24 de abril de 2008

hermano artista

Próxima exposición:
Gallery Night en Galería Promenade.

Una muestra colectiva de 11 artistas, organizada por la galería Bohnenkamp & Revale.

Fecha: Viernes 25 de Abril.
Horario: a partir de las 19 hs.
Dirección: Galería Promenade, Alvear 1888.

Entrada libre y gratuita :)

Más info acá y acá.







Priscila baila

17 de abril de 2008

Cocinar: un acto de amor

Siempre que puedo trato de cocinar rico. Yo creo firmemente que cocinar es un acto de amor.
Entre el libro de comida macrobiótica que me traje de Mar de las Pampas y el libro de Narda Lepes que nos regalamos ayer, se me ha abierto un mundo nuevo en la cocina. Especialmente el mundo de las algas y las especias. Antes para mi, kombu, nori y wakame no existían en el mercado ni en mi vocabulario. La primera vez que salí a buscar estas algas descubrí que estaban tanto en el barrio chino como en la dietética cerca de mi casa. Incluso, buscando en las góndolas del Carrefour encontré algas, condimentos y hongos propios de la comida macrobiótica. Por eso, cuando salí a mirar cuál era la oferta real de mi supermercado, descubrí una góndola donde se alinean todos los productos que Narda Lepes considera que debe tener una alacena: aceites de varios tipos -incluso había aceite de sésamo- arroces de distinta variedad, salsas y aderezos que nunca probé pero que Narda asegura que son infaltables, especias perfumadas, incluso había varios tipos de sal, entre las cuales se encontraba la sal marina.
Hice una compra atípica, es decir, dejándome llevar por lo que los ojos me decían. Al llegar al sector de las verduras y frutas compré varios tipos de calabaza (tipo inglés, japonés, etc.) que coloreaban el sector con naranjas, amarillos y blancos. Los zapallitos los dejé porque los noté machucados, los tomates parecían acartonados y las peras requeteduras. Manoteé dos cebollas coloradas, unos puerros, berro, coliflor y ¡paltas! Claro que luego, al volver al libro de Narda, comprobé lo que ella misma dice y propone -curiosamente el libro de comida macrobiótica también coincide en este punto-: hay que comer lo de cada estación. No hay que empeñarse en comer tomates en otoño o invierno porque los pagaremos caros y estarán sin gusto. Hay que comer zapallo, calabaza, papas, batatas (claro que con el lockout del campo los precios se fueron al cielo y esta lógica no es tan clara, ¿verdad?).
Entre otras cosas también me llevé coriandro y cilantro para probar. Hasta los nombres se me antojan sumamente poéticos.

Ceremonia

La primera vez que vine a este bar tenía 19 años. O sea, 12 años menos que ahora. Cuando vine por primera vez mi papá me miró con esos ojos negros y almendrados que tiene y me preguntó qué pensaba hacer con mi vida. Fue una charla tremenda pero que hoy recuerdo con mucha ternura. Tuve dos charlas más así con mi papá. Yo a los 19 años era una catástrofe con patas. Posiblemente mi papá estaba preocupado. Yo también estaba preocupada aunque no es lo mismo preocuparse siendo hija que siendo padre, supongo. Los hijos nos preocupamos a menudo pero de una manera egoísta. Es nuestra vida lo que se pone en juego. Mi padre estaba preocupado por mí y no precisamente de una manera egoísta. Lo cierto es que me llevó a este bar "a tomar un café". Estábamos a fines de la década del noventa donde los bares de Belgrano tenían barras de bronce, mesitas de madera, sillas con respaldo, mozos de verdad, potus colgando de las ventanas y ceniceros en las mesas. Era invierno. La luz era lechosa y despareja. Tomamos el café y hablamos mucho. Debo haber llorado un poco también.

Nunca más volví a tomar un café a este bar. Hasta hoy. Porque hoy pasó algo. De todas las veces que tuve que hacer tiempo nunca se me ocurrió la opción de este bar. Este bar era el bar de la pregunta "qué iba a hacer con mi vida" formulada por mi padre. Pero hoy necesitaba volver no exactamente a esa pregunta sino a la sensación de saberme protegida por esa pregunta. Saber, por ejemplo, que esa pregunta nos la podemos preguntar a lo largo de la vida muchas veces. Parar la vorágine del día, el frío de afuera, sacarme el abrigo, tomar un café servido por ese mozo de verdad, mirar los mismos potus colgando de las ventanas y preguntarme eso, sí, qué carajo estoy haciendo con mi vida. Y responderme. Sí. Responderme que estoy haciendo algo bueno.

