31 de diciembre de 2017

Salud 2018!

Me encanta enero como me encanta estrenar cuadernos.
Es como comenzar a escribir/leer un libro nuevo.
Asistimos al cumpleaños de la Tierra. Festejamos un nuevo cambio de conciencia.
¿Habrá un nuevo año cero?
Pareciera que falta mucho aún.



20 de diciembre de 2017

Savriti

En el reino de Madra había un rey que no tenía hijos, llamado Ashvapati, “el señor de los caballos”.
Ante la hoguera sacrificial, la mirada de Ashvapati distinguió entre las llamas la danza del verbo monosilábico sū, que en sánscrito significa “mover, impulsar o vivificar”. La mente del rey sustantivó el verbo , y lo vio transformarse en la palabra sava, que puede significar “prole/hijos”.
La palabra sava atrajo a las memorias del rey, que le recordaron que sava es también uno de los nombres del Sol, o más bien dicho el poder vivificador del Sol. Recordó también la palabra Savitŗ, derivada de Sava, que es una de las maneras de llamar a la luz del sol antes de que el cuerpo del astro se haya asomado por la línea del horizonte.
Savitrī -recordó la consciencia del rey-, la versión femenina de Savitri, es también el nombre de la diosa de la inspiración, la esposa del que moldea el universo.
Y en el momento de recordar el nombre de la diosa, esta habló al corazón del rey y le aseguró que iba a impregnar la vida en el seno de la reina.
Así se generó la hija del rey y al nacer recibió el nombre auspicioso de Savitrī.
Esta es Savitrī, la heroína del Mahābhārata.

La princesa Savitrī creció como la abundancia personificada. En su juventud desarrolló tanta belleza que quienes la veían se sentían como si hubieran abrazado una ninfa celeste. Emanaba la perfección de una estatua dorada y su mirada resplandecía con tanta energía que nadie se atrevía a pedir su mano.
El rey, comprendiendo las cualidades extraordinarias de su hija, le propuso viajar por los reinos y elegir ella misma al príncipe que le agradara más, para hacer él mismo de intermediario y unirla con el hombre de su elección.
Así, la princesa Savitrī caminó por la tierra buscando al hombre. Y lo encontró en el bosque, hijo de un padre ciego, quien había perdido las glorias de sus dominios a manos de otro rey.
Satyavan, “el que posee realidad, el que posee sinceridad, el que posee verdad”, era un príncipe caído, sin ninguna otra posesión que su vida y sus actos, aficionado a modelar la arcilla que recogía en la orilla del río en forma de caballos. Energético, inteligente, valiente y generoso, con una capacidad profunda de perdonar como lo mejor que puede dar de sí la raza humana. Era placentero de observar como la luna.
El único defecto de Satyavan era que iba a morir pronto.
A Satyavan le quedaba un solo año de vida. El rey intentó convencer a su hija de elegir otra pareja.
 -El dado sólo se lanza una vez- respondió Savitrī. -Las cualidades que veo en él no las puedo encontrar en otra parte.
Savitrī se desprendió de todos sus ornamentos y entró en la frondosidad de la selva con Satyavan. Vivió
preparándose para el encuentro con la muerte un año entero. Vio su cuerpo, sus ideas, sus recuerdos, sus deseos, como una espiral en evolución; como una cinta de seda desenrollándose en un océano de aguas doradas por el sol del atardecer. Una luz que ella no podía exigir ni poseer.
Savitrī, con su resolución, fue capaz de seguir a Satyavan hacia las extensiones de la muerte. Y volvió con la vida de su amado.

Savitrī, la inspiración, rescata la vida de la jungla. Porque la inspiración y la princesa Savitrī, el personaje de la historia, el personaje del Mahābhārata, perviven de generación en generación.
Seguimos soñando con el viaje de Savitrī, y meditando sobre la relación del amor con la vida, del amor con la muerte, de la vida con el sentido. Todo esto está en las tres respuestas que dió Savitrī  a la muerte; las tres respuestas con las que Savitrī desató el lazo de la muerte sobre Satyavan.
Esta es Savitrī, la heroína. La que salvó al “que posee sinceridad” de la muerte.

17 de diciembre de 2017

Tercer balance 2017

Este es el año en el que más trabajé y menos plata pude ahorrar.
También es el año en el que casi no me compré ropa, casi no salí a comer afuera y en el que empecé a hacer compras comunitarias para ahorrar en artículos de limpieza y perfumería.
También fue el año en el que volví a ver más cantidad de gente durmiendo en la calle, en el que observé un aumento de gente pidiendo en los subtes y colectivos. También vi como proliferaban los artistas callejeros.
Fue el año en el que me empezó a dar miedo ir a las marchas. El año en que nunca dejé de salir a la calle sin mis documentos, algo que no hacía desde mis tiempos de adolescencia menemista.
También fue el año en el que vi como las pibas se organizaban cada vez más. Y entendí el concepto de sororidad.
Fue el año de los pañuelos blancos diciendo que no al 2 x 1.
Fue el año en que mi papá tuvo un infarto porque el corazón no resistió los embates del egoísmo. Pero sobrevivió y hoy está con nosotros para el brindis de fin de año. 
Fue el año en que mataron a Santiago Maldonado y a tantos otros que no se nombran. 
Fue el año en que dar clases en la facultad me desalentó al punto de querer abandonarlo todo, luego me la jugué y salió bien. Algo del velo de los ojos de mis alumnos se descorrió. Pensar, sobre todo eso, poder pensar, tener una mirada crítica sobre todo.
Fue el año en el que vi como le pegaban a la gente en las calles sólo por el simple hecho de expresarse en contra de una ley inconstitucional. Y parte de la prensa mintió descaradamente por ello.
También fue el año en el que mucha gente valerosa salió a decir la verdad.
Y así estamos.

13 de diciembre de 2017

Segundo balance 2017

Empecé un segundo profesorado de yoga en la tradición krishnamacharya.
Debo admitir que lo empecé sin saber a dónde me llevaría. Sólo sabía que era necesario ampliar las alas. ¿Por qué el yoga me hacía tan bien? ¿Por qué había clases que me llevaban al cielo y clases que no me gustaban para nada? ¿Cuál era la diferencia? Tenía que ser algo más que la existencia de buenos y malos profes. ¿Por qué me ponía tan nerviosa la práctica del pranayama? ¿Por qué no podía practicar todos los días como era mi deseo? ¿Qué significaba tener una práctica de yoga todos los días? ¿Cómo hacer para que los yoga sutras no quedaran tan alejados de mi realidad?
Me encantó. Me hizo super bien. Fue intenso y hubo momentos en los que me costó mucho seguir el ritmo pero valió la pena. Siento que ahora tengo mucha más claridad que antes. Y que todas estas herramientas y recursos las podré transmitir algún día.
Hatha Yoganusasanam.

