31 de diciembre de 2019

2019

Seguimos escribiendo en este blog. Cada vez menos, es cierto, pero ya sé que funciona como un ancla.  El blog es lo más parecido a la letradura que existe en internet. No tiene nada que ver con las redes sociales donde todo es cambiante y encontrar un texto, una foto, un video se hace a veces imposible en la marea de likes. En esa marea te das cuenta que nada realmente es muy importante para ser guardado. Nada está escrito en piedra. Tampoco este texto, no vayan a creer. Igual todo bien.
Hoy es año nuevo y yo estoy contenta.
Me gusta el año nuevo porque me gusta lo cíclico. Por ejemplo, ahora sé que viene enero con sus grandes calorones, sus siestas, poco trabajo (o mucho, depende, eso nunca se sabe eso).
Vienen nuevas oportunidades para trabajar mejor lo que tal vez no salió antes (debes amar la hora de los intentos). En definitiva, a mi me gusta festejar el tiempo, el cambio de las estaciones, que haya sol y luego nubes, que seguimos caminando en esta vida.
Me hace muy feliz saberme acompañada. Me hace muy feliz transitar todo esto con Nico que es un ser increíblemente bondadoso y paciente conmigo.
Si tengo que pensar en grandes acontecimientos podría enumerar varios pero no lo voy hacer porque me parece que no da. Cada uno sabe lo que hizo, lo que no hizo, bueno, al menos yo lo sé y a mí me basta.
Si aún estás posando la vista en estas palabras deseo que te vaya muy bien en este recambio de año. Recordá siempre que el mundo es ancho, acá es verano, allá es invierno, todo está cambiando, todo está naciendo, todo está muriendo y es así como debe ser.



27 de diciembre de 2019

Qué es Asana?

"Asana significa creación de una condición física en el cuerpo, creación de una memoria muscular. Así como hay memoria en el cerebro, en chitta, hay memoria en los músculos y en las células. Todo en la vida tiene memoria, desde la célula más pequeña hasta la más abstracta chitta. Músculos, cuerpo, mente, todo tiene memoria.
Se necesita construir memoria para volverla positiva y fortalecer al individuo. Tiene que volverse positiva y tiene que fortalecer al individuo. Ese es el papel de asana. El papel de la asana no es solo el ejercicio, sino también crear una memoria positiva y saludable en todos los niveles: celular, muscular, hasta el cerebro y la mente. Así es como entra en juego el concepto de koshas. No importa qué práctica hagas, incluso si es física, en última instancia, debería ser capaz de estimular algo en las capas más profundas de la personalidad humana. Los yoguis relacionan esto con los koshas, las diferentes dimensiones de la personalidad que están interconectadas. Es la interconexión lo que permite que una asana te lleve a una experiencia psicológica y espiritual.
Una asana es una actividad física. Sin embargo, mientras la haces, también estás creando memoria pránica. Estás creando actividad pránica y equilibrio pránico a un nivel más sutil. Cuando se ha construido el equilibrio pránico y la memoria pránica, se influye en la mente y se produce el equilibrio de la mente y de los vrittis mentales. Cuando hay equilibrio mental, se abren las puertas hacia las capas más profundas de la conciencia. A medida que ingresas al reino de la conciencia, no a la mente que interactúa, sino al sustrato y fundamento de la vida, tanto micro como macro, comienzan a surgir diferentes experiencias. Empiezas a darte cuenta de la verdad y separas lo falso de lo verdadero, lo impuro de lo puro. Ese es el estado de satya.
Ahora comienzas a vivir la vida del dharma. No tienes malas intenciones ni el sentimiento de daño hacia nadie. Esta es la última cualidad mental: ser absolutamente inofensivo; no dirigir daño hacia nadie, ya sea en pensamiento, palabra o acción. Incluso el abuso verbal puede dañar a alguien al golpear a la persona en un punto sensible. Cualquier comportamiento que refleje un intento de dominar a otra persona se convierte en un acto agresivo. Por lo tanto, cualquier acto de este tipo debe estar contenido." 