12 de abril de 2008

Mi amiga poeta

Mi amiga poeta viene a casa.
La casa, como si supiera, se ha puesto bonita. Yo no he hecho nada. Es la casa. Le da la bienvenida. Abre sus luces, desnuda sus rincones y se desprende en sonidos delicados.
Hace frío pero el jardín sigue verde. Desde la tibia cocina contemplamos su sueño otoñal.
Tomamos té. Hablamos. El aire se llena de palabras hermosas. Nosotras las atrapamos como pescadoras de ilusiones y luego nos hacemos un manto con ellas.
Para abrigarnos.
Ha empezado a oscurecer. Encendemos lámparas y pasan las horas. La casa se entibia con el calor de esta amistad.

11 de abril de 2008

San Google

Me causa curiosidad las razones por las que algunos navegantes de internet entran a Nubedeagua. Sin ir más lejos, teclear una serie de palabras en google puede llegar a dar resultados hilarantes. Me pregunto cuántas de estas personas que entran diariamente a esta página quedan satisfechas con el resultado.

*Seguramente el que tecleó "fotos de Nazarena Velez con el pelo corto" se sintió decepcionado. No sólo aquí no hay fotos de Nazarena Velez sino que si existe alguna mención hacia esta señorita no es exactamente para ponderarla.

*Al que tecléo "biografía de Cristopher McCandless" quizás le sirvió el post sobre Into the Wild, la película de Sean Penn que vimos hace unos días. No lo sabré jamás porque la persona que tecleó estas palabras no dejó ningún comentario. Quizás sólo quería comprar la biografía de Cristopher McCandless o saber un poco más acerca del libro y no mis disquisiciones personales sobre la experiencia del joven Cris.

*Quien tecleó "quince años" no sé bien qué esperaba encontrar pero seguro que no logró nada entrando a esta página. A mí cumplir quince años me nefregó en lo más profundo de mi ser. No me resultó nada especial o quizás me resultó tan especial como cumplir catorce o dieciseis años. En mi humilde opinión no hay nada más deprimente que las fiestas de quince, un rito que se perpetúa en esta sociedad que ha perdido todo sabor iniciático.

*Para aquel que tecleó "qué es la proliferación de la flor" no entiendo muy bien a qué se refería. Pero sí, las flores nos proliferamos. Y mucho.

*Hubo alguien que tecleó "verduras en mal estado" y estoy casi segura que entró al post que habla del lockout y se encontró con mi desprecio absoluto por las medidas antidemocráticas que tomó el campo respecto a las retenciones impuestas por el gobierno de Cristina Fernández.

*Tampoco faltó el que preguntó a San Google "por qué se hace de noche", "cómo hacer un jardín entre casas medianeras", "esquejes ampelopsis", "cuál es la flor nacional de China", "qué es conciencia civil", "algo en economía".

*Para aquel que entró tecleando "Pasajes de París" espero que le haya gustado el post sobre ese tema. Tampoco dejó comentario.

*Para el plagiario que tecleó "un texto con palabras lluvia, familia, casa y nube" espero que no se haya afanado ningún texto de los que aquí abundan con esas palabras.

*Para quien tecleó "con el tambor de la luna y el amor del carnaval", sepa que "Algarrobo, algarrobal" es una de mis coplas favoritas. Y que cantarla en un escenario a capella en el teatro Empire fue una experiencia inolvidable.

*El que tecleó "gracias abuelos, gracias", en fin, sí, mis abus fueron lo más, donde quieran que estén, gracias por todo el amor que me dieron. Pero no sé qué tiene que ver San Google con ellos.

En fin.

9 de abril de 2008

Empatía

Camino por Cabildo y la humareda de polvo y gente me golpea los ojos. Yo estoy en mi limbo. Mi mundo son dos piernas, la mochila que carga al hombro un par de libros y mi cuaderno Rivadavia donde anoto lo que anda ocurriendo por estos días. Siento empatía por todo el mundo y aún así todo lo que me rodea es tan hostil. Empatía por el señor que pierde sus monedas en la vereda, por la señora que me pega con su bolsa de ropa, con la niña que come garrapiñada aferrada a la mano de su madre, por el garrapiñero que revuelve su olla de cobre una y otra vez. Doblo por Juramento y busco con la mirada el local de Havanna. Le pido a la chica un cortado chico para llevar. Ella me pregunta si azúcar o edulcorante. La veo tan joven. Tiene aparatos en la boca. Pobre. Y no sé por qué me dan ganas de abrazarla. Tengo que parar con estas clases. Me van a volver loca. ¿Por qué todo este amor con todo el mundo? Dios mío.

7 de abril de 2008

Deshojarse

Deshojarse es un trabajo arduo.
Requiere de tiempo, esfuerzo, concentración y voluntad.
Pero no es un propósito.
Si me deshojo es porque no queda otro remedio.
Una vez comprendido esto ya estoy tirando de mi propia piel.
Falta todo un trecho.
Qué extensa es la piel de uno.

6 de abril de 2008

Maquinaria infinita

En estos tiempos
donde el otoño aún no es otoño,
donde las hojas muertas
se anuncian en el alféizar de mi ventana
y mi desasosiego sinuoso
saluda a mi andar duradero... en estos tiempos,
donde la senda siempre es despareja
y cubre su clásica baldosa
de polvo de estrellas blando...