12 de diciembre de 2017

Primer balance 2017

Este año me propuse varias cosas pero hubo una muy concreta que quise activar y hete aquí el resultado. Reciclar la basura parecía difícil, complicado, era cosa de "otros". Pero fue sólo empezar a hacerlo y cambió TODO. Desde marzo que he estado compostando nuestros residuos orgánicos y por añadidura separando la basura y reciclando lo que es reutilizable. Acá hay un camión que pasa un día a la semana y se lleva los reciclables. Saco esta bolsa una vez cada dos semanas porque no somos muy consumidores de envases descartables. Es que casi no comemos comida envasada.
La "basura" se ha reducido a una bolsita un día a la semana. Y es muy pequeña. Son restos orgánicos que no coloco en la compostera: restos de carne, cáscaras de cebollas y ajo, las heces del gato, cascaras de limón y otros cítricos que acidifican el ambiente de la compostera y no ayudan a las lombrices.
Lo increíble es lo que ha pasado con mi cerebro. Veo las cosas de manera muy distinta. Como si haber ordenado los residuos me haya ayudado a ordenar algo más a mi alrededor y en mi interior. A veces un transeúnte deja los restos de su almuerzo en el cesto donde colocamos la basura y hasta esto mismo lo reciclo. O las bolsas de plástico y los papeles que se acumulan en la cochera. También cuando barro las hojas de los árboles ya no las tiro en una bolsa aparte sino que que las separo para usarlas como material estructurante en la compostera.

En el 2018 me tengo que animar a armar una huerta aunque sea pequeña.

5 de diciembre de 2017

Diciembre

El olor de diciembre es inconfundible. Llega el verano. No hay lugar a dudas. Todo exuda vacaciones, ganas de relajarse y soñar. Soñar con viajes, con agua, con piletas de amigos, con jardines. Soñar con tiempo, mucho tiempo, para boludear, para perder el tiempo, para dejarse llevar. Llega el verano y siento que se me sueltan las articulaciones, que estoy hidratada y quiero nadar. Diciembre de pelo largo y florecido, de pelo con reflejos por el sol y la pileta. Diciembre de sol, agua y fuego.
Amo diciembre cuando estoy bien.

2 de diciembre de 2017

Madre Tierra

Por Alicia Hamm

La Madre, la Tierra, la sagrada Pacha Mama, la Tara bendita es un jardín. Es nuestro hogar y deberíamos cuidarla, como cuidamos nuestro jardín y nuestro hogar. Deberíamos respetarla, como respetamos a nuestra madre. No deberíamos decirle lo que tiene que hacer sino que deberíamos aprender de ella, de sus equilibrios. Si la dejamos sola se forman los biotopos y entonces se forman las armonías perfectas de todos los seres que viven en los lugares donde nadie la molesta. Nosotros, antes de que viniera la civilización, cuando nos instalábamos en un lugar mirábamos el lugar y veíamos dónde había espacio para nosotros. Nosotros no decíamos: "este es el lugar que quiero estar, quito todo lo que hay y pongo mi casita". Nosotros mirábamos: quién vive ahí, que es lo que hay ahí, los árboles ancianos que son comunidades en las que vive un montón de gente: las plantas, los insectos, los animales, todo... y siempre había espacios en donde nos podíamos poner, a los que nos podíamos adaptar. Entonces nos adaptábamos al medio ambiente, nos comunicábamos con él y el medio ambiente nos aceptaba. Imagínate miles de años viviendo en la selva casi desnudos y sin botas. ¡En un lugar donde todo el mundo va con botas! Porque hay serpientes, hay arañas. Pero no nos picaban, no nos comían las panteras ni las pirañas. Vivimos mucho tiempo ahí y vivíamos bien, estábamos sanos y bien alimentados. Éramos felices. Quizá volvamos a vivir en la confianza y la inocencia de los niños combinada con la sabiduría de los ancianos. Quizás volvamos a tener el amor a la tierra y la presencia de los dioses. El futuro es nuestro, lo hacemos día a día. El futuro no es más que la suma de los hoys y los ahoras.

Sobre la muerte

Por Alicia Hamm

La muerte no existe...(risas). Lo que existe es la vida eterna. Nosotros somos inmortales, somos dioses que habitan un animalito. Entonces mi cuerpo animal es un vestido. Y como todo vestido cambia con el tiempo, se gasta... un poquito.
Llegará el día en que haremos como los elefantes... pasaremos por una puerta de luz y dejaremos caer el vestido. A eso la gente le llama un cementerio de elefantes. Pero no es un cementerio de elefantes, es un portal, los elefantes lo ven. El elefante cuando se da cuenta de que le ha llegado su hora ve esa puerta de luz, va allí y cuando pasa deja caer su vestido material. Por eso es que ahí quedan amontonados los huesos. Es otra forma de explicar las cosas.
La explicación tiene mucha magia. Entonces depende de cómo te lo expliques recibes fuerza de la explicación o te amargas. Entonces ¿cómo te explico la muerte?

Imagínate lo que pasa por la noche. Tú te acuestas en la cama, cierras los ojos, tu cuerpo animal está cansado, necesita relajarse, dormir. El cuerpo duerme pero tú no. El cuerpo astral se levanta de este cuerpo cuando él ya está bien dormidito y se va por ahí de aventura. Entonces tú sueñas, visitas gente, te confrontas con tus miedos, y, gracias a Dios, te confrontas allí con tus miedos y no aquí. Pasas por tus aventuras, te confrontas con personas, discusiones o problemas que no resolviste en el día a día... o también te encuentras con seres que ya se marcharon, las almas de tus familiares fallecidos... o recibes enseñanzas. Es todo un mundo, toda una dimensión la del sueño. Y en esa parte de la vida el cuerpo no participa. Durante ocho horas del día nosotros tenemos una vida en otra dimensión donde el cuerpo no participa. Eso es un regalo de la Madre Tierra para que nosotros practiquemos vivir sin cuerpo.

Nosotros trabajamos mucho con el sueño, tenemos toda una escuela del sueño en la que tenemos tareas que realizar para aprender a soñar de una forma más consciente, más lúcida y también para recordarlos durante la mañana y poder trabajar con ellos en el día. Tratamos de llevar los problemas de esta realidad material a la realidad onírica para solucionarlos allí y luego traer soluciones de vuelta a nuestra realidad material.
Esto sería ideal si pudiéramos hacerlo también cuando nos vamos. Si morimos, sería ideal poder llevar esta realidad de aquí al otro lado, encontrar soluciones allí y luego reencarnar trayendo aquellas soluciones para ayudar a la realidad de aquí.

Un chamán tiene que haber pasado por la experiencia de la muerte. Un chamán tiene que haber muerto, haberse ido para el otro lado y traer noticias, mensajes, haber sido testigo de que la otra realidad existe. Y venir y contarnos lo que hay más allá de esta realidad, luego de la vida física. Esa es la razón por la cual cuando nosotros hablamos de la muerte no le tememos. No le tememos porque la conocemos. Yo entiendo que la gente que no ha pasado por la muerte tenga que creer de una manera ciega. Pero yo no tengo que creer de una manera ciega, no tengo que creer nada. Yo sé. Entonces a mí no me atemoriza la muerte. Me atemoriza tener que morirme ahora porque no tengo ganas de morirme ahora. Si me dijeran que tengo que irme ahora... yo lo llamaría al hermano Muerte que es un Ángel de luz, es un ser precioso (no es ningún ser negro con una calavera, es un ser que te abre una puerta... que te ayuda) y le diría: mira, te sientas un ratito ahí que aún yo no estoy lista. Yo creo que se puede hablar con la Muerte y que la Muerte no viene porque sí. La muerte viene porque el alma, el gran Espíritu o Dios o los Consejeros del alma, deciden que ya está bien y que mejor se van ahora.