- Swami Niranjanananda

29 de noviembre de 2019

Jahara

Hace diez años terminaba un ciclo y comenzaba otro. Hace diez años me subía en un micro con un grupo de dieciocho mujeres rumbo a unas termas en Entre Ríos y me metía en el mundo Jahara.
Las leyes del agua me eran ajenas, extrañas. Había algo intraducible en el agua, imposible de llevar a la tierra. Y sin embargo, me sumergí, experimenté una suavidad y una ternura nuevas.
¿Por qué comencé este viaje? Porque mi mundo había estallado. Porque los caminos que me había forjado me habían llevado a un punto muerto. Y yo necesitaba reiniciar mi corazón. Necesitaba que mi corazón fuera morada de mi espíritu inquieto que no tenía lugar donde aterrizar.
No fue hasta más tarde que supe que fue allí donde se inició el primer start up. Pero no era un shock eléctrico lo que mi corazón necesitaba sino volver a la suavidad envolvente del agua.
Diez años pasaron. De salir del agua y volver a ella sin comprender nada o comprendiendo muy poco. Diez años sintiendo cosas que no podía explicar. Diez años sólo sintiendo.
Y la Tierra siempre allí. Estable, presente, madre. La Tierra como una promesa dulce. La Tierra que hoy, fecundada, me ofrece tantos frutos que no me alcanzan las manos para tomarlos a todos y necesariamente elijo compartirlos.

10 de octubre de 2019

Apropiado para hoy

Leído de FB (por Martín Kesselman)

Uno sabe demasiado lo que está dando. Lo que no da. Lo que daría una y otra vez. Lo que no daría nunca. Lo que deja de dar por estar dando otra cosa. Lo que sueña tanto dar que difícilmente dará porque está en el cofre de un secreto.......

13 de agosto de 2019

Tantas veces...

Cae la noche y lo que parecía que iba a ser un día normal terminó en una corrida cambiaria. EL salario se licuó. Otra vez nadie sabe cuánto valen las cosas. Vaya uno a saber lo que van a salir mañana los artículos de primera necesidad. Y ni hablar de si tenés que producir algo. Desde mi lugarcito personal compro el pan para el desayuno de mañana, googleo algunas noticias, me abrazo con una compañera, llamo por teléfono a mi mamá que me dice que no me preocupe, que si sobrevivimos al 2001, vamos a salir de esta también. Después me manda un audio cantando: "tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando..." Cigarras, eso somos. Hoy nos tiraron con un tsunami de barro. Pero "gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal porque me mató tan mal". De la derrota crear primavera, amigos. Hoy más que nunca, urge brotar de esta noche oscura macrista.

11 de julio de 2019

Invencible

“¿Duermes hasta tarde?
Me despierto muy, muy temprano. Creo que cierro las ventanas porque necesito cierta protección al principio del día. Desde hace algún tiempo necesito mucha tranquilidad por la mañana para poder enfrentarme a él. Todos los días tienes que decidir ser invencible.”

Aquí nos vemos – John Berger

5 de julio de 2019

Como no ser un orco en este mundo de Mordor

Primer jueves de julio. Un frío de cagarse. Me abrigo con calzas térmicas, botas altas, un tapado hasta la rodilla. Todo un rejunte de ropas que fui encontrando para darle combate a esta ola polar que sumerge a Buenos Aires en el hielo. La creatividad ante todo.
Camino las cuadras heladas que me separan de la parada. Ya en el bondi el calor emerge de los cuerpos alienados que van a trabajar.
El frío tiene algo de insonoro. Pero adentro, en el bondi, hay un mundo de ringtones. Watsap, mensajitos, fb, instagram, llamada perdida, grupos, toses, mocos, todos vapuleados por el ajetreo del movimiento externo.
La fealdad del movimiento orquestado en masa.
Pienso que Mordor está aquí y nosotros somos los orcos.
Somos orcos lindos, de eso no hay dudas. Nada que ver con El señor de los anillos.
Pero somos orcos. Puteamos como orcos, comemos como orcos, tosemos como orcos, escupimos como orcos.
Hay que dejar de ser un orco.
Eso.


