17 de mayo de 2008

Los gustos de Borges

Bioy Casares escribió todos sus encuentros con Borges en un diario. Me llamó la atención este párrafo que copio aquí para compartir con ustedes:

Oímos discos: con placer oímos un fado, el Barco quieto, presentado por María Elena y Leda*. Borges, cuando oye los cantos de éstas últimas, dice: "No están nada mal; tampoco está mal Atahualpa Yupanqui. ¿Has oído El alazán?" Recita estos versos:

Era una cinta de fuego,
galopando, galopando,
crin revuelta en llamaradas,
mi alazán, te estoy nombrando.

No le parecen falsamente literarios ni ridículos. Sin duda, la música de estas cosas ha llegado a gustarle tanto que sin dificultad le pasa de contrabando las flores de sus versos. Lo más curioso es que hace un tiempo, poco tiempo, Borges no tenía la menor simpatía por la música folklórica, especialmente la norteña. Sólo admitía tangos y foxes. No reprobaba menos un carnavalito que lo que hoy reprueba cualquier canto de chansonnier francés.


Sin duda, para mí, El alazán es la canción más bella de Atahualpa Yupanqui. Y que Borges lo confirme me hace gustar más de su poesía.

*Se refiere a María Elena Walsh y Leda Valladares

1 de mayo de 2008

shiatsu

"La terapia de shiatsu es una forma de manipulación administrada por los pulgares, los dedos y las palmas, sin el uso de ningún instrumento mecánico o de otro tipo, para ejercer presión sobre la piel humana, corregir disfunciones internas, fomentar y mantener la salud y tratar enfermedades específicas".

Ministerio de Salud y Bienestar de Japón (1955)

Ya Hipócrates decía que un buen masaje fomentaba la buena salud del organismo. Otros como Herófilo y Erasístrato (siglo III, Alejandría) desarrollaron una teoría donde los nervios eran caminos huecos por los que transitaba el "espíritu vital". No estaban muy lejos de lo que la medicina oriental predica desde hace 5000 años. El cuerpo humano está surcado por meridianos, un eficaz sistema de riego que asegura el buen funcionamiento de las funciones físicas. Estos meridianos, a menudo, pueden bloquearse manifestando dolor, problemas de salud, inestabilidad emocional. Las causas pueden ser múltiples y las consecuencias también. Muchas veces sufrimos dolores que la medicina occidental no puede explicar. Otras veces puede explicarlos pero administra drogas que eliminan el síntoma pero no van a la raíz del problema dañando, sin querer, alguna otra parte del cuerpo. La mayoría de los medicamentos que solemos tomar -y que muchos médicos recetan a mansalva- tienen a largo plazo efectos sobre el hígado, el estómago, los riñones.

No es necesario estar enfermo para recibir una sesión de shiatsu. En mi humilde experiencia, he observado que muchas personas que decían no experimentar ningún problema -o que lo experimentaban en algún lugar determinado-, luego percibieron dolores en partes de su cuerpo que jamás habían tenido en cuenta. Muchas veces vivimos con dolor pero no lo sabemos. Muchas veces vivimos adormecidos y no nos despertamos. Porque nos han enseñado que podemos aguantar. Hasta que un día el cuerpo dice: no. Y enfermamos.

En Occidente sólo acudimos al médico cuando estamos enfermos. En Japón las personas acuden a su médico regularmente y sólo pagan cuando están sanos, nunca cuando están enfermos. Tan sólo piensen en los millones de dólares que mueven tantas enfermedades que podrían ser evitadas. No estoy diciendo con esto que la medicina occidental no sirve para nada. El cruce entre ambas puede dar resultados muy integrativos.