21 de noviembre de 2017

Jacarandá-corazón

Amo este Jacarandá. Al año y medio de plantarlo su tronco se rajó. Me dijeron que iba a tener que ponerle unos clavos o mejor cortarle una de las ramas. Yo dije que no. Fede en cambio me dijo que capaz sanaba solo, que esas rajaduras con el tiempo se curaban. Que capaz poniéndole un poco de tierra en la rajadura. Me dijo que lo peor que podía pasar era que se terminara de partir al medio. Pero no se partió. Durante años la mitad del jacarandá florecía y la otra no. Se turnaban para florecer. Se ve que no le daba para florecer completo. Fue creciendo. El árbol fue curando la rajadura. Un día sólo quedó la cicatriz. Tiene un tronco gordo y hermoso. Y este año floreció completo.

7 de noviembre de 2017

¿La tierra que todo lo digiere?

Cuando comencé la compostera, allá por marzo de este año, lo hice con unas lombrices que me regalaron. No eran las Rojas Californianas (Eisenia foetida) sino más bien lombrices de tierra común (Lombricus Terrestris). Me dijeron que no me preocupara, que funcionaba igual, que hacían humus y que se iban a reproducir rápido. 
Lo cierto es que empecé con un balde de diez litros. Las lombrices comenzaron a engordar y se las veía muy bien pero no se reproducían tan rápidamente como había leído.
Como yo era muy nueva en esto de vermicompostar hice algunas cosas mal. Por ejemplo, no les procuré un manto de tierra fértil al principio y las mandé de lleno a los desperdicios orgánicos. No sé cómo lograron sobrevivir ahí. Es cierto que alternaba con una capa de tierra y hojas secas pero luego de ver una compostera profesional me di cuenta de que mis pobres lombrices estaban prácticamente en un campo de concentración lombricil.
De hecho la bonanza duró poco y mis lombrices comenzaron a morir.  Luego de "salvar" un puñado y trasladarlas a un hábitat (balde) más cuidado comencé a separar mejor el tema de los residuos orgánicos cuidando de no sobrepasar el balde. Lo que mis lombrices no podían comer iba a parar a otro balde. Ese balde se suele llenar de líquido y olor fácilmente por lo que debo removerlo bastante y agregarle hojas secas y tierra. 
Una amiga que tiene Rojas Californianas me ofreció un puñado de las suyas (muy pequeñitas) y decidí entonces empezar un tercer balde. Las ventajas de vermicompostar utilizando la Eisenia foetida frente a la Lombricus Terrestris es que las amigas Rojas se reproduce mucho más rápido. Una vez que llegan a la edad adulta son capaces de reproducirse cada 7 días frente a la lombriz común que puede tardar hasta 45 días. Y las Rojas tienen un promedio de vida de unos 16 años mientras que las lombrices comunes viven unos 4 años. Una Roja en condiciones óptimas de temperatura, humedad , aireación y alimentación puede llegar a las 1.500 lombrices por año. Y el abono que se obtiene es de alta calidad. Mucho más que el abono de las comunes.
Tengo mis tres baldes. Uno con Rojas, otro con comunes y otro con desperdicios orgánicos y tierra. 
En un mes les cuento qué sale de cada uno

25 de octubre de 2017

No hay más grieta. TODOS estamos en esto.

En 1989, cuando ganó el turco por primera vez, mis viejos (que no lo habían votado) decidieron que teníamos que salir a la calle a estar con el pueblo que se había expresado en las urnas. Había que estar con la gente. Yo tenía 12 años. Mis papás me habían explicado que con Menem las cosas se iban a poner muy duras pero que estábamos en democracia y que eso era lo más importante. La dictadura del 76 estaba aún muy fresca. Entonces el pueblo se había expresado y había que salir a festejar eso. Y salimos. Fuimos con unos amigos de mis papás a caminar por Corrientes. Nosotros ya viviamos en Olivos así que ir al centro no era algo muy común. La gente estaba eufórica. Todos muy felices con la "revolución productiva" y el "salariazo" (la historia comprueba que esto jamás sucedió). Mis papás con cara de esto se va a ir a la mierda pero bueno, acá estamos, caminando con todos. Eso fue muy loco. Y creo que fue una de las lecciones más fuertes que me pudieron haber dejado.
Hoy todo se está yendo a la mierda. La mayoría se ha expresado. A nivel mundial es un fenómeno que está sucediendo. El mundo se está derechizando. Sólo quedar seguir trabajando, dialogando, expresándonos, haciendo. Siempre, siempre el camino de medio.
"La patria es el otro" incluye a todos.

15 de octubre de 2017

A las penas les cambio el color

Con este pedacito blanco en mis manos, este bichito de luz pomposo y amoroso, esta Lua amorosa que me regaló la vida (mi madre) siento que tuve suerte, esquivé la muerte. Caí en la vida, en esta tierra y mi promesa es disfrutar hasta que me toque partir. Mis pequeñitos que no llegaron a este plano me lo recuerdan todos los días. Mis (tus) células son un regalo, una bendición de cada día y por eso no hay que multiplicar el dolor. El amor está en el aire, en el sol, en la luna, en mis amores. Tuve suerte. Mucha suerte. Y ustedes, si pueden leer esto, también. Quiéranse mucho. Yo salgo al sol, agarro mis penas y como dice la canción: les cambio el color.  


6 de septiembre de 2017

De otro color

Un par de noches luego de que Mani murió tuve un sueño. Estábamos con Nico mirando alguna serie en netflix, los dos abrazados en el sillón (Mani siempre en esos casos aparecía y saltaba arriba nuestro, se acomodaba y se quedaba con nosotros). Pero en mi sueño aparecía otro gato. Era de la misma altura que Mani pero no era blanco. Tenía color. Nosotros nos asombrábamos de verlo y gritábamos ¡Mani!
Ayer a la noche nos disponíamos a ver los capítulos de la última temporada de Twin Peaks. Y de pronto ya no supe si era sueño o vigilia pero la gata que nos viene visitando todos los días desde que Mani murió había subido la escalera y nos buscaba. Le hicimos un gesto de que se subiera al sillón y sin decir ¡miau! la gata se trepó y se acomodó entre Nico y yo. 
Era como estar con Mani pero con un gato de otro color. 