4 de julio de 2019

Literatura

La palabra escrita (letra dura) siempre nos salva. Recordar esto cada vez que la internet se vaya a la mierda.

1 de julio de 2019

ama nacer

En estos días tan fríos de invierno el amanecer se ha vuelto fundamental. Me levanto de noche, con el cielo oscuro y ya se me ha hecho un  hábito el ver como el cielo va clareando. Hoy, luego de varios días de lluvia, ver salir el sol me cambió el humor del día.



28 de junio de 2019

Hacia todas las direcciones

Ayer en el comienzo de la práctica de Qi Gong el profe nos dice:
-Pongo una oreja en los pies y escucho la tierra. Pongo una oreja en la cabeza y escucho el cielo.
Mi mente rápida enseguida me tira una frase:
-Otra que Picasso!


26 de junio de 2019

Escuchar

La música está en el rumor del agua. Es preciso ir hacia adentro. Permitir que el agua acaricie el fuego. Permitir que el fuego acaricie el agua. Sin miedo.
La fusión es vapor. El vapor es energía. La energía nos mantiene vivos.
Estar vivo es estar aquí.
Estar vivo es estar aquí.


Que salga el sol

Hay algo de lo sobrenatural que ya es muy natural. Se trata de escuchar, de estar receptivo, de sentir la densidad. Si puedo sentir las partículas posándose sobre mi... muevo las manos y acaricio el aire. El aire está dentro y fuera de mi. Esto que soy yo alberga millones de vidas. Esto que somos alberga mundos.
No tiene mucha importancia. La humedad se ha ido y ha dejado paso a la helada. Los cristales de mi ventana amanecen  mojados. El sudor y el vapor de mi respiración mojan las sábanas.
Amanezco y ya estoy en el mundo abierto. Creo que salgo pero en realidad entro.
Se abre el telón y todos aplauden.
Que salga el sol, murmuran.
Que salga el sol. 

25 de abril de 2019

Nava Samskara

Abril fue un mes de romper patrones. Decir que sí a nuevas puertas, perder el miedo.
Abril no fue el mes más cruel. Hubo otros meses más crueles que ya pasaron y dejaron su huella en mi andar.
Lo bueno de estas huellas es que son la prueba de que camino. Y que si camino, hay camino para recorrer.
¿Cuándo la espalda se volvió más liviana? ¿Fue un acto, una palabra, un encuentro, un sueño, el cierre de algo, el comienzo de otra cosa, todo eso junto?
También es entender que estamos todos juntos en esto. Y que si no nos salvamos todos, no se salva ninguno.

