6 de septiembre de 2017

De otro color

Un par de noches luego de que Mani murió tuve un sueño. Estábamos con Nico mirando alguna serie en netflix, los dos abrazados en el sillón (Mani siempre en esos casos aparecía y saltaba arriba nuestro, se acomodaba y se quedaba con nosotros). Pero en mi sueño aparecía otro gato. Era de la misma altura que Mani pero no era blanco. Tenía color. Nosotros nos asombrábamos de verlo y gritábamos ¡Mani!
Ayer a la noche nos disponíamos a ver los capítulos de la última temporada de Twin Peaks. Y de pronto ya no supe si era sueño o vigilia pero la gata que nos viene visitando todos los días desde que Mani murió había subido la escalera y nos buscaba. Le hicimos un gesto de que se subiera al sillón y sin decir ¡miau! la gata se trepó y se acomodó entre Nico y yo. 
Era como estar con Mani pero con un gato de otro color. 

4 de septiembre de 2017

Mani-hermosura

Mani-hermosura, hoy llegó una carta. Y al abrir esa carta el corazón se me volvió a estrujar. Decía la carta que la empresa tal había trasladado tu cuerpito blanco de gato y lo habían cremado. Ese cuerpito caliente y vivo que tantas veces acaricié, tantas veces me pareció enorme, latiendo en cada pelo. Mani, ahora que sos parte del aire, ahora que no puedo acariciarte sino en los recuerdos volví a mirar ese pañuelo blanco que colgué de la Santa Rita en tu honor porque te encantaba rascarte las uñas en la Santa Rita y subirte a ella para seguir tu rumbo por otras medianeras. Ese pañuelo blanco que llevé a la plaza y lo mantuvimos en alto cuando le dijimos ¡no! al 2x1. Ese mismo pañuelo que luego colgué en el cuello del buda y que cuando moriste lo envolví en tu árbol para que ondeara y ondeara y ondeara.
Mani, se están muriendo tantas cosas. Y yo aquí abajo, aún viviendo en el tiempo, un tic tac que nos une a todos los que estamos vivos, un tic tac que debería ayudar a despertarnos.