4 de septiembre de 2017

Mani-hermosura

Mani-hermosura, hoy llegó una carta. Y al abrir esa carta el corazón se me volvió a estrujar. Decía la carta que la empresa tal había trasladado tu cuerpito blanco de gato y lo habían cremado. Ese cuerpito caliente y vivo que tantas veces acaricié, tantas veces me pareció enorme, latiendo en cada pelo. Mani, ahora que sos parte del aire, ahora que no puedo acariciarte sino en los recuerdos volví a mirar ese pañuelo blanco que colgué de la Santa Rita en tu honor porque te encantaba rascarte las uñas en la Santa Rita y subirte a ella para seguir tu rumbo por otras medianeras. Ese pañuelo blanco que llevé a la plaza y lo mantuvimos en alto cuando le dijimos ¡no! al 2x1. Ese mismo pañuelo que luego colgué en el cuello del buda y que cuando moriste lo envolví en tu árbol para que ondeara y ondeara y ondeara.
Mani, se están muriendo tantas cosas. Y yo aquí abajo, aún viviendo en el tiempo, un tic tac que nos une a todos los que estamos vivos, un tic tac que debería ayudar a despertarnos.


15 de agosto de 2017

Los gatos de mi vida

Llegué a esta casa sin gatos.
Yo no sabía lo que era amar un gato. Pero la casa estaba viva.
Había pájaros por doquier. Había tierra.
Planté flores y plantas. Planté un limonero.
La ilusión que tenía no se mantuvo mucho tiempo,
acompañada de otro hombre,
otros proyectos,
otros amigos,
otras cargas.
Pasó el tiempo.
Muchas de esas cosas se resignificaron, se despidieron, se desvanecieron.
Todo empezó a fluir de otro modo.
Conocí nuevos amigos,
nuevos horizontes,
un nuevo amor,
la energía fluyó más intensa.
Se me abrió el corazón.
En esta casa quise tener hijos.
Los perdí. Uno, tras otro.
Nunca llegaron a materializarse en este plano.
Y entonces empezaron a venir ellos.
Los gatos. 

11 de agosto de 2017

Joya tu corazón

Tenemos el corazón partido. Mani murió antes de entrar al quirófano. Lo estaban preparando, ya estaba sedado y con anestesia pedidural. Dice el anestesista que se puso azul. Un edema pulmonar. Eran dos veterinarios y un ayudante y no pudieron sacarlo de ese cuadro. Fue instantáneo. Se les fue. En dos segundos. Dicen que era imposible predecirlo, que Mani no presentaba ninguna cardiopatía, que tal vez fue un trombo, en fin... palabras. La verdad es que ya no importa. Sé que hicimos todo lo que pudimos, que lo llevamos a un buen lugar. También sé que nadie tiene la vida comprada.
Cuando lo fui a ver ya no estaba su mirada, esos ojos increíbles de gato sensible e inteligente.
Pero algo de su energía se podía sentir. Así que lo abracé fuerte y sólo me salía decirle gracias, gracias, gracias por todo.
Mani, fuiste un regalo maravilloso de la vida.


10 de agosto de 2017

Un fémur para Mani

Ayer al mediodía una vecina me tocó el timbre preguntándome si yo tenía un gato blanco. Mani estaba en su casa herido. No podía moverse y lloraba mucho. Estaba postrado en un rincón y tenía una herida en el flanco trasero. Fui a buscarlo, lo envolví con la frazada y lo traje a casa. Tenía las pupilas dilatadas, temblaba y no podía pararse. Temí lo peor. Su veterinario estaba de vacaciones así que me tomé un remise y me fui con el gato en brazos, envuelto en la frazada, a la veterinaria que me recomendó mi vecina. 
La doctora, una genia. Lo atendió enseguida y su primer diagnóstico fue fractura de fémur. Le dio un analgésico y un antiinflamatorio. Nos dejó un rato en una salita a solas para que Mani se recuperara del dolor. Luego lo volvió a examinar. Nos mandó a hacer unas radiografías para descartar que hubiera algo en columna. Luego de un intenso periplo volvimos para casa. 
De lo que sí estamos seguros es que a pesar de este desastre Mani tuvo mucha suerte.
Tuvo mucha suerte porque la vecina que lo encontró (en su jardín) lo reconoció como mi gato y tuvo la amabilidad de venir a tocarme el timbre. Tuvo suerte de encontrarme ya que en ese horario yo no suelo estar nunca. Tuvo suerte después cuando llamé a su veterinario de siempre y estaba de vacaciones pero en el medio de la desesperación mi vecina me indicó a qué veterinaria llevaba a su perrita. Y allí fue la suerte más grande porque la conocimos a Sonia.
Y si ustedes vieran como Sonia lo trató a Mani. La delicadeza, el amor, la sensibilidad. Resolvió mil cosas, nos facilitó los turnos para el radiólogo, el cardiólogo, consiguió un sobreturno para la cirugía, nos explicó paso por paso cómo inyectarle el tramadol y los antibióticos y la dexametasona. Nos explicó cómo darle agua con una jeringuita. Respondió todas las preguntas tontas que le hice. Nos escuchó con el corazón y nos guió con dulzura y atención plena.
Mani tuvo mucha suerte.
Hay una imagen que me ha quedado grabada de todo este proceso. Nico y yo, enfundados en delantales de plomo, en una sala fría, sosteniendo al gato mientras le sacaban las placas para corroborar que sólo fuera una fractura de femur. Y el gato, un santo, se dejaba hacer todo. Nos miraba desde la espesura de los analgésicos y nos guiñaba los ojitos como diciéndonos, todo va a estar bien, chicos. Qué suerte que tengo de tenerlos.

23 de julio de 2017

Día verde

Es mi tercer semana del "Día verde".
Separo lo que es reciclable de lo que no y cumplo con los horarios en los cuales sacar la bolsa verde. Como muchos de los residuos húmedos (por no decir casi todos) van al compost que tengo atrás en el jardín, la bolsa de la basura común que se lleva el camión se ha reducido a una bolsita pequeña al final de la semana. Sí, exacto. Saco "la basura común" una vez por semana.
Ya me acostumbré (qué increíble, los humanos somos realmente animales de costumbres!) a separar cartones, bolsas, envoltorios, envases, lavarlos si hace falta, enjuagarlos, secarlos y ponerlos prolijamente en una bolsa. Los voy acomodando casi amorosamente. Y no puedo creer que alguna vez mezclara todo en un mismo contenedor.
Lo increíble es que ahora cuando veo a otra gente no separando los residuos me parece extrañísimo lo que hacen, como si a alguien se le ocurriera guardar su ropa en la heladera o poner la manteca en el armario. Simplemente no va ahí, no está en su correcto lugar.
Espero no estar desarrollando un TOC aunque sería uno bastante saludable, al menos para la tierra en la que todos habitamos.

  

18 de julio de 2017

Vendaval

Cosas de las que te das cuenta en el medio del vendaval.
Que ya estuviste en un vendaval.
Que quedarse quieto a veces en el epicentro del vendaval es lo mejor que uno puede hacer.
Que no hay que permanecer estoico y duro en el centro del vendaval luego del que el vendaval ya se ha ido.