En estos tiempos,
yo...
voy...
deshojándome.

Mundo que vuelve
a su maquinaria infinita.

3 de abril de 2008

I now walk into the wild

Hey, vos.
¿Cuántas veces soñaste con cortar tu dni, tu cédula, los carnets identificatorios?
Hey, vos.
¿Cuántas veces soñaste con irte simplemente por la senda del sur? Lo que el sur es para algunos, para otros es el norte.
¿Qué significa la "n" al final de tu cinturón? le preguntó Ron Franz a Cristopher McCandless, alias Alex Supertramp.
"Significa Norte", respondió el joven de 24 años.
Significaba Alaska.
Into the wild, la película que dirigió Sean Penn trata de los dos últimos años de la vida de Cristopher McCandless. Un joven que luego de graduarse en la universidad de Emory cortó lazos con la sociedad que lo rodeaba y decidió buscar su propio destino. Antes que el amor, antes que la seguridad, antes que los méritos, antes que las relaciones humanas: la verdad. Donó a Oxfam lo que quedaba de sus ahorros destinados, en principio, a la continuación de su educación universitaria (24.000 dólares), quemó el puñado de dólares que le quedaba, cortó todas sus tarjetas que lo identificaban y con un puñado de libros -Thoreau, Jack London, Tolstoi- se echó a andar por los caminos.
¿Pero qué caminos?
¿Es posible caminar sin mapas en un mundo trazado una y mil veces por los satélites?

"Hay veces en la vida en que es importante no ser necesariamente fuerte sino sentirse fuerte. Medirse a sí mismo al menos una vez, encontrarse al menos una vez en las condiciones más primitivas, sin nada que nos ayude salvo las manos y tu propia cabeza".

Hay veces en la vida.
Sí.
Las carreras universitarias, dijo Cristopher McCandless, son el invento del siglo XX. No quiero eso para mí.
¿ Y el dinero?, le preguntaron.
El dinero hace a la gente cautelosa. Yo no quiero ser cauteloso.
Pero tendrás que ser cauteloso, le dijeron, no puedes vivir sólo de tu libro de plantas comestibles.
Cristopher McCandless estudió cursos de historia y antropología. Sacó diez en Apartheid en la sociedad Sudafricana, diez en Política africana contemporánea, diez en Crisis alimentaria en África. Con notas así podría haber ingresado a la Universidad de Harvard sin problemas.
Pero no era eso lo que quería. O al menos no era eso lo que quería a los 23 años.
Mucho se habla de la falta de ritos de iniciación en nuestra sociedad.
¿Cómo nace un hombre en este siglo?
¿Cuando el niño adolescente deja de serlo?
Cristopher McCandless tenía un riguroso código moral. Y no tenía mesura.
Era un extremista. Un viajero cuya morada era el camino.
Libertad absoluta, rezaba.
Luego de andar y andar por un año y medio llegó a Alaska, su aventura final: la batalla para matar el falso yo y concluir victorioso la revolución espiritual.
En su andar por esos lares encontró un autobus abandonado en el medio de la espesura. Allí armó su refugio.
La batalla final habría de concluir un día de primavera cuando, luego de haber sobrevivido al invierno más crudo, Cristopher decide volver con los hombres.

"Viví muchas cosas, y ahora creo que hallé lo que se necesita para ser feliz. Una vida aislada y tranquila en el campo, la posibilidad de ser útil para quienes es fácil hacer el bien pero no están acostumbrados a que se lo hagan. Y un trabajo que se espera sea de utilidad. Y el descanso, la naturaleza, libros, música, amar al prójimo. Esa es para mí la idea de felicidad. Y sobre todo, tú como compañera, niños quizás... ¿Qué más puede desear un hombre?".

Cristopher decide volver pero el río que cruzó a pie hace unos meses ahora ha crecido a niveles insospechados. Es imposible cruzarlo. Queda literalmente atrapado por la naturaleza.

Se ha dicho que McCandless podría haber sobrevivido de haber sabido que había un puente a diez kilómetros de donde estaba. Pero Cristopher no llevaba mapa y no sabía de la existencia de un puente. Algunos definieron su muerte como un suicidio. Otros lo definieron como un idiota. Sólo un idiota puede morirse de inanición a sólo veinte kilómetros de la carretera, dijeron. Y en verano.
Lo encontraron dos semanas después de su muerte. Pesaba sólo treinta kilos.
Pero creer que McCandless era un idiota por no llevar un mapa es no comprender en absoluto lo que McCandless buscaba.
Duele la muerte de Cristopher McCandless. ¿Cómo nos hubiera contado su historia?
Dentro de sus libros se encontraron varias notas. Entre ellas una frase que decía: "la felicidad sólo es real cuando es compartida".
Duele que no haya podido compartir su idea de felicidad con nosotros.

http://www.intothewild.com/