16/8/21

La imaginación al poder

En estos días donde circulan fotos que desprestigian una vez más al presidente volvemos sobre el tema de la verdad. De hecho, hay una obsesión con la verdad que pareciera ser inversamente proporcional a la cantidad de mentiras que consumimos día a día. Lo fake invade los espacios digitales que ya no sirven para compartir experiencias sino para resaltar una identidad, competir y ganar. Es un juego triste y peligroso. 

Leo en el librito de Bifo Berardi: "La obsesión con la verdad que es propia de la cultura puritana ha producido efectos ambiguos, a tal punto que tales revelaciones han jugado en beneficio de Trump y de Putin". 

Hay quienes se juegan el pellejo por decir la verdad y, de hecho, muchos de ellos terminan presos o muertos. Pero ¿cambia en algo que hayan dicho lo que dijeron? ¿Cambia en algo denunciar a viva voz en este este ruido caótico que proponen las plataformas digitales? La verdad por sí misma no sirve de mucho en el mundo de la infoesfera. Informarnos sobre los males del mundo no cambia nada y encima desalienta muchísimo. De hecho, cabe preguntarse ¿a quién le sirve la verdad, quién dispone de ella? 

Sigo leyendo a Bifo: "Por sí sólo, estar al tanto de la depredación y la violencia no ayuda a las personas a organizarse y a liberarse de las garras del poder. Y puede ser desalentador. No es la verdad sino la imaginación de líneas de escape lo que ayuda a las personas a vivir una vida autónoma y a rebelarse con éxito".

Muchos de mis amigues con mentes críticas que respeto y admiro, hoy en día, postean fotos de sus plantitas. Y no les culpo. 

Yo últimamente hago lo mismo.

6/8/21

Una digresión sobre un tema mayor

"(...) disipación en vez de acumulación, circularidad en vez de linealidad, volverse-otro en vez de identidad y, por último pero no menos importante, frugalidad en vez de crecimiento ilimitado."
Franco Bifo Berardi, La segunda venida.

Es sabido que el neoliberalismo no respeta nada y destruye sistemáticamente todas las formas de vida conocidas. La gran pregunta que muchos de nosotros nos hacemos es cómo poner un límite a tanta destrucción.
Estaba escuchando la presentación del libro del japonés Jun Fuyita Hirose: Cómo ponerle un límite absoluto al capitalismo. Filosofía política en Deleuze y Guattari, publicado recientemente por Tinta Limón Ediciones. En dicha presentación participaron de manera virtual el escritor Franco Bifo Berardi, Diego Sztulwark y el propio Jun Fuyita Hirose. 
Hubo algo que llamó mi atención de este encuentro. Una digresión que tiene el propio Bifo, siempre tan lúcido para intentar comprender e interpretar los acontecimientos que estamos viviendo actualmente sin demonizar. Y digo sin demonizar porque estamos viviendo un tiempo tan polarizado que no nos permite tener una visión amplia de lo que acontece.
Muchos de nosotros nos preguntamos por qué hay tanta gente que no quiere vacunarse contra la covid-19. En lo particular yo me encuentro con colegas, amigos, gente que no sólo le teme a los efectos de la vacuna sino que encontró paradójicamente  un modo de resistencia antisistema en esta acción: no vacunarse. Sobre este punto, hubo algo que comentó Bifo que me impactó fuertemente. Bifo trae a colación un libro de Jean Baudrillard El intercambio simbólico y la muerte. En dicho libro, Baudrillard reconoce que el límite al capitalismo es la muerte. Dicho esto, Bifo aclara que actualmente vivimos un tiempo cuyo único horizonte posible parecería ser la extinción humana. De modo que sólo resta devenir-nada. Lejos ha quedado esos tiempos donde el deseo jugaba un papel positivo, expansivo. En esta época pandémica hay un deseo colectivo de nada. Vivimos tiempos en los que aparecen manifestaciones masivas en París, Italia contra la vacunación. Lejos de demonizar estas acciones, Bifo dice que debemos interpretar. Hay una locura nueva en la voz de la historia. Esta locura es la locura de una mente colectiva que se enfrenta al producto final del capitalismo que es la muerte. El carácter necropolítico del capitalismo ha quedado totalmente descubierto. Devenir-nada. Dispersión versus acumulación. El devenir-nada como una posible reinvención de la vida. Porque esto que estamos viviendo no es vida. Entonces cabe preguntarse cómo se articula esta nada con una táctica que nos permita salir de este necro-horizonte, que nos permita articular una máquina de guerra (en este punto el libro de Jun parece tener mucho para decir). 
Porque hay otros devenires, quizás. Devenir-mujeres contra la lógica del extractivismo y la explotación. Devenir-animal, devenir-menor, devenir-otro. Siempre, siempre del lado de la vida.