14 de julio de 2017

Tensión y relajación

Cuando elegimos no continuar con el diálogo interno, el rumiar o el ensueño, nos bajamos de la rutina del pensar. Podemos simplemente concentrarnos en el cuerpo en lugar de los pensamientos. La atención puesta en el cuerpo permite que la energía circule por canales que rara vez se usan. Suavemente, el cuerpo despierta.
Al aumentar la conciencia de las sensaciones físicas, cuerpo y mente comienzan a comunicarse. Un masaje en los pies o una charla sincera desencadenan relajación y liberan bloqueos de energía que se formaron hace mucho tiempo atrás. Al disolverse el exceso de tensión, suben a la superficie recuerdos y sentimientos reprimidos que nunca fueron totalmente reconocidos.
Ser capaces de abrir el corazón y de expresar lo que tenemos en la mente fomenta este tipo de relajación genuina, ya sea que ocurra en una psicoterapia o con algún amigo íntimo. El contenido de las historias que surgen en esos momentos no tiene demasiada importancia; en algún momento podemos incluso querer revisarlos o anularlos.
Pero primero hay que expresarlos, aunque sólo sea ante nosotros mismos, para así liberar la energía que viene con ellos. La relajación ocurre cuando la energía comienza a fluir nuevamente. Si avanzamos un paso más y entramos en el flujo del sentir, pueden ocurrir profundas transformaciones.


Vivir sin arrepentimiento, Arnaud Maitland

11 de julio de 2017

Coco

"Tu basura es mi tesoro", dice Coco.
Yo lo escucho ovillada en mi manta de lana, desde la pantalla de mi notebook. Pongo pausa. Me cebo un mate y pienso que este hombre tiene mucha pero mucha razón.
Coco es alguien que se hizo del barro. Un huérfano que se escapó de un colegio de curas, alguien que vivió abajo de un puente muchos años y que hizo lo imposible por salir de su situación de indigencia.
Coco lo logró. Aprendió a leer y a escribir de grande. Dice que le costó pero cuando pudo juntar dos letras y dos números la vida le cambió para siempre.
Hay una entrevista que anda dando vueltas por internet: "De indigente a contribuyente". Es maravillosa, búsquenla porque vale la pena. Está en una página de Facebook que se llama Coaching Global. Porque Coco además de todo hizo un curso de Coaching para poner en práctica sus ideas. Entonces vos los escuchás a Coco y te cambia la perspectiva de muchas cosas. Porque Coco te enseña que no sólo logró salir de la calle sino que además trabaja para que muchas familias salgan de esa situación también. Coco no descansa, cree fervientemente en el trabajo comunitario y por eso armó la cooperativa "El Correcaminos". Su sueño es que haya muchas cooperativas en toda la Argentina.
Cuando vos los escuchás hablar a Coco todos tus problemas personales te parecen una pelotudez.
Coco te resume brevemente los problemas más graves que tiene el mundo: la pobreza y la contaminación ambiental. Y luego te explica: resolviendo la contaminación ambiental resolvés el problema de la pobreza. Más ecología y menos economía.
Entonces... ¿por qué si Vicente López tiene un plan de recolección de reciclados los vecinos no lo cumplen y siguen tirando todo en la misma bolsa? ¿Es ignorancia? ¿Es estupidez? ¿Es desidia?¿Es maldad?
Hoy en la cuadra hay sólo dos bolsas de reciclados. Dos. Y en la cuadra somos un montón. ¿Qué les pasa? ¿Se creen infinitos? ¿Inmortales? ¿A dónde piensan que va toda esa basura que tiran? Ser buena persona no es de la boca para afuera. Hay que mirarse adentro: nuestros hábitos, nuestras acciones inciden en el mundo. Todo tiene una causa y, por ende, un efecto.
Querés consumir, perfecto. Me alegro de que puedas consumir. Me alegro de tu capacidad adquisitiva para consumir. Pero entonces hacete cargo de tu consumo.
¿Sabés? Separar los residuos en origen no te lleva mucho trabajo. Y es tan simple. Es tu mente la que te lo impide. Tu mente cerrada. Creés que no se puede. Creés que da lo mismo. Creés que si no te van a multar para qué hacer el esfuerzo.
Pero es una estupidez pensar así...
Pensá mejor... qué solidario es mi acto de separar los residuos en origen para que las personas que se ocupan de reciclar no tengan que andar poniendo sus manos en la basura.
Y si no, acordate de Coco. Hay muchos Cocos allá afuera.
Tu basura es mi tesoro, dice Coco.
Y tiene razón.

Dame tu calor

Hace mucho frío.
Me doy cuenta porque el gato se mete adentro de la cama y nos empuja en su denodado intento por recibir calor. Trato de correrlo pero entre las frazadas recibo su dentellada precisa. No duele, sólo me está advirtiendo: si me movés de acá la vas a pasar peor.
Bueno.
Lo dejo quedarse y dormimos todos incómodos. Con un yunquecito vivo (desde que el gato come Royal morfa que da calambre).
Un braserito.
Peludo.

10 de julio de 2017

Focus

Hace diez años nevaba en Buenos Aires.
Hace diez años también comenzaba a vivir en esta casa (que habito desde entonces). Era un comienzo nuevo y yo verdaderamente no sabía bien qué hacer con ese comienzo. Estaba triste y confundida. Mi mente estaba poblada de miedos, prejuicios, mandatos sociales y familiares.
Hoy quise buscar esas fotos guardadas en la memoria de una máquina que ya no existe. "Las fotos del día de la nieve". Y me sonreí al ver esta imagen.
Yo, cruzando el jardín, con un pulover que no es mío, fuera de foco. Un sincero retrato de aquellos tiempos.




4 de julio de 2017

Julio + entusiasmo

Terminó la primera parte del año 2017. Con ella puedo decir que se cerraron varias cosas y se abrieron otras. Llegó julio y yo ando con un entusiasmo que hace que me despierte antes de que suene el despertador.
En marzo comencé un nuevo profesorado de yoga. Es intenso, tiene una cursada de muchas horas en la semana y requiere de mi mayor atención. Pero debo decir que realmente está valiendo la pena.
Me asombra la cantidad de lugares que hay para estudiar. Hay gente muy preparada y muy buena dando clases y cursos. A ellos les estoy muy agradecida y siempre insto a las personas a que busquen a estos seres. Pero sé también que hay quienes no tienen conciencia y dan clases sin ningún criterio y con poca visión de la persona o el grupo que tienen delante. Y esto lo sé porque muchas de las personas que vienen a recibir shiatsu, cuando les indico que tal vez una buena práctica de yoga podría ayudarlos en su vida diaria, me responden que no, que yoga no, que probaron y se lastimaron, o salieron peor de las clases.
Me asombra y no me asombra.
En mi experiencia personal la práctica de asanas y pranayama es una de las cosas más geniales que me pasaron en la vida. Es como lavarse por dentro. Y no hablo sólo del cuerpo que por supuesto comienza a mejorar en todos los niveles.
Hablo de resetear la mente. Algo pasa con la mente de quien practica yoga diariamente. Algo se calma en el constante tironeo de todos los días.
Y se abre espacio para más vida.

