agarrar el auto de mi padre.
El "elefante blanco", como le decimos, fue un autazo de lujo que ahora ya tiene casi como veinte años.
Y como bien dijo Hans cuando me ayudó a ubicar bien el asiento: "cariño, los autos viejos tienen su personalidad".
Apenas bajar el freno de mano y apretar el embrague me di cuenta. Mover ese auto iba a ser un desafío. Además de sus dimensiones enormes, los cambios eran duros, el volante iba como una seda y el motor era bastante más poderoso del que yo estaba acostumbrada. Mi padre siempre había hablado bien de ese auto. Pero lo que le viene bien a uno no siempre le viene bien al otro. "Cada cual tiene su medida en la vida".
Los autos son un poco como los cuerpos. Cada uno con lo suyo. Me queda claro que hoy a mí, simplemente me sirve un auto que no me estorbe demasiado.
Estar arriba de ese auto fue comprenderte un poco más, papá.

24 de julio de 2014

Rojo en el azul

El mar ha invadido mi poema. La tormenta no se puede cantar.
Resistir sí, la música va por dentro.
Un rumor de tambores
en el corazón.

8 de julio de 2014

Todos tenemos problemitas

Todo es práctica.
Desde subirse a una sirsasana (paro de cabeza en yoga) con las piernas estiradas hasta ir marcha atrás con el auto. Práctica, práctica y práctica. Ayer con el cuerpo en mi clase de yoga. Hoy con el automóvil en mi clase de manejo.
No es casual que al ir hacia atrás confunda la derecha y la izquierda.
-Es lo mismo -me dice el instructor -el volante lo manejás igual que cuando vas para adelante.
Y no.
Para mi cerebro es imposible que sea lo mismo.
Qué loco.