18 de junio de 2018

Annam

Dar de comer. Alimentarse.
Alimentar bocas, un cuerpo.
Alimentar el alma.
Me alimento de una manera distinta a como me enseñaron mis padres, la escuela, la sociedad porteña y la cultura argentina.
Algunas cosas las sigo tomando en momentos especiales: el mate con la familia y amigos, las medialunas de la tarde del domingo, el asado, la pizza rellena, el café. 
Pero en mi vida diaria fui encontrando un modo, una forma que no violentara mi cuerpo. Busqué en la macrobiótica, en el vegetarianismo, en el ayurveda, en la alimentación consciente. Y la sigo buscando porque la vida es puro movimiento y las necesidades van cambiando.
Alimentarse. También me alimento de palabras. Palabras nuevas que me ayudan a comprender palabras diarias que uso y que no sé bien quién o qué me las inculcaron.

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