3 de mayo de 2017

Orden en el universo

Ok, sí, necesitamos bibliotecas. Pero no queremos cualquier biblioteca. Queremos "hacernos" una biblioteca. Tampoco sabemos bien cómo, dónde ni en qué dimensiones. Si viviremos mucho más tiempo acá o nos mudaremos. Si el habitáculo enorme que hoy hace de playroom se convertirá en futuro estudio de yoga. Si mudaremos el living al playroom y entonces será el living el futuro estudio de yoga (más improbable). Entonces la idea de la biblioteca comienza a trastabillar y los libros se van acumulando en la mesa de luz, apilando en las bibliotecas que ya están atestadas en doble fila, en banquitos de madera que antes servían para sentarse pero que ahora son depósitos de libros.
Uno supondría que la era de la tecnología habría acabado con el papel. Pero no. Los que estamos en pareja con personajes amantes del papel y el objeto libro jamás podremos obtener el placer de las paredes vacías. Y como muchos de ustedes ya saben, para hacer yoga no hay nada como una pared vacía.
Bueno.
Hoy agarré un placard donde había papeles, carpetas, archivos de la facultad, cosas que la verdad jamás usamos.
Fotocopia va, fotocopia viene, todo se fue a la basura.
Resultado: me quedaron unos estantes profundos libres. LIBRES. Y al alcance de la mano. Cómodos. Fáciles. Así que por ahora allí fueron los libros.
Paraditos, bonitos, ah, ¡qué placer!
¿Quién dijo que no se podía tener una bonita biblioteca en un placard?



P.D: Los cajones no se salvaron. Tiré todos los medicamentos vencidos. Estaban TODOS vencidos.
Mi suegra que es farmacéutica me salvó con ibuprofeno y paracetamol. Lejos de horrorizarme pienso que si estaban todos vencidos es porque no los usamos lo cual demuestra que rara vez nos enfermamos y que gozamos de una excelente salud. 

2 de mayo de 2017

Profundizar

En el marco del nuevo profesorado de yoga comencé una práctica personal donde el foco está puesto en la exhalación. En alargar la exhalación.
1,2,3,4,5,6. Pausa.
Siempre que empiezo algo importante me enfermo. Como si mi cuerpo no resistiera el cambio de golpe. O tal vez haya que mirarlo de otro modo. Tal vez cada vez que comienzo algo que sé que va a cambiar mi estructura psíquica mi cuerpo decide descargar todo el lastre que no necesitaré en mi nuevo periplo.
Hoy amanecí sin fiebre y con la conciencia liviana. Una suerte de alegría.
Profundizar siempre trae consecuencias.

1 de mayo de 2017

38º adentro

Tomo té. Estoy completamente apestada.
Soy de esas personas a las que cuando les tocás la frente no parece que tuvieran fiebre. Pero si me das un termómetro puedo estar en 38º.
Como ahora.
38º.
No me siento tan mal.
Ayer el termómetro no marcaba casi nada y yo me sentía horrible. La fiebre estaba subiendo.
Podía sentir correntadas de frío en la espalda. Y un dolor punzante en todas las articulaciones del cuerpo.
Hoy con 38º ya no siento nada de eso. Me siento flotar, como adormecida, pero el dolor y el frío se han calmado.
Tal vez el cuerpo se acostumbró. Como una estufa que al encenderla cruje, hace ruidos extraños pero luego todo se acomoda. Ya nada duele porque todo se acostumbra a la nueva temperatura.
Soy una metáfora malísima de lo que viene pasando en el último año.
La fiebre ahora hace su trabajo y yo puedo soltarlo todo.
Día del Trabajo, cumpleaños, amigos, fiestas, familia, todo.
La paz a veces se llama gripe.

26 de abril de 2017

En otro orden de cosas

Amo mi trabajo.
No hay placer más grande que disolver el sufrimiento de alguien. Hacer algo con las manos y que lo que era doloroso deje de serlo.
A veces pasa por indicar muy suavemente que aquí hay lugar y, oh, maravilla, aquí también. Voy llevando las manos hacia lugares donde la conciencia se había olvidado de su existencia. A veces la conciencia se achica tanto que nos deja encogidos en centímetros cuando tenemos metros y metros para abarcar.
Amo mi trabajo.
Alguien que tenía miedo de vivir hoy siente confianza en sí mismo.
Alguien que le dolía el hombro ya no le duele más y puede levantar su brazo.
Alguien que sentía su corazón encogido en un puño hoy siente que puede respirar.
Alguien que perdió algo muy preciado hoy siente que encontrará algo nuevo.
Alguien que lloraba todos los días hoy se puede reir.
Alguien que tenía su estómago cerrado hoy siente que la vida es sabrosa.
Alguien que se ahogaba de rabia hoy siente que puede construir.
Amo mi trabajo.
Un inmenso gracias a todos los que se acercan y confían en mí.  


Crear el sol

Hace tanto frío que para escribir cierro las persianas. Afuera hay un sol tibio que no quiero ver por lo tibio. Necesito algo caliente, quemante porque este sol no alcanza. Bajo la persiana para crearme el sol que necesito y que el resto del mundo cierre el pico.

En realidad herir o no herir no es la cuestión. Todos estamos heridos de alguna manera. Basta mirar la familia que nos tocó a cada uno. ¿Tenés una buena relación con tus familiares? ¿Ya les diste las gracias a tus viejos por animarse a traerte a este mundo? Dales las gracias pero tampoco te quedes dándole las gracias eternamente. Corrés el riesgo de no vivir tu propia vida. Y no hay estupidez más grande que haber nacido y no vivir tu vida.

Ayer llovía y llovía y seguro que había mucha gente mojándose y embarrándose. A mi me tocó estar en una casa tibia, arropada. Me tocó algo bueno. Y hoy salió el sol que aunque sea tibio es algo para apreciar.

No voy a subir la persiana. Me gusta el sol que me he creado.

23 de abril de 2017

Valor

En un mes el balde de helado de 10 litros se ha llenado de residuos orgánicos. Las lombrices han engordado. En el fondo del balde, lo que era zanahoria ahora es una crema anaranjada y pronto no se distinguirá del resto de la masa húmeda.
Maravilla. Todo lo que hay aquí es fértil.
Humus de lombriz.
Si tan sólo todo lo que producimos en la vida pudiera convertirse en algo así de valioso.

 

10 de abril de 2017

No te vayas a morir a China

No te vayas a morir a China, papá.
Las cosas no han sido fáciles. La vida resultó dura.
¿El corazón se endureció? ¿Algo murió?
Dejanos que te ayudemos, papá.
Dejanos que te abracemos fuerte para que ese corazón,
un poco roto y maltrecho,
pueda vover a vibrar.

