11/10/04

Pictionary

Ayer entre ñoquis amasados por mi amiga Natalia, el postre de banananut y café recién hechito se coló un recuerdo en mi mente que atesoré para contártelo porque, tarde o temprano, sé que vas a entrar a esta página y te vas a reir mucho. Últimamente tengo una enorme facilidad para hacer que los recuerdos acudan a mi mente sin que yo los llame así que una palabra puede ser disparadora de haces de memoria perezoza que se despliegan en cuadritos de historietas.Alguien en la mesa dijo "Pictionary".
El resto vino solo.
Primero, mi nulidad para dibujar. Luego una noche en donde mi nulidad para dibujar hizo que perdiéramos la partida enseguida y nos fuéramos felices a conocernos mejor a ese sofá del living de tu casa, lejos del ruido de la cocina y del resto de los participantes. Luego la guitarra de doce cuerdas que estaba apoyada en dicho sofá. Mi desconcierto y curiosidad por tocar una guitarra de doce cuerdas. Tu insistencia en que yo cantase algo de mi creación. Mi canción. Lágrimas saliendo de tus ojos (sí, lloraste). Mi desconcierto ante tus lágrimas y mis ganas de llenarte de besos.Segundo, tus pies envueltos en pantuflas con cara de algún animal que no recuerdo. Tu sonrisa de conejo. Tu felicidad cuando perdimos la partida del Pictionary.