1 de abril de 2019

Vacaciones con plástico

Y sí. Nos fuimos a un lugar maravilloso del Uruguay pero que tiene cero política ecofriendly. Así que hicimos lo que mejor pudimos hacer. Por lo pronto llevamos nuestras bolsas para hacer la compra de comestibles. Así que nos salvamos de la bolsa de primer uso. Pero algunos comestibles vienen con un packaging muy poco amigable para el medio ambiente de modo que fui separándolos para que no terminaran en la basura. Al cabo de una semana,  a la vuelta, en el buquebus terminamos trayéndonos dos bolsas donde acopiamos el plástico, papel, metal y vidrio de la semana de vacaciones.
-¡Sólo nosotros nos traemos la basura! ¡Es absurdo! -refunfuñó mi compañero mientras bajábamos por el coqueto ascensor de Casa Pueblo con nuestras valijas, bolsos de mano y dos bolsas con los elementos para reciclar.
-No es basura, amor. Son reciclables.
Y venciendo mi vergüenza hicimos el check out apoyando las bolsas de los reciclables en el mostrador.
-Hola, ¿qué tal? ¿Sabés si hay un punto verde donde pueda llevar esto?
-¿Qué es eso? - me dice la empleada de hotel abriendo enormes los ojos.
-Reciclables- le digo tranquilamente. Los separé de la basura. Plástico, vidrio, metal, cartón...
-Ah, no, acá no hacemos eso -me dijo.
-Bueno, no hay problema, me los llevo a Buenos Aires.
La mirada incrédula de la chica fue de película. Creo que esto será una buena anécodta en su haber.
-¡La vista de este lugar es privilegiada! Ojalá cuando volvamos haya un sistema para separar la basura de lo que se puede reciclar. No pude evitar ver que el jardín de ustedes cada vez que sube el mar se llena de tapitas de plástico. No sabés lo útil y fuerte que es el plástico de esas tapitas y lo letal que es para los seres que viven en el mar.
Y nos fuimos. Si uno lo piensa es ridículo, todo es ridículo, es imposible vivir de la manera que vivimos sin contaminar esta belleza de planeta.
Pero mañana toca día verde en Vicente López. Lo mejor hubiera sido consumir menos plástico pero al menos estos que me traje no terminarán en la boca de una ballena o un delfín.

21 de marzo de 2019

Los masajes, una danza

Ayer tuve un hermoso encuentro con Marce. Últimamente nos estamos haciendo un tiempo para vernos, intercambiar masajes, charlar un poco de cómo será este año, apoyarnos mutuamente. Debo decir que estos intercambios me están haciendo muy feliz. Ya es casi una rutina saber que la esperaré con el almuerzo listo y la tarde libre para que nuestras manos hagan el trabajo de masajear, tocar, contactar, presionar. Incluso estuve pensando en la necesidad este año de dejar ese espacio libre para este tipo de encuentros. Para practicar, buscar nuevas técnicas, ensayarlas como quien ensaya una coreografía. La vida misma se va desplegando como una coreografía inmensa de la que todos somos parte. Si dejás de danzar, te perdés.
Como sea, hay que seguir el ritmo de la vida.

17 de marzo de 2019

The little sufferings

Sufrís, tenés dolor, la vida te pesa, las decisiones te pesan. Entonces vas y lo vomitás en alguién. Creés que eso mismo te alivia pero en realidad estás creando aún más dolor. Si supieras que no se soluciona con ese vómito catártico pero no podés verlo. Es ya un hábito que se te ha instalado.  Es muy dificil liberarse de un hábito, especialmente si creemos en lo más profundo que es un hábito correcto.

3 de marzo de 2019

Visita al supermercado

Ayer venían unos amigos a comer a casa y queríamos a cocinar algo rico.
Para eso necesitábamos cosas que no solemos comprar a menudo. El plato que queríamos hacer llevaba pasta, langostinos, cebollita de verdeo, leche de coco, brotes de soja, curry rojo y ajo.
Es sabido que para hacer compras ecofriendly uno tiene que tener tiempo y la verdad es que no lo teníamos. De modo que no quedó otra que ir al santo santuario del capitalismo avanzado: JUMBO.
Fuimos con nuestras bolsas reutilizables y con la sólida decisión de no comprar pelotudeces y de cuidar el tema del embalaje. Todo un desafío ya que en estos emporios del consumismo todo viene empaquetado.
Conseguir langostinos no fue un problema. Y como venían frescos nos los envolvieron en la bolsita transparente (primer envase no reciclable). Nos quedamos prendados de unos boquerones a la pimienta que también venían en un envase plástico pero de los que se pueden reciclar. Luego fuimos a la góndola de los productos orgánicos. No había cebollita de verdeo. En realidad fue peor que eso. Había puerro que estaba etiquetado como cebollita de verdeo. ¡Resulta que la posverdad llegó a las verduras! Si a un puerro lo llamo cebollita de verdeo, ¿se transforma en cebollita de verdeo? No, amigos, claro que no. Terminamos comprando la cebollita de verdeo marca SONG que nos la cobraron como si fuera oro y que además venía empaquetada en una bandejita de poliestireno y envuelta en más plástico (segundo envase no reciclable).
Los brotes de soja (también marca SONG) venían envueltos en bolsa plástica (tercer envase no reciclable). Nos resignamos ya que todos los brotes vienen envueltos de ese modo. El que quiera brotes sin plástico tiene que germinarlos y nosotros no teníamos tiempo de poner a germinar nuestros porotos mung de cero.
No nos pudimos resistir a comprar un par de paltas ya maduras para el guacamole de la entrada. Nos abstuvimos de guardarlas en bolsitas. ¡Hiupiii, un envase menos! Peeeero estuvimos mal con el envoltorio de los nachos, tampoco se puede reciclar.
El siguiente paso fue conseguir leche de coco. La leche de coco suele venir de Brasil, país limítrofe con la Argentina (menos combustible para traerlo) pero hete aquí que además ¡había un producto traido directamente desde Tailandia! Momento de indecisión que terminó en que la botellita de vidrio brasileña le ganó a la latita tailandesa. Así que nos trajimos dos envases de vidrio con tapita a rosca de plástico. Al menos estos envases se reciclan.
La basura de hoy no me deja mentir. Ahí reposan los envoltorios muertos que la pobre tierra tendrá que absorver como pueda. Pero la bolsa de reciclables tampoco me deja mentir: las botellitas de coco, envases plásticos y tapitas a rosca ya están debidamente enjuagados y secados.
Se hace lo que se puede. Por ahora.
Amén.

26 de febrero de 2019

Plastics


Desde que vi el video de la parejita de españoles que intentan día a día vivir sin plástico me puse la meta de intentar dejar este material tan nocivo para el medio ambiente. No, no es fácil porque el plástico está en todos lados. Y cuando digo todos lados, mirá a tu alrededor y empezá a contar. ¿Viste? Es un garrón. Todo hoy viene envuelto en plástico aunque uno no lo quiera.
Ya he hablado en otro post de como el hecho de separar los materiales recicables del material orgánico cambió totalmente nuestra forma de manejarnos con las "cosas". La basura propiamente dicha dejó de serlo. El material orgánico va para las lombrices (hace dos años que no compro más tierra ni compost y mi jardín está increíble) y los reciclados los pasa a buscar un camioncito que puso la Municipalidad de Vte López una vez por semana. Sí, sí, esto parece jauja pero nos costó mucho lograr que fuera realmente un hábito. Y ahí te das cuenta que lo mental juega muchísimo en contra o a favor cuando uno quiere cambiar algo. Claro que cuando comenzás a reciclar de verdad te das cuenta de que hay un montón de envoltorios que son imposibles de reciclar y que hacen bulto. Y ese bulto que tiramos va a parar al buche de un pobre animal o al océano. Y esto es tremendo. Entonces, para dar un ejemplo, dejé de comprar los huevos de granja tan ricos y sanos porque venían envueltos en plástico en vez de cartón. Porque hay que ver también cuanto de lo que venden como "orgánico" no es para nada amigable con el ecosistema. Mis ojos, entonces, empezaron a mirar de otra manera la góndola de los supermercados, los kioscos, las perfumerías, las librerías, el almacén, ¡las dietéticas!
No existe - o aún no logré dar con ese lugar- en mi ciudad que venda productos a granel. Y hacerle comprender al verdulero que no quiero bolsas en el changuito me costó un triunfo.
En la verdulería a la que vamos el sistema es autoservice. De modo que yo voy con mi changuito, agarro un carrito de lo que ellos tienen y apilo la verdura que voy a comprar. El señor pesa la verdura y ¡las mete en una bolsa! ¿Por qué? Se lo expliqué varias veces peor no hay caso. Parece que es sacrilegio que la verdura se mezcle.
Pero hoy pasó algo. Esta vez el señor me miró y me dijo: ¿va todo al changuito?
Yo no lo podia creer. Sonreí estúpidamente.
-Sí, claro, todo en el changuito.
Y allá fue la verdura, toda mezclada, una poesía ver como las cebollas se mezclaban con las papas, los tomates, las berenjenas, la lechuga...sin plástico que la separe.
Sí, es una boludez si pienso en todo lo que está pasando... pero ¿saben qué? Yo sentí que algo había cambiado en la mente de ese señor y en la mía. Que él y yo habíamos comprendido algo.
Listo. Tiene que ser por ahí.

25 de febrero de 2019

What is life?

En la tradición tibetana se cree que hay otro nivel de conciencia al que han denominado conciencia sutil y que es, en efecto, la base para otros tipos de conciencia.
Una conciencia sutil es lo que en raras ocasiones surge en determinados sueños particulares o momentos muy intensos de algunas prácticas meditativas especiales. Incluso es una conciencia que surge en el momento en el que morimos.
Dicho de otro modo, cuando nuestra mente -la mente común- empieza a hacerse pedazos este núcleo sutil, esta conciencia base hace su aparición y resplandece. Esta conciencia -que no es tuya porque ya no eres quien solías ser- nunca deja de fluir. Es como un río y aunque el cuerpo y el cerebro se corrompan y descompongan, esta corriente continúa su fluir ininterrumpidamente. Igual que el mar puede surgir y manifestarse o dar forma y dar lugar al nacimiento de un bebé con una mente propia cuyo núcleo será esta conciencia base.
Los budistas tienen esta noción que la gente suele llamar reencarnación. En realidad considero que es una mala traducción. Para mi lo interesante de esta idea es el fluir de la conciencia. Hay momentos en los que se manifiesta por capas y donde allí se incluyen los fenómenos mentales como la cognición y que luego, despues de la muerte continua fluyendo para surgir otra vez. Entonces, de acuerdo con el budismo, habría una forma de conciencia que no es una conciencia individual y que es consciente de sí misma pero que no tiene cerebro. Esto es algo que los científicos no pueden tragar.
Hemos tenido numerosas conversaciones con Su Santidad, el Dalai Lama sobre este punto y ambos estamos de acuerdo en que no sabemos bien qué decir.  
La ciencia, por un lado, no puede ni concebir esta idea. Pero para la tradición tibetana es inconcebible que no se tomen en cuenta las múltiples experiencias acumuladas, los testimonios, las observaciones y los informes de testigos.
Mi punto de vista es el siguiente: suspender el juicio. No digas que es falso, no digas que es cierto. No desatiendas las observaciones que hay al respecto pero tampoco digas: ah, la ciencia es estúpida. Vayamos con delicadeza. Dejemos esta pregunta suspendida en el aire. Una de las mayores dificultades que existen es tener la paciencia y la entereza de dejar una pregunta abierta sin buscar imediatamente una solución o una respuesta. Aunque no es fácil contemplar la pregunta, dejarla reposar, creo que esa es la vía a seguir. 

Francisco Varela, neurobiólogo, en Monte Grande: What is life (2004)

24 de febrero de 2019

Cuerpo: lo que dejamos atrás.

Práctica de hoy.

Necesitamos un cuerpo para darnos cuenta. Para estabilizar la mente. Imaginate que difícil debe ser estabilizar la mente sin un cuerpo físico. Cuando estás sentada en meditación y la mente divaga ¿cuál es tu anclaje? La respiración, volvés siempre a la respiración. No importa cuan oscilante esté la mente. La respiración te da la pauta, el ritmo. Si te perdés, siempre está la respiración.
Hay quienes no pueden permanecer sentados respirando. Entonces buscan el movimiento consciente del cuerpo. Coordinar respiración y movimiento. Lo ideal sería una práctica de asanas. Entonces durante esa practica la mente se va asentando en el presente. Divaga menos. Es una tarea artesanal.
Por todo esto, obtener un cuerpo es primordial. Y si es un cuerpo humano, mejor aún.
Patanjali nos lo dice en sus sutras: vamos de lo más burdo a lo más sutil. Lo más burdo que tenemos es el cuerpo, la práctica de asanas. Lo más sutil, la respiración, la práctica de pranayama.
Pero al morir, desencarnamos. Dejamos atrás el cuerpo. La mente queda despojada de toda materia. Lo más auspicioso sería fundirse en la fuente primaria. Comprender que todo esto no era más que un sueño, el samsara de la vida y la muerte volviendo una y otra vez, atrapados en nuestros pequeños yoes. Pero no es para nada fácil ver esto. Una vez que la mente queda despojada del cuerpo, se confunde muy fácilmente. Se le hace muy dificil ver, establecerse... Entra en lo que los tibetanos llaman el bardo de la muerte. Es arrastrada por los fuerte vientos del karma. Y anhela profundamente obtener nuevamente un cuerpo para salir de ese torbellino que no puede controlar. Por eso vuelve a renacer, obtiene un nuevo cuerpo una y otra vez... hasta que despierta a su verdadera naturaleza.

20 de febrero de 2019

Rigpa y no Rigpa

La base de la mente ordinaria se la podría comparar con una burbuja de vidrio transparente, con una finísima película elástica, un velo, una barrera casi invisible que oscurece la totalidad de nuestra mente; pero acaso el símil más apropiado que se me ocurre es el de una puerta de vidrio. Imagínate que estás sentado ante una puerta de vidrio que da al jardín, mirando a través de ella, contemplando el espacio. Parece que no haya nada entre tú y el cielo porque no puedes ver la superficie de vidrio. Incuso podrías darte un golpe en la cara si te levantaras y trataras de cruzarla sin darte cuenta de su presencia. Pero si la tocas verás de inmediato que hay algo que opone resistencia a tus dedos, algo que se interpone entre tú y el espacio de afuera.
Del mismo modo la base de la mente ordinaria nos impide penetrar en la naturaleza de nuestra mente (...).
Es la diferencia entre mirar al cielo desde el interior de una cúpula de cristal y mirarlo desde fuera, al aire libre. Tenemos que salir por completo del terreno de la mente ordinaria para descubrir y dejar entrar el aire fresco de Rigpa.


Sogyal Rimpoché, "El libro tibetano de la vida y de la muerte".

11 de febrero de 2019

No hay tablas de salvación

Hace un par de años la amiga y colega Ram Krisham compartió un texto de mi libro "El Pensamiento Corporal"
"El cuerpo de la salud: las posturas huecas
"…- me preguntan: ¿Es bueno correr?, ¿Tengo que jugar al tenis? ¿Es necesario que aprenda wind surf? ¿No sería mejor caminar? ¿El taichí me calmara los nervios?
…Las técnicas corporales son instrumentos, no recetas mágicas para transformar aquello que ni siquiera hemos percibido…
-…Muchas tensiones que una persona tiene en las piernas tal vez se multipliquen con el corre, muchas ansiedades con el Taichi pueden tener una dura prueba, las corazas en el torso quizás se incrementen con el windsurf. Ninguna práctica da un certificado para la salud, para la longevidad. Todo depende de cómo se realicen. Las personas a veces se sumergen en estas actividades como tablas de salvación, como peleas contra la muerte, más que con actitudes conectadas con la vida. Y a veces, involuntariamente, atentan contra la vida misma."

Susana Kesselman

30 de enero de 2019

Si tenés calor, plantá un árbol.

El Jacarandá de la vereda cumple 12 años. Lo sé porque lo planté un enero de 2007 que fue cuando llegué a esta casa.
Cuando llegué aquí la cochera de casa era un hervidero. Hoy tenemos sombra. Mucha sombra.
Este árbol sobrevivió a una rajadura de tronco y una plaga que casi lo mata el año pasado.
Hoy está verde y hermoso y entre tanta locura nos regaló una flor desfasada (nunca dan flores a finales de enero!).


24 de enero de 2019

Cosas nuevas

Vamos, contame, decime
todo lo que a vos te está pasando ahora
porque sino cuando está tu alma sola llora.
Hay que sacarlo todo afuera como la primavera.
Nadie quiere que adentro algo se muera.
Hablar mirándose a los ojos
sacar lo que se puede afuera
para que adentro nazcan cosas nuevas.




10 de enero de 2019

Meher Baba

Un día Meher Baba preguntó a sus "mandalies":
- ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los hombres pensaron un momento.
- Porque perdemos la calma. -dijo uno-. Por eso gritamos.
- Pero... ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado?, preguntó Meher Baba. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas, pero ninguna de ellas satisfacía a Meher Baba.
Finalmente él explicó:
- Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego Meher Baba preguntó:
- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente... ¿por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.
Meher Baba continuó.
- Cuando se enamoran más aún... ¿Qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuán cerca están dos personas cuando se aman.
Luego Meher Baba dijo:
- Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta, que no encontrarán más el camino de regreso. 


9 de enero de 2019

Hoja de ruta

"La buena literatura no tiene propósitos y la biblioteca de un lector no es un mueble más sino una personal hoja de ruta, un singular mapa de su vida construido a través de sus gustos en el tiempo."

Hinde Pomerianec


Tenemos muchos libros. Muchos. Somos apasionados lectores aunque con el tiempo nuestra pasión haya ido menguando un poco en detrimento de otros intereses. Por lo menos en mi caso porque Nicolás sigue siendo el mismo lector voraz.
Nunca realmente habíamos hecho un orden completo de todos los libros que tenemos, sólo íbamos agregando estantes. Hasta que llegó un momento en el cual no encontraba literalmente nada de literatura. Llegué a preguntarme: ¿qué libros leí el verano pasado y donde están? Finalmente me armé de valor y gracias a Enero y su tiempo libre empecé la titánica labor de poner orden en la biblioteca.
Con una franela, aspiradora y un trapito húmedo empecé a repasar el polvo y luego a hacer pilas que me ayudaran a encontrar mejor nuestros autores preferidos.
El estante de libros de literatura sigue intacto porque amamos leer. Pero hay algunos libros de crítica que tal vez le sirvan a otros lectores y que ya separé en una pilita aparte. Así es como empecé a "marikondear" aunque no estoy muy de acuerdo con ese término. En el fondo no estoy para nada de acuerdo en lo que Marie Kondo tiene para decirnos sobre los libros. Es muy útil con otros ítems (ropa, útiles) pero con respecto a los libros no creo que uno deba quedarse sólo con aquellos libros que "nos despiertan felicidad". Quiero decir, los libros son diversos y diversas son las emociones que despiertan. Y no hay paisaje más lindo que una biblioteca llena donde los títulos son una invitación a explorar el mundo.





Nota aparte: para los fanáticos de Marie Kondo tan sólo vean los capítulos que se acaban de estrenar en Netflix. No hay libros en esas casas. ¡Simplemente no hay! Están atiborradas de ropa, carteras, zapatos y jueguetes de niños. Pero no vi bibliotecas ni gente deshaciéndose de ellas.
 

Me gustó el artículo que salió en Infobae sobre el "tsundoku". Les dejo el link: https://www.infobae.com/cultura/2019/01/09/en-defensa-del-tsundoku-marie-kondo-no-tiene-razon/?fbclid=IwAR3S_fyTmL0JQA1wg4_EPOrBGGPjilvNwE_pZG8MMqWEVI_ujsmyYP9bxGE