26 de marzo de 2017

Nuestro amor

El verano pasó y dejó huellas. Volvimos al mar, la playa, los múltiples sentidos abiertos a la deriva. Estuvimos varias horas bañándonos en un mar de agua salada y verde. Había algas, pecesitos, colores iridiscentes, nubes movedizas, un sol que rajaba la tierra, sapitos croando. De noche encendíamos un fuego tan alto y bello y brindamos mucho, con cerveza, vino, mates, jugos, agua, con las manos vacías, con las manos llenas, brindamos porque los veranos sigan sucediéndonos, sigan prosperando en nuestra piel, nuestro amor, que es inmemorial, bello y nuevo. Un inmenso gracias por este verano.


 

8 de febrero de 2017

Happy go lucky

Una charla con Hans allá lejos y hace tiempo....

-Cuando yo era chica tenía una superstición.
-A ver...
-Creía que cumplir años pares era mejor que cumplir años impares.
-¿Perdón?
-Claro, los años impares no eran muy buenos mientras que los años pares eran geniales y llenos de buena suerte.
-Este sería tu año par, ¿no?
-Sí. Y vos este año cumplís un año impar.
-Bueno, matemáticamente hablando, eso lo que sucede cuando dos personas se llevan tres años.
-Sí, pero como yo acabo de cumplir un año par y me va a ir súper bien (porque es un año par) eso va a anular tu año impar.
-...
-Y luego cuando vos cumplas un año par, yo voy a cumplir un año impar. ¡Es buenísimo!
-...
-¿Qué?
(Me abraza)
-Claramente, amor, nada puede salir mal.

6 de febrero de 2017

40

Cumplí 40 años. Arranca una nueva vuelta al sol.
Me siento muy querida por todos lo que me rodean. En especial, mi amado Hans, que me acompaña desde hace casi 8 años. Es decir, ha estado a mi lado en casi toda mi treintena. Debo decir, que ha sido una década increíble, multifacética, apasionante y sorpresiva. Nunca me voy a dejar de asombrar de la capacidad de búsqueda que tenemos los seres humanos. Hoy me encuentro más íntegra que diez años atrás. Menos miedosa, más consciente de mis limitaciones, igual de apasionada. Siento que decidir desde el corazón ya no son meras palabras sino que es algo que estoy aprendiendo a poner en práctica. Siento que no vale la pena pasarla mal durante mucho tiempo. Que hay que ser capaz de extender la mano porque siempre que la he extendido había alguien del otro lado con una mirada amorosa, con una palabra, con un abrazo. Siento que estar vivo es un regalo que hay que agradecer viviendo la vida con la mayor plenitud de la que seamos capaces. 



24 de enero de 2017

Lo táctil

Entré al mundo de lo táctil. Tarde, ya lo sé, como llegué tarde a muchas cosas en esta vida. Me importa poco, la verdad. Ya saben que detesto el consumismo al pedo.
Todos me dicen que no hay vuelta atrás con esto de los androids. Puede ser. Pasé de tipear en un tecladito con botonitos (mi blackberry era un fenómeno) a llamar via watsap por celular y hablar desde un colectivo 114 con una amiga que está en Tailandia... ¡No tiene precio! Sin embargo,estoy odiando mucho el teclado táctil, me contracturé los brazos al querer tipear a dos por hora el mínimo de oraciones.
Me siento como la primera vez que tuve un celular y sólo lo usaba para llamar. Allá, por el 2005 mi amiga Chizz (jovencísima ella) me enviaba textos que yo respondía con llamadas (que eran carísimas). Me resultaba imposible escribir en el tecladito del nokia 1100. Hasta que algo se iluminó en mi ser y mi pulgar se transformó en mi pluma. Lo tuve hasta fines del 2008 que su batería murió como también murieron otras cosas ese año. El deceso de ese celular marcó una época. La animadversión de los objetos inanimados creo que le llaman.
Mi hermano, entonces, me dio su motorola con tapita y se compró otro. Adoré ese celular. La verdad no tenía nada, era muy simple, llamadas, sms, radio. Ni cámara, ni música. Pero era una masa. Y mandé miles de sms con eso. Era irrompible y me duró hasta el 2013. Un día me robaron la cartera con todo adentro y ahí se acabó. Llegó el blackberry y dejé de usar el pulgar para empezar a usar los dos pulgares. ¡Maravilla! El teclado se había ampliado. Yo podía escribir literatura en el teclado del backberry.
Pero ya no. Entré al mundo de lo táctil. No sé como apoyar las yemas de mis dedos sin tocar mas de una tecla. Escribo, borro, escribo, borro, bah.
Sepan todos que volveré a llamarlos por teléfono. Mis cervicales están en juego.
Saludos!
 

16 de enero de 2017

gato free

Reservamos una habitación en un apart en Uruguay  para pasar las vacaciones. Entonces se da el siguiente diálogo:
-¿Quieren con cama matrimonial?
Nos miramos como si nos hubieran hecho la pregunta más estúpida del mundo.
-¿No es obvio?
-No- dice la chica- hay gente que pide camas separadas.
-¿En serio?
-Sí.
-Bueno no es nuestro caso - le dice Nico guiñandome un ojo.
-No, imaginate, poder compartir una cama re copada, enorme ¡y sin el gato!

15 de enero de 2017

No me quiero olvidar

Apenas te levantás
estirá el cuerpo inmediatamente.
La sangre fluirá,
los meridianos se desbloquearán
y el ki podrá fluir libremente.
Fijate en los animales
¿qué es lo primero que hacen después de dormir?
Hay que aprender de ellos,
están menos identificados
con la idea del yo. 

12 de enero de 2017

Curva

Mi curva primaria de palabras se ha desarmado: Recoveco, rojo, ruiseñor, perderse. Despliego la mirada a un punto nuevo y desenvuelvo mi curva secundaria de palabras: liberar, sacrificio, relación, practicar. Sé que en algún momento tendré que volver a mi curva primaria pero habiendo soltado algo que hará de mi sueño un lugar nuevo.

11 de enero de 2017

Good bye blue sky

Toda la maldad, la muerte, la humillación y el dolor...
Los que no pueden ver el cielo azul que yo estoy viendo... Siento que algo se me escurre entre los dedos.
La paloma blanca hace rato que es águila.
La muerte está por todas partes. Y la vida, en su mínima expresión. Todo se renueva con las mismas palabras.
Hay luna llena esta noche. Mientras escucho Pink Floyd

10 de enero de 2017

Los sonidos de los barrios

Las chicharras hicieron su aparición este verano. Ahora sí, oficialmente, el verano se ha instalado. Las chicharras para mi son el sonido del verano en las quintas, pileta enorme y de agua helada, zambullidas, jardín, andar descalzos por la tierra, recoger piñas, la infancia antes de aprender a leer y a escribir.
Hay sonidos que pertenecen a determinados lugares. Hay sonidos naturales y sonidos culturales. Hay sonidos tecnológicos y sonidos nostálgicos.
Una tarde, tomando unos mates en el jardín de su casa, mi papá me contó que cuando él era muy joven tenía un compañero en la facultad que vivía en Olivos. Él no, él era de un barrio de la Capital Federal. Solían estudiar en su casa hasta altas horas de la madrugada.
-En la madrugada se escuchaba el sonido de un pájaro que yo nunca había escuchado en mi vida. Y era un pájaro que sólo se escuchaba acá y que años después lo reconocí.
-¿Qué pájaro era?
-Cuando cante te muestro.
Esperamos un rato y de pronto un gorjeo loco se escuchó entre los árboles.
-¡Ese es el pájaro!
Lo escuchamos en silencio. Era un canto desmesurado, poco común. Pero lo reconocí enseguida como un sonido del barrio.
En cambio para mi papá era un sonido de la nostalgia. 

