25 de abril de 2019

Nava Samskara

Abril fue un mes de romper patrones. Decir que sí a nuevas puertas, perder el miedo.
Abril no fue el mes más cruel. Hubo otros meses más crueles que ya pasaron y dejaron su huella en mi andar.
Lo bueno de estas huellas es que son la prueba de que camino. Y que si camino, hay camino para recorrer.
¿Cuándo la espalda se volvió más liviana? ¿Fue un acto, una palabra, un encuentro, un sueño, el cierre de algo, el comienzo de otra cosa, todo eso junto?
También es entender que estamos todos juntos en esto. Y que si no nos salvamos todos, no se salva ninguno.

1 de abril de 2019

Vacaciones con plástico

Y sí. Nos fuimos a un lugar maravilloso del Uruguay pero que tiene cero política ecofriendly. Así que hicimos lo que mejor pudimos hacer. Por lo pronto llevamos nuestras bolsas para hacer la compra de comestibles. Así que nos salvamos de la bolsa de primer uso. Pero algunos comestibles vienen con un packaging muy poco amigable para el medio ambiente de modo que fui separándolos para que no terminaran en la basura. Al cabo de una semana,  a la vuelta, en el buquebus terminamos trayéndonos dos bolsas donde acopiamos el plástico, papel, metal y vidrio de la semana de vacaciones.
-¡Sólo nosotros nos traemos la basura! ¡Es absurdo! -refunfuñó mi compañero mientras bajábamos por el coqueto ascensor de Casa Pueblo con nuestras valijas, bolsos de mano y dos bolsas con los elementos para reciclar.
-No es basura, amor. Son reciclables.
Y venciendo mi vergüenza hicimos el check out apoyando las bolsas de los reciclables en el mostrador.
-Hola, ¿qué tal? ¿Sabés si hay un punto verde donde pueda llevar esto?
-¿Qué es eso? - me dice la empleada de hotel abriendo enormes los ojos.
-Reciclables- le digo tranquilamente. Los separé de la basura. Plástico, vidrio, metal, cartón...
-Ah, no, acá no hacemos eso -me dijo.
-Bueno, no hay problema, me los llevo a Buenos Aires.
La mirada incrédula de la chica fue de película. Creo que esto será una buena anécodta en su haber.
-¡La vista de este lugar es privilegiada! Ojalá cuando volvamos haya un sistema para separar la basura de lo que se puede reciclar. No pude evitar ver que el jardín de ustedes cada vez que sube el mar se llena de tapitas de plástico. No sabés lo útil y fuerte que es el plástico de esas tapitas y lo letal que es para los seres que viven en el mar.
Y nos fuimos. Si uno lo piensa es ridículo, todo es ridículo, es imposible vivir de la manera que vivimos sin contaminar esta belleza de planeta.
Pero mañana toca día verde en Vicente López. Lo mejor hubiera sido consumir menos plástico pero al menos estos que me traje no terminarán en la boca de una ballena o un delfín.