9 de enero de 2017

Mortalidad

Se murió Rivera.
Se murió Laiseca
Se murió Piglia.
Todos escritores que nos gustaban y que admirábamos. A Laiseca y a Piglia llegué a conocerlos en persona. A Laiseca en un taller literario en el Rojas, a Piglia en la Facultad de Filosofía y Letras.

Y en otro lugar del mundo...se murió John Berger. Qué tristeza. Pero dejó una obra impresionante. Me puse a releer sus libros.
Hoy me entero de que además se murió Zygmunt Bauman.
Una amiga me pregunta... ¿qué es lo que está pasando, Flor?
Yo creo que tengo una respuesta más que obvia... este año, por ejemplo, yo cumplo 40 años. La gente envejece y no vive para siempre.

8 de enero de 2017

Genio

LM vino a casa. Le prometimos un asado y quién puede negarse al fueguito crepitando, el brindis con cerveza helada y hundir los pies en el pasto recién cortado.
Nos acordamos con LM de otros veranos, de lo que nos gustaba leer, de cómo escribíamos. Y también hablamos de los blogs. LM y yo nos conocimos gracias a los blogs.
Leí hace un tiempo a alguien decir que los blogs eran una tierra desaparecida. Es extraño como quedan los residuos flotando por internet. Hay gente que simplemente nunca más volvió a escribir. Ni siquiera lo hizo conscientemente. Hay entradas en algunos blogs que ni siquieran son una despedida. Simplemente quedaron colgadas, allí, envejeciendo.
Cada tanto entro a mi nubedeagua. Siento que este espacio es como frotar la lámpara y un genio aparecerá. Casi nunca el genio es como lo imaginamos. Tardé años en darme cuenta que muchos de mis escritos me decían cosas por debajo, cosas que yo en mi ser diario no quería ver.  
Tal vez uno de los objetivos de este año sea dejar de frotar la lámpara a ciegas.
Conocer al genio.

4 de enero de 2017

Reconciliación con Enero

Enero viene con lluvias, calor intenso, brisa fresca por la mañana bien temprano, mates perfumados con cedrón y caminatas. También viene con mails profundos de amistades viejas que se renuevan, un libro muy gordo que se termina, limpieza de futón y cuarto de shiatsu.
El jardín está verde y selvático. Yo tengo tiempo, mucho tiempo para pensar, caminar, ver amigos, escuchar música, cocinar, ver series, leer.
Ayer nos quedamos un buen rato obervando como caía la tarde, mi gato y yo. Luego llegó Nico.
Las noches son cálidas y sobran los abrazos.
Enero viene acariciando. Y yo dejándome acariciar. 

2 de enero de 2017

Adiós 2016

Enero: leer los diarios se ha transformado en una tarea lastimosa. No hay paz, ni calma, ni abrazos que puedan calmar el dolor social. Despidos por doquier. Endeudamientos injustos que otras generaciones, además de la nuestra, tendrán que pagar. Nos enfermamos pero nos reponemos. Por primera vez pensamos, qué bueno que no tuvimos hijos para que no tengan que sufrir esta mierda.
Febrero: Todo va de mal en peor. Cumplo 39 años y coincide con el carnaval que aún sigue siendo feriado. Nos escapamos unos días a Uruguay, Colonia. Calor, humedad, ahogamos nuestras penas en faisán. 
Marzo: comienza la vorágine del año. Mucho trabajo y poco dinero. Querer crecer y no poder. Querer tomar decisiones y no poder. El aire, enrarecido. Igual hay gente que está mucho peor. Nosotros al menos podemos pagar la luz, el gas, el agua y la comida.
Abril: acostumbramiento. El alma reconoce lo noventoso de estos tiempos. Qué feo no poder hablar con los vecinos, con la familia, con algunos amigos. Qué feo mirarse feo y sentir que la grieta es tan grande, tan distintos los deseos de cada uno: que a mi me emocione que la gente de menos recursos tenga trabajo y pueda educar a sus hijos y que a otros les emocione poder comprarse dólares y viajar al exterior.
Mayo: un frío de cagarse y la cuenta del gas que sube a extremos exorbitantes. Decidimos no arreglar las estufas de la casa. Empezamos a escuchar otras vías, mirar para afuera y sentimos que el mundo no está mejor que nosotros. Las derechas del mundo toman el poder. Que futuro nos espera mamita. En lo personal, descubro que la eutonía tiene mucho que enseñarme y aportarme. Reencuentros con mi maestra de eutonía de la adolescencia  y nuevas amistades.
Junio: agarramos el auto y nos vamos una semana a Carhué. Conocemos las aguas más increíbles y sanadoras del mundo y la historia de un pueblo que sufrió una catástrofe natural que podría haber sido evitada si no hubiera sido por la negligencia de las autoridades del momento (dictadura militar y menemismo mediante). Lo demás, dejalo ahí.
Julio: ¡un frío de cagarse! Pero llegamos a mitad de año. No puedo quejarme, trabajo de lo que me gusta. Doy clases de shiatsu, sesiones. Sigo aprendiendo de la eutonía y estoy seriamente pensando en que quiero estudiar algo más que nutra mi trabajo de terapeuta de zen shiatsu. Sólo que aún no sé bien qué.
Agosto: Arranco con las clases en la facultad y presiento que este año tendrán un papel importante en mi vida. Me tocan alumnos muy golpeados por la crisis. Siento por primera vez que la semiótica puede ayudarlos.
Septiembre: Reconectar con el agua, volver al jahara, que sea una puerta abierta para algo más que aún no sé bien qué es. Hacer algo por el simple hecho de tener ganas de hacerlo sin pensar en lo que pueda salir de ello. Y que sea un descubrimiento para llevar a las terapias de tierra que estoy haciendo.
Octubre: Descubrir la técnica Alexander y empezar a sanar algo que no sabía que se podía sanar. Resulta que para conectar la columna vertebral había que plegarse. Alguien de la familia se enferma y pasamos un mes en varias salas de espera. Descubro las propiedades curativas del origami. Primera marcha de mujeres.
Noviembre: Mucho cansancio pero todo va llegando a su fin. Las clases, las sesiones, un proyecto que me daba trabajo se va al diablo y se termina abruptamente. Nos vamos un fin de semana a la playa a despejarnos y conectamos con el mar.
Diciembre: Cierres de todo tipo. Recibo la gratitud de mis alumnos y pacientes. Hermoso. Descubrimos también que tener salud es el tesoro que te permite elegir. Somos privilegiados en muchas cosas y somos conscientes de ellos. Vienen las Fiestas y todo vuelve